Yondó (Antioquia).
Viernes 18 de mayo de 2012
Este municipio es un caramelo escaso para mí. Es el único pueblo del Magdalena Medio al cual no he ido. Queda retirado, en la esquina nororiental del departamento de Antioquia y dista 320 kilómetros de Medellín.
A Barranca primero.
Para venir hasta acá hay que llegar primero a Barrancabermeja, en el departamento de Santander, y en 20 minutos pasar a Yondó, atravesando el puente sobre el río Magdalena, inaugurado en el 2006.
Saliendo de Barranca, pasamos frente a la Puerta 25 que da ingreso a la refinería de Ecopetrol. Más adelante se ve la entrada a la Planta de Biodisel, por la Puerta Norte.
Por todas partes se aparecen camionetas de contratistas, que acá las llaman Operadores de Ecopetrol. También abundan los buses de Servicios Especiales.
Hoy hace poco calor en esta ciudad famosa por sus altas temperaturas. Un techo de nubes nos protege de los fuertes rayos del sol. Para quien lleva su morral a la espalda, eso es una refrescante bendición.
El nuevo puente que une los departamentos de Antioquia y Santander, es largo y moderno.
El conductor de la buseta tuvo a bien detenerse un momento sobre el viaducto, para que tomara fotos de la refinería y los tres silos gigantes levantados a un lado del río.
Lo que más se destaca en el centro petrolero, es la tea ardiente a través de la cual se queman los gases sobrantes en el proceso de refinación.
El puente de Barranca-Yondó, tiene una elevación cerca a la segunda ciudad santandereana, como previendo el paso de embarcaciones grandes por debajo del viaducto.
Desde su punta occidental hasta Yondó hay 8 kilómetros, por una fresca carretera, con árboles sembrados a la vera, que dan abundante sombra y embellecen el panorama.
Por acá también se ven machines con movimiento permanente para succionar el crudo y camionetas doble cabina, con protección anti-volco que, seguramente exige Ecopetrol en los vehículos que contrata.
Regalías en ladrillo.
En el centro de Yondó entro a conocer la iglesia de la Santísima Trinidad, de buen aspecto y bonita arquitectura colonial, aunque más bien pequeña para los siete mil yondosinos que podrían venir a misa.
Al frente hay un parque grande y con árboles encumbrados.
No obstante tantos motores en movimiento, este pueblo se aprecia como sin vida. Quizá tiene demasiado, se me ocurre pensar que puede ser un poblado rico en recursos económicos, pero escaso en cultura.
Lo que sí me queda claro es que este es un pueblo joven, sin mucha historia.
Paso frente al Coliseo abandonado e inconcluso, y sigo hasta la Biblioteca María Cano, con excelente dotación, pero carente de lectores.
En estos pueblos que reciben tantas regalías por la explotación petrolera, hace falta más inversión social.
Bajé hasta la plaza frente a la cual se ubica la Alcaldía. El centro gubernamental ocupa toda una manzana con oficinas del ‘Gobierno del Interior’ y demás dependencias burocráticas.
Al frente hay una gran plaza y un kiosco inmenso.
Un policía que prestaba guardia en el sector, apenas si se desacomodó de su asiento para preguntarme:
‘Qué tipo de fotografías está tomando usted?’
Le expliqué al joven gendarme que, era un turista con ganas de llevarme buenos recuerdos fotográficos de Yondó. Quizá por mi edad esta respuesta fue suficiente para el vigilante.
Transporte anticuado.
Al medio día tomo la buseta de regreso a Barranca. Al principio y mientras el carro se desplaza por la zona urbana, el conductor hace sonar la corneta 14 veces por minuto. Qué desespero!
Tapando gran parte del parabrisas, 125 borlas blancas se mecen colgadas de las cortinas verdes, que ‘decoran’ la carrocería en su parte delantera.
En el puesto de copiloto y con el morral a un lado, no pierdo detalle de todo lo que, el escaso parabrisas me permite ver.
El alcalde hasta el 2015 fue el señor Wilfrido Usurriaga Aponza y de 2016 a 2019: Gilbert Cartagena Rojas.
Acá habitan en total 15.000 yodosinos, 7.000 en el pueblo y los ocho mil en los campos.
Video con dron de JeanPaul Theking:
https://www.youtube.com/watch?v=E3kNd3m04ls