Toca (Boyacá).
Domingo 23 de diciembre de 2012
Una buseta que tomé en el atrio de la iglesia de Siachoque, me trajo hasta Toca por $4.500, para media hora de viaje. La ventaja de recorrer el departamento de Boyacá, es que sus pueblos se encuentran muy cerca unos de otros.
Toca se ubica en todo el centro del departamento, y está rodeado por cultivos de papa, hortalizas y trigo . Con razón este municipio es llamado también la ‘Espiga de oro de Colombia’.
La ganadería es otro renglón importante de la economía toquense. Antes de llegar al pueblo, se ven hermosos potreros donde pastan vacas lecheras.
Ya iba a entrar a la plaza cuando escuché rabiosa, la sirena del carro de la policía abriendo campo, pues en este medio día, se realiza en Toca una competencia ciclística con algunos deportistas.
Y lo primero que me impactó cuando llegué a pié, desde el terminal de busetas hasta la plaza, fue ver dos iglesias góticas seguidas, en uno de los costados de la plaza: una grande y otra pequeña, parecen mamá e hija. Ambas son de color amarillo. La pequeña estaba cerrada y a la grande sí pude entrar.
Es bonita, tiene en la base unas columnas como en mármol oscuro, que se ven bien. Arriba, arcos de crucería y capiteles dorados. Hay algunos vitrales sencillos, cubriendo el paso de la luz, por redondeles típicos del arte gótico.
Toca tiene en total 10.500 habitantes, de los cuales en el casco urbano habitan 3.500 y el resto de tocanos viven en el campo.
La bandera de Toca ondea en un asta de la plaza. El Palacio de Gobierno de dos plantas, es sencillo y sobrio. La plaza es completamente plana, abierta y amplia.
Uno de los platos típicos de Toca, es el conocido Cuchuco con espinazo.
Y en cuanto a las artesanías, hay talleres manuales en donde se confeccionan con hilos de lana virgen: mantas, ruanas y cobijas.
Entré a la cafetería de la esquina de arriba de la plaza. Allí fotografié a unos niños peinados con gomina y con un estadio dibujado en su cabeza. Ahora hasta los infantes, se preocupan porque su presentación personal, esté a la moda.
Bueno, continúo mi recorrido por esta parte de Boyacá, antes de regresar a Tunja.