Turbo (Antioquia).

Al llegar a Turbo en el Urabá antioqueño, se tiene la impresión que este es otro país.

Lo digo por las placas rojas de letras EA que tienen algunos carros que solo circulan en la región: hasta Dabeiba al sur y Arboletes al norte. Hay también unas estaciones de servicio Proxxon que solo se ven acá.

Es raro que en este populoso municipio no haya aún un Terminal de Transportes decente. Todavía los buses se abordan en los paraderos que cada empresa tiene en el centro de la ciudad.

Mi visita a Turbo, fue de menos a más. Al principio, gran decepción pues anduve por la parte más deprimida del centro, con desorden y música a gran volumen en los cafés.

El Waffer.

Así se denomina la zona del puerto desde donde salen las lanchas para el Capurganá, Acandí y Quibdó, y donde el ambiente no es muy cuidado.

Encuentro este lugar peor a como lo conocí en el 2005, no obstante la cantidad de dinero que le entra al municipio por concepto de impuestos para abordar las lanchas. Parece que Turbo no ha tenido buenas administraciones municipales. Todavía prevalecen las basuras y el desorden.

La parroquia.

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen sin parque al frente, es moderna, sencilla y mediana. Tiene las cerchas metálicas a la vista aunque el altar de diseño aceptable no la hace ver tan mal.

Cuando el sacerdote que rezaba el rosario con pocos fieles me vio tomando fotos, interrumpió el rezo para invitarme a conocer la pila Bautismal que,  en verdad es el rincón mejor presentado del templo.

Parque Gonzalo Mejía.

Al llegar al parque Gonzalo Mejía hubo amor a primera vista. Se trata de una plazoleta abierta, muy ventilada y con kioscos donde preferiblemente se escucha música vallenata.

Don Gonzalo Mejía Trujillo (1.884–1.956), fue un pro-hombre antioqueño, empresario de gran visión que junto a Guillermo Echavarría Misas fundó la primera empresa aérea, con la que se inició el servicio de correo aéreo de América.

Por esa razón hay quienes proponen cambiar el nombre del aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, por el de Gonzalo Mejía.

Don Gonzalo fue el promotor de la carretera Medellín-Turbo y protagonista de la película ‘Bajo el cielo antioqueño’.

En el parque principal de Turbo se ve el busto del pro-hombre con la leyenda:

‘Turbo, a Gonzalo Mejía, hombre de gran visión del mar, el aire y la tierra’.

Este parque también lo llaman el Parque Pisisí, porque antes de construirlo venían al lugar muchos patos pisingos.

Arriba en la proa del barco que decora el parque sopla la brisa que viene del mar y es un alivio en las tardes calurosas del puerto.

Tanque del Agua.

Es la construcción emblemática que se ve de todas partes en Turbo. Sería bueno adecuar un mirador como el de Chipre en Manizales o el de San Martín en el Meta, aprovechando la estructura que sostiene el recipiente del acueducto.

Se vería precioso el sol metiéndose dentro del mar en horas de la tarde, y la atalaya  permitiría una vista de conjunto de la ciudad al medio día.

La Plaza de Mercado de Turbo parece subutilizada, una construcción grande pero con algunos locales desocupados. Los turbeños como que prefiere comprar en los ventorrillos de la calle.

Alrededor de la plaza abundan los cafés con música a buen volumen, sumada al bullicioso ruido de las motos que abundan en el centro. Andar en su propia moto es símbolo de liberación para las mujeres y de distinción y ascenso en la escala social, para los todos.

Más o menos  el 70% de la población de Turbo, es de raza negra.

En este municipio prevalece el empleo informal y queda mucho por hacer en asuntos de emprendimiento, salud y educación.

Del sector de la calle cien con carrera 13 provoca salir corriendo, los buses no hacen sino pitar y los bares ponen sus equipos a alto volumen.

Hotel Mirador.

A falta de un sitio alto para divisar la ciudad, subí a la terraza de uno de los mejores hoteles de Turbo para tener una idea de conjunto del pueblo.

Desde allí se aprecia gran parte del casco urbano. Se alcanza a ver el mar allá lejos sobre el occidente, y también se distinguen las pangas que salen desde el Waffe.

Prevalece cierto desorden urbanístico: techos de diferentes materiales, edificios a medio hacer y fachadas con varias alturas. Eso sí, las calles son bien trazadas y rectas.

La Playa.

Turbo no es solo comercio. También ofrece a los visitantes playas donde tomar un baño reconfortante.

Definitivamente la mototaxi es el transporte más demandado en estos pueblos de Urabá.

Para ir a la playa se sale por la doble calzada, que es la calle de mostrar en Turbo, por donde se llega viniendo de Necoclí.

Y de verdad que ‘la doble calzada’ está bien hecha: empieza en la base del tanque del acueducto y sigue hacia el norte; tiene palmas a un lado y todo el separador está sembrado con arbustos que le añaden un aire de frescura al contorno.

Al llegar a la iglesia del Ecce Homo, se desvía a la izquierda. Un kilómetro más al fondo está ‘la parada’ y allí se desvía hacia el sur, ya sobre la playa, para llegar hasta los estaderos.

A lo lejos se divisa un barco con su carga de bananos partiendo para Europa. Más acá muchos negritos toman su baño de juegos en el mar.

Alcaldes de Turbo han sido: 2008-2011 Estanislao Ortiz Lara, 2012-2015 William Palacio y Rubén Darío Arroyo Palacios  2016-2019 Alejandro Abuchar González y hasta el 2023 es el señor Andrés Felipe Maturana González.

Acá habitan en total 120.000 turbeños, 47.000 en el pueblo y 73.000 en las veredas.

Fecha de la visita: Viernes 29 de agosto de 2014.