Toro (Valle del Cauca)
Domingo 7 de junio de 2015
Toro es un bello municipio del Valle del Cauca, que hizo parte de las ‘Ciudades Confederadas’. Y eso ¿qué quiere decir? Veamos.
En 1.808 Napoleón Bonaparte invadió a España y nombró rey a su hermano José.
Desde entonces hasta 1.814, los ibéricos se sublevaron contra Francia y esa situación la aprovecharon algunos criollos, liderados por el caleño Joaquin de Caycedo.
Este valluno organizó en la provincia de Popayán, el movimiento de las ‘Ciudades Confederadas’ entre las cuales estaba Nuestra Señora de la Consolación de Toro.
Anserma, Palmira, Buga, Cartago, Caloto, Cali, Popayán, Almaguer e Iscuandé, también hicieron parte de la confederación, para reclamar de España el derecho a la autonomía.
Para visitar pueblos del Valle, me he radicado en La Unión. Desde allí hasta Toro son solo 20 minutos en buseta y el pasaje cuesta dos mil pesos.
Toro es un pueblo apacible, completamente plano, más bien solo y sin establecimientos comerciales en el marco de la plaza principal, con eso le digo todo.
La iglesia, de una torre cuadrada y en ladrillo, es moderna, muestra en su interior arcos ojivales que sostienen la cubierta de cemento.
Para destacar, en el coro, la imagen gigante y en vitral de la Asunción de la Virgen.
El piso de baldosa antigua con un raro diseño de colores gris y negro y, en la nave lateral, los vitrales con primitivas escenas bíblicas en las que aparece el bautizo de Jesús y, Abraham a punto de matar a su hijo, entre otras vidrieras.
Diagonal al templo hay una casa roja y verde, vieja, muy linda, donde parece que funciona el Centro Gerontológico. Por acá están además, la Escuela La Inmaculada y el Colegio La Consolación.
En el parque se observa una gran valla con la imagen del Padre Alexander, un cura párroco que se ganó a la feligresía y con mucho dolor, sus fieles lo vieron salir trasladado para otra parroquia.
Ese sacerdote fue muy diligente, según me cuenta un lugareño, pues reformó la iglesia, el cementerio y la capilla del Hospital.
Anduve luego por la plaza de mercado, donde fotografié unas guanábanas lo más de provocativas. No hay mucho comercio en la galería, pero sí es un espacio agradable.
De ahí salí en moto taxi hasta el Bohío, donde está la capilla doctrinera de San Juan Bautista, restaurada recientemente.
Se trata de una ermita pequeña, con altar y púlpito en madera de colores pasteles antiguos.
El piso es en ladrillo cocido, de verdad es una capilla que vale la pena fotografiar, con la imagen del Evangelista en el centro.
Pero, qué sorpresa: cuando llegué al atrio de la capilla, acababan de arribar varios jóvenes que estudian Turismo en una escuela caleña.
Los doce muchachos y el profesor, están desde ayer en excursión por el norte del Valle, y hoy vienen por acá, luego de pasar la noche en un Hotel de Cartago.
Hablé con el profesor y le pedí autorización para seguir con ellos en el bus hasta el Museo Rayo, en Roldanillo.
Junto a los estudiantes, subí a la buseta que ellos contrataron, para ir a La Unión y conocer el ‘Parque de la Uva’.
Mientras anduvimos los 15 kilómetros, me paré frente a los universitarios a contarles sobre mis correrías por todo el país y responder sus inquietudes.
A cada uno le entregué una tarjeta para que una vez en casa, visiten mi blog.
Así llegamos a La Unión, el municipio vecino a Toro.