Valparaiso (Antioquia).
Desde el comienzo nos hicimos amigos, así que ‘mi conductor’ paró para que yo enfocara la panorámica tan bella que se ve del pueblo entre el Coliseo y el casco urbano y, más adelante para fotografiar la Virgen de la Piedra, antes de Valparaiso. Le agradecí a mi anfitrión el que me hubiera recogido a la salida de Caramanta.
La periferia primero.
Apenas puse un pie en tierra, apareció mi otro ‘ángel’: un señor lo más de vacano, que ríe con facilidad y a quien todo el mundo saluda. Va en una moto tan vieja como desforzada, pero cuando hay buena voluntad…
Fuimos al colegio de arriba, de paso por la Capilla de las Mercedes, a la entrada al Hospital; pasamos frente a la Escuela Rafael Uribe Uribe, muy pintoreteada ahora y por último me dejó cerca a la casa antigua en donde construyen el Parque Biblioteca.
Uno de los sitios emblemáticos de Valparaiso es la Casa de la Cultura: Tartarín Moreira. Estaba cerrada, pero se ve que es un espacio amplio y cómodo donde alguna vez funcionó un colegio.
Libardo Parra Toro, más conocido como ‘Tartarín Moreira’ fue un ilustre escritor y compositor que nació en Valparaiso y murió en Medellín en 1.854.
Lo que es uno saludar y hablar con la gente. Cuando pregunté dónde quedaba la Alcaldía, no solo me la señalaron en seguida de la iglesia, sino que advirtieron que hoy estaba abierta únicamente hasta las doce del día. Así que recorrí las oficinas promoviendo la visita a mi diario de viajes que, entre funcionarios municipales, generalmente tiene muy buena acogida y posible difusión.
Cerca al parque central se encuentra el Taller de Artes y Oficios en donde unas 10 madres cabeza de familia laboraban en máquinas cosedoras. También conocí la Ludoteca que funciona en una casa antigua con fuente tallada en piedra, en el patio central.
Al lado de la ludoteca: el Escenario Cultural para presentaciones de teatro y ensayo de la escuela de música. Me imagino que antiguamente este claustro fue recinto religioso a juzgar por la espadaña antigua en ladrillo.
Valparaíso es un pueblo pequeño, pero agradable y limpio. Luis, el de la Panadería Las Delicias me hace caer en cuenta que por ser faldudo el pueblo, cuando llueve el agua se lleva toda la basura y las calles quedan limpias.
Un símbolo para el recuerdo.
El parque de Valparaiso ocupa solamente un 40% de la plaza por lo que se ve amplia y espaciosa.
En el espacio público se conserva el muñón de lo que fue la Ceiba más grande de Colombia y la tercera en tamaño en Suramérica. Lástima que un rayo quemó la mitad y luego hubo que tumbarla tras 120 años de estar ahí como la más bella insignia de Valparaíso.
Menos mal ya está creciendo el reemplazo del famoso árbol que tuvieron que cortar hace algunos años. También hay un tulipán africano de follaje verde oscuro y picaronas flores rojas.
Digo tulipán africano por ser refinado, pero he debido hablar de un palo de ‘mionas’, esas flores rojas que guardan entre sus pétalos agua lluvia para dejarla caer luego sobre algún caminante desprevenido. Un guayacán amarillo también tapiza el pavimento de la plaza, en época de florescencia.
En este momento la iglesia se ve descuidada porque se le cayó el cielo raso y no ha habido dinero para reconstruirla. Así que en el parque hay dos protuberancias amputadas: la de la torre de la iglesia y la de la Ceiba. Todavía se celebra misa en su interior de regular aspecto, sobre todo porque el techo es de asbesto y no en teja de barro.
Centro agradable.
El costado occidental de la plaza se engalana con balcones coloniales pero lo que sí afea este espacio público son unas diez casetas con venta de alimentos y cachivaches.
En Valparaiso muchas calles son adoquinadas y terminan como balcones naturales con vista espléndida sobre las montañas o los farallones de La Pintada, los potreros vecinos o las laderas de Támesis.
La plaza principal es agradable por los árboles medianos de sombra espesa en el parque y las mesas con sillas para tomar tinto en buena compañía.
Los valpariseños son gente hospitalaria y muy querida. Anduve por la carrera 8 con calle 11 por donde hay viviendas antiguas, aunque humildes pero no por ello menos aristocráticas.
Corredores de baldosas relucientes, camas gemelas en alcobas en galería resguardadas solo con cortinas de tela. Con razón sus dueños dejan las ventanas abiertas a propósito para exhibir esos templos de sencillez y distinción.
Hacia el oriente se llega al Liceo a través de una calle en columpio, acogedora y fresca, por la cantidad de árboles que dan sombra al sendero adoquinado.
Militares juntos.
El hijo más ilustre de Valparaíso fue Rafael Uribe Uribe a quien se rinde homenaje en el parque, a la entrada al kiosco con un busto del prócer.
Carlos me lleva en moto hasta la casa donde nació el único presidente de Colombia que fue reelegido antes de Alvaro Uribe Vélez. Se sube por una carretera empedrada. La casa está a disposición de los turistas y contiguo a ella hay una estatua pedestre de Rafael Uribe Uribe.
De regreso a Medellín, pasamos por frente al cementerio, a la entrada de Valparaíso. El soldado amigo se bajó un poco después, antes del puente donde vive su familia.
Me impactó la alegría con la cual lo abrazaron sus hermanos menores y él los saludó sacando pecho por ser el héroe, el hermano mayor que viene de pagar servicio. Me imagino el orgullo con el que les mostrará una foto suya portando un fusil…
Antes y después de La Fabiana, sitio donde sale la vía para Jericó, el paisaje sigue siendo magnífico. Qué prados verdes tan fértiles, cómo se ven de imponentes los farallones ya tan cerca e iluminados por un sol decadente, pero todavía brillante.
Ni recuerdo en donde leí una frase que me impresionó por cierta:
‘Viaja más seguido, perderte te ayudará a encontrarte a ti mismo’.
Si, en estos recorridos me he conocido más, ya sé cuáles son mis fortalezas, gustos y debilidades y en qué cosas debo poner todo el interés y ocupar el tiempo.
La alcaldesa de Valparaiso 2012-2015 fue Luz Elena Sierra de Cano quien anteriormente fue diputada durante dos períodos. 2016-2019: Sergio Andrés Ceballos López y el señor Jaime Alberto Rincón Galvis es el burgomaestre actual hasta el 2023.
Acá habitan en total 6.000 valparaiseños, repartidos por partes iguales en el pueblo y en las veredas.
Sábado 20 de junio de 2015