Viaje por Carretera Veredal.
Por estos días cuando solo me falta visitar 90 de los 1.122 municipios que tiene Colombia y la mayoría de ellos se encuentran en zonas ‘rojas’ o demasiado retiradas, he optado por hacer excursiones por carreteras veredales.
Los viajes por vías terciarias se hacen generalmente en buses escalera o ‘chiveros’ Carpati, carros tan fuertes como para transitar con seguridad por trochas sin pavimento y mucho pantano en invierno.
Ventajas de los viajes sin pavimento.
Recorrer vías destapadas tiene muchas ventajas:
1 – Los carros que viajan por esas regiones deben ir despacio lo cual le garantiza al turista no perder detalle del paisaje.
2 – Tanto los conductores como los pasajeros con los cuales se comparte el vehículo, son personas sencillas y amables dispuestas a prestar un buen servicio o mantener una conversación agradable.
3 – Los caminos veredales ofrecen paisajes ensoñadores: casi siempre bosque virgen, cascadas, casas campesinas con jardín en la fachada, vacas pastando en potreros verdes y, cómo no, uno o varios perros que salen a ladrar o a saludar con la cola o, de todos modos, a satisfacer su curiosidad perruna.
Capital del Suroeste.
En esta oportunidad el viaje lo realicé por el suroeste antioqueño, una preciosa sub-región de laderas verdes cubiertas de cafetales.
El municipio de Andes es considerado la capital del Suroeste Antioqueño y tiene el terminal de transportes a continuación de la plaza de mercado.
Andes es un pueblo grande de topografía quebrada que en los últimos años ha crecido de manera vertical.
Además el movimiento comercial sobre todo los domingos, es impresionante. Algunas de las calles andinas están semaforizadas y desde su terminal salen carros para todos los municipios y veredas cercanas.
Andes – Pueblorrico.
Tres horas dura el viaje de Andes al pueblo vecino, con escala en el corregimiento San José, donde se hace trasbordo a otra escalera que ha llegado de Pueblorrico y se regresa tan pronto recibe los pasajeros procedentes de Andes.
De la misma manera el carro andino recoge la carga y los viajeros procedentes de Pueblorrico para llevarlos hasta la capital del suroeste.
Al inicio del recorrido se pasa frente al Eco-Parque Regional Mario Aramburo Restrepo propiedad de Comfenalco Antioquia.
En seguida aparece una casona inmensa de color rojo, con corredores de chambrana en los alrededores. Típica mansión de región cafetera.
Muy agradable el viaje Andes-Pueblorrico en ambos trayectos. La carretera se encuentra en buen estado aunque destapada pero con mil detalles para admirar en los alrededores.
Palos de mata-ratón casi siempre sosteniendo los alambres de púas; matas de cañabrava que se mesen con la brisa; plataneras en producción y árboles de nogal con el tallo veteado, que dando sombra a los cafetales.
Me llama la atención cómo los conductores del Suroeste siempre se saludan con el pito o bajan las luces cuando ya está oscuro. Incluso apenas ven que viene una moto que desea superarlos, sin ningún problema disminuyen velocidad y se hacen a un lado para que siga.
Muy querida la gente de las zonas cafeteras en donde hay que trabajar duro para conseguir el sustento.
Potentes buses.
Las llamadas ‘escaleras’ son los buses típicos y adecuados para surcar las montañas antioqueñas. Generalmente son camiones de los años 60, Marca Ford o Mercury, tan fuertes que más de medio siglo después de importados, siguen como si nada.
Estos vehículos fueron hechos para durar, con lámina de gran calibre, dura y resistente. Conservan intacto no solo el chasis y la trompa, sino la cabrilla y los relojes en el tablero.
La escalera verde del primer tramo está decorada con un perro Mack en la entrada de aire al motor y una doncella alada en la punta del capó. Su terminado niquelado le da un aspecto vintage inconfundible.
Lo difícil para estos carros grandes es cuando, en la siguiente curva aparece un camión cargado de aguacates o cítricos. Los dos conductores son tan experimentados que de todas maneras logran darse paso, así el espacio entre ambos sea de solo tres pulgadas.
A las cinco de la tarde, en el corregimiento San José se hizo el trasbordo de pasajeros y carga del carro verde a ‘La Amarilla’, otra escalera menos decorada pero bien. Subieron la maleta y se bajaron las muletas.
En seguida se asciende hasta el Alto El Barsino en donde hay algunas antenas de comunicación. Sigue una travesía y más adelante el descenso hasta la quebrada para sortear durante los últimos 15 minutos, la subida a Pueblorrico.
Buena música y excelente vista.
Durante gran parte del recorrido tuvimos la vista permanente de Betania a lo lejos. Y cerca a nuestro destino es Pueblorrico el que aparece al fondo.
Hermoso este paisaje con cafetales en producción ahora en fin de año y algo de pantano en la vía. En horas de la mañana con sol favorable se debe ver aún mejor. Y coincide con el horario de la escalera que sale a las seis de la mañana de Pueblorrico a San José.
Para este momento finalizando el recorrido, fuera de la buena música que puso el conductor, fue emocionante ver las luces de colores del capó del vehículo o las de las casas campesinas ubicadas a distintas alturas en la ladera de la montaña.
Ya en Pueblorrico estuve conversando bajo las sombrillas rojas de la plaza con William Peláez Agudelo, el excelente escultor que diseñó y elaboró con cemento y estructura metálica la mula y el arriero que decoran el parque central.
Las estaciones del viacrucis que asciende al Gólgota y la historia del municipio esculpida en el talud, también son obra del amigo William.
En esas pasó nuestro común amigo el fotógrafo Rubén Darío Herrera, quien nos la foto para el recuerdo.
Viernes 11 de diciembre de 2020