Yumbo (Valle del Cauca).
Viernes 9 de octubre de 2015
Usted ¿cómo se imagina a Yumbo? Para mí fue toda una sorpresa; lo que descubrí allí, fue contrario a lo que imaginaba.
Yo dizque conocía Yumbo, simplemente porque sabía que quedaba al norte y cerca de Cali, y alguna vez pasé por la carretera que bordea el municipio. Pero qué va, lo que me encuentro ahora es algo muy distinto a lo figurado.
Por ser la ciudad industrial del Valle del Cauca, me la imaginé rodeada de fábricas y con mucha contaminación. Y no hay tal. Las empresas grandes están más bien retiradas del centro urbano.
Además, pensé que por tratarse de un pueblo valluno, sería completamente plano, pero tampoco. Tiene barrios periféricos ‘colgados’ de las laderas de los cerros que circundan el pueblo y alturas superiores a los dos mil metros en el distrito de Dapa. Cómo será que los yumbeños también se ufanan de tener ‘Cerro de las tres Cruces’.
Lo que nunca imaginé fue la iglesia antigua en ladrillo cocido, que custodia la estatua de Fray Alfonso Peña Barrios, un cura párroco emprendedor, que murió en 1.952, luego de construir el templo del Señor del Buen Consuelo, el Parque Belalcázar y otras obras importantes para Yumbo.
También me impactó la chica de alta mini falda, que atraía las miradas para promover una ‘empresa’ odontológica.
Y no esperaba que el edificio de la Alcaldía fuera tan extendido y moderno, casi tan grande como el Centro Empresarial de cinco plantas, que también está frente al parque principal.
En la entrada al centro hay un Outlet de marcas de ropa que tampoco esperé encontrar acá. El comercio en Yumbo es abundante, seguramente la gente tiene buen poder adquisitivo, gracias el empleo que ofrecen las empresas asentadas en el municipio.
Así que estuve muy sorprendido mientras anduve por Yumbo. Todo comenzó cuando probé el extracto de frutas ‘preparado a tu gusto’, que vende una señora a media cuadra del parque. Delicioso, toda una mezcla de jugo de naranja, pepino, cristal de sábila, jengibre y perejil, por $3.000 el vaso de 16 onzas. Algo parecido a los que vende la cadena costarricense Cosechas, pero en plena calle.
Conocí la Galería de buen movimiento, en una edificación vieja pero ordenada. Allí disfruté de mangos criollos tan dulces que no tuve más que repetir la dosis de regulador. Por ahí estaba ‘El Primo’ con su carrito blanco, ofreciendo Ponche o como él lo llama: Forcha, una preparación a base de maíz fermentado.
El ‘Pueblito Valluno’ síntesis de lo que son los 42 municipios del Valle del Cauca, también está cerca de Yumbo y ofrece muchas atracciones para adultos y niños.
Ahora quiero tener una imagen general de Yumbo, para lo cual contraté a Harold, un moto-taxista que por $4.000 me subió hasta Casa de Piedra, el sitio arriba de los cerros del sur, hasta donde llegan las busetas de la Ruta 2.
El barrio se llama Buenos Aires Parte Alta y la vista del pueblo desde ese punto, es inmejorable. Allí cerca hay varias antenas de telefonía celular.
Mi amigo me indica dónde queda el parque Uribe, que forma como una isla verde en medio de las casas de ladrillo. Más arriba se distingue el otro parque, el de Florida. El Centro Empresarial y la Alcaldía, son los edificios que más se destacan.
En los cerros del nor-occidente se distingue una vía que, según Harold, corresponde a la carrilera del tren que va de Cali a Buenaventura. Mi amigo dice que todavía se ve por ahí la locomotora; ojalá, pues el gran error del pasado fue, haber terminado con las vías férreas que había en el país.
De nuevo en el centro de Yumbo, almorcé por $6.000 en el Restaurante Leidy, con un caldo de costilla que estaba de morir, más carne sudada y demás guarnición. Ese fue el restaurante que me recomendaron y resultó ser el mejor.
Alguien me sugirió subir a Dapa, un sector alto de Yumbo, en donde sopla el viento y se logran vistas preciosas sobre el valle y la ciudad de Cali, y hasta es habitual encontrar neblina.
Se trata de un suburbio de colegios, casa-fincas y restaurantes de lujo, que los caleños frecuentan los fines de semana. Está ubicado por la carretera vieja que iba a Buenaventura y por esa vía se puede hacer conexión con el 18, el otro sitio hasta donde llegan los vallunos, a disfrutar de clima frío y descansar del calor sofocante, en días de semana.
Seguí las indicaciones de algunos lugareños para llegar hasta el alto de Dapa. Una buseta urbana me llevó hasta donde comienza la carretera vieja, justo donde está el Dapa Mall, y hay un supermercado La 14. Por allí pasan, cada veinte minutos, camperos Carpati o busetas pequeñas que por solo $2.000 lo llevan a uno hasta muy arriba de la montaña.
Estuve de buenas que me tocó buseta, más cómoda que el campero. Y comenzó el ascenso, por una cuesta muy pendiente pero pavimentada hasta el final. La vista se va haciendo cada vez más interesante y la temperatura poco a poco se hace más fría. Esta ruta me llevó hasta el sitio llamado ‘El Rodadero’, el lugar más alto y cerca al filo de la montaña.
Al principio del ascenso, se pasa por la entrada de varios colegios bilingües: Jefferson, Nisi, Piaget, La Misión, etc. Más arriba se ven discotecas, restaurantes y estaderos con vista privilegiada sobre el valle del Cauca y la ciudad de Cali. Por la noche la panorámica debe ser hermosa.
A Fuego Lento, Oh que Rico, Fogón de Palo, La Barca de Manolo, JacamanDapa, Niebla del Riachuelo, Zafarrancho, son algunos de los establecimientos comerciales que se han ubicado por este sector.
También pasé por la entrada al Parque Ecológico Samuel Álvarez Vélez y el Eco-Parque La Cabuyera. Otra cosa que me encantó, fueron los avisos artesanales que muestran la nomenclatura: Calle de las Flores, Calle de las Flechas, etc.
A la bajada, el conductor me dio tiempo para fotografiar una cascada muy bella como de tres cuerpos, que cae entre peñas pendientes.
En fin que Dapa es un distrito muy bello, de clima agradable e ideal para venir a cenar o, simplemente para cambiar de clima.
Todo esto es una maravilla
Cierto, en todas partes hay cosas admirables y en Yumbo sí que más. Saludos.