Vetas (Santander).
El municipio más alto y uno de los más antiguos de Colombia, eso es Vetas (Santander).
Su nombre habla de la cantidad de oro que guarda el subsuelo, a las puertas del Páramo de Santurbán. Metal precioso que muchas multinacionales quisieran explotar y que los lugareños han extraído de manera artesanal desde tiempos de la Colonia. Además carbón, lo que hace de Vetas un municipio minero.
En la imagen del periódico El Colombiano se aprecia cómo el Páramo pertenece un 28% a Santander y un 72% a Norte Santander.
De California a Vetas.
Qué campero Nissan 78 tan potente, con dirección hidráulica, motor y caja de modelo 82 en el que viajo a Vetas desde California. Yo soy el único pasajero de ‘El Consentido’ y ‘Chuchín’ su conductor.
Todo el recorrido de una hora es en ascenso desde California hasta Vetas. Y claro, se ven precipicios muy profundos, pero en general es una carretera segura, de piso firme y barandas en los sitios críticos.
De todas maneras pasamos ahora por un santuario con la foto de cuatro personas que fallecieron, de una familia de nueve pasajeros que iban en un carro que se fue al abismo.
Como anoche llovió y el piso sigue húmedo, antes de California ‘Chuchín’ debió sortear pasos de cierto riesgo.
‘Allá abajo sí me tocó ponerle la doble, no ve que eso era bien puro jabón…’.
Aunque toda la carretera es destapada, en las cuestas más pendientes le han hecho placa huella para asegurar que agarren las llantas de los vehículos.
Llama la atención que hay muy poco tráfico por esta vía porque muchos de los habitantes de las fincas disponen de motocicletas para desplazarse hacia California o Vetas.
Por fortuna hoy hace un día luminoso, el agua que iba a caer se vino anoche desde temprano. Los paisajes son de ensueño y cada vez la vegetación se parece más a la de las grandes alturas.
Hicimos tres paradas en casas campesinas para descargar bultos con cuido de ‘la zorra’, como llamó una señora al tráiler o remolque pegado a la Nissan.
‘Chuchín’ tiene el contrato para traer todos los días la tula con el correo. Siempre viene en ‘El Consentido’, excepto los miércoles que viaja en la moto porque tiene pico y placa en Bucaramanga.
El municipio de Vetas está ubicado en la ladera de la cordillera, a 3.200 metros de altura sobre el nivel del mar. Fuera de ser el casco urbano más alto de Colombia, por su aspecto primitivo a Vetas lo llaman el ‘Pueblo Pesebre’.
Pueblo blanco de ladera.
A las 9:30 de la mañana llegamos al centro de Vetas y de inmediato caminé hacia la salida para Berlín, pues desde allí se logran buenas panorámicas del pueblo. La suerte fue que hoy la zona estuviera despejada, pues en zonas paramunas con frecuencia la niebla impide ver dos metros adelante.
Calles pendientes y solas hablan de un pueblo idílico y de clima frío, donde pocos sucesos ocurren y la gente es cordial y pacífica.
Hoy se aprecia muy viene presentado el pueblo de Vetas, con las fachadas de las casas pintadas de blanco y al centro la iglesia parroquial y la alcaldía.
La espadaña del templo tiene detrás del campanario un balcón con chambrana que le añade encanto y singularidad al diseño.
Luego lo mejor: el desayuno en la Panadería Santurbán, casi la única de este pequeño poblado. Acababan de traer al establecimiento las flautas de pollo, jamón y queso recién horneadas, qué delicia. La pasta suave y el relleno, no pues de morir. Pocas veces había comido algo tan rico y económico.
Una particularidad de la plaza central de Vetas es el kiosco de dos plantas que no había visto en ningún otro pueblo.
No hay como el campo.
Después de fotografiar los mejores puntos de Vetas, comencé a caminar hacia la salida para California, con la esperanza que algún vehículo me recoja.
A orilla de la carretera fotografié a un señor que lavaba arena en búsqueda del mineral dorado.
No falta el malacate en el cual se sube el material o el carbón extraído de las minas.
Me entretengo contemplando casas campesinas donde psta una vaca o crecen los cultivos de papa o maíz. Anteriormente se cultivaba trigo al que luego le quitaban la cáscara pasándolo por gigantescas piedras que se conservan ahora como recuerdos de una época de espigas doradas.
Tampoco falta junto a las casas campesinas la moto que reemplaza la bestia de carga que se utilizaba antes. Los más pudientes cuadran un Renault 4 al lado de la vivienda. Tres garzas bajan por encima del río.
Casi que junto a cada casa campesina hay también una mina de oro o de carbón.
Apareció el angelito.
Al fin me recogió Teodoro en una moto de modelo viejo en la cual va el muchacho hasta California. Quedamos que le pagaría cinco mil pesos por llevarme, pero se manejó tan bien que le di dos mil pesos de más.
Teodoro mi conductor es muy conocido de todos los habitantes de la ruta. Incluso sus papás viven en la casa de La Chorrera donde hay dos piedras de molino antiguas exhibidas afuera. Allí paramos un rato y su mamá nos sirvió chocolate con arepa y queso. Una familia muy querida.
La hermana de mi conductor lavaba ropa en un lavadero típico campesino, con tanque de agua al lado. También enfoqué el fogón de leña tan hermoso y primario.
Más adelante paramos en otra casa campesina en donde estaban moliendo arena para buscara piedritas doradas.
Alcaldes de Vetas han sido: 2012-2015 David Augusto González; 2016-2019 Orlando Rodríguez; 2020-2023 Hernán Bautista Moreno.
Acá habitan en total solo 2.300 vetanos, repartidos por partes iguales en el campo y en el pueblo.
Fecha de la visita: Martes 1º de noviembre de 2016.