Tarso (Antioquia).
Miércoles 1 de octubre de 2014
Suroeste fértil y hermoso.
Tarso es un pueblo del suroeste antioqueño tan verde que parece vegetal, tan poco promocionado que muy pocos lo conocen.
Desde la capital antioqueña toda la carretera está pavimentada, excepto un tramo de tres kilómetros donde la tierra tiene arrugas y hace tiempo se trabaja para corregir una falla geológica.
Sobre todo a partir de Bolombolo, el viaje es muy entretenido, observando tierras tan fértiles y los extensos cultivos de aguacates: la fruta preferida por las mujeres.
Los sembrados de cítricos al otro lado del río me recuerdan los surcos en el cabello, que se mandan a hacer las negras chocoanas. Hileras coposas en perfecta cuadrícula.
Antes de llegar a Peñalisa, corregimiento de Salgar, se atraviesa el río Mulatos que baja de los lados de Pueblo Rico. Y al llegar al corregimiento está la desembocadura del río San Juan que luego vierte sus aguas en el Cauca.
Peñalisa es un poblado grande, con capilla y todo. Tímido, rehúye las miradas y prefiere al anonimato. No se aprecia mucho porque está como hundido y recostado al regazo del río Cauca.
Diálogo con abuela.
Más allá de Puente Iglesias, se sentó a mi lado una señora como de 80 años, de piel blanca y buen tipo, muy querida y buena conversadora. Apenas le hice una pregunta, empezó a pasar las páginas del libro de su vida.
- ‘Yo porque estoy cuidando a mi nietecito, pero a yo me gustaba mucho cuando trabajaba en esos cafetales. Y es que coger café no es deshonra!’-.
- Y cuántos años tiene su nieto?, – le pregunté a mi amiga-.
- El niño tiene siete años, y está en la escuela de la vereda. Imagínese que empezó en Pre-Escolar pero ligero ligero, lo pasaron a segundo y ya el año entrante hará el tercero. La profesora dice que el niño es muy inteligente, oiga! Él ya habla inglés y está aprendiendo a dividir – .
- Y cómo se llama su nieto? -.
- Sí, Yesid es un niño muy querido. Yo lo cuido mucho, pues hay mucho muchacho por ahí a rienda suelta, que no conviene como compañía pa’l niño -.
- Y el papá de Yesid qué? –
- Ese no salió con nada, porque como la muchacha mía no lo volvió a voltear a ver… La gente dice quesque yo le voy a quitar el niño a mi hija, pero que va, es para que ella pueda trabajar en Medellín. Es que a la humanidad no la lidia nadie… Yo levanté seis hijos, y sé lo duro que es.
Y sí, después que se bajó mi amiga y unos kilómetros antes de llegar a Tarso, pasamos frente a la escuela Luis Felipe Restrepo Herrera, pintada ahora de azul, y con términos en inglés arriba de cada puerta. Uno de los niños que juega fútbol ahora en el patio, debe ser Yesid, claro.
Pueblo plano y acogedor.
Tarso no se divisa antes de llegar, sino a partir de la gruta con la virgen y el pastorcito, que hay a la entrada al casco urbano.
Al llegar al centro del pueblo, las fotos de rigor: el parque, el templo y la Alcaldía, en la esquina occidental de la plaza, en una edificación con mampostería pintada de muchos colores, como se caracteriza la arquitectura de la colonización antioqueña.
La iglesia de Tarso, de estilo neo romano, no es fea. Se diferencia muy bien de las demás, por el triángulo agudo que ostenta el frontis, en medio de las dos torres cuadradas. Un escudo que protege su corazón.
La ermita en su interior es simple. Sobre todo el altar principal se ve despoblado y austero por tanta sencillez.
Las que sí se ven fuertes son las veinte columnas, que soportan arcos de medio punto. Las ventanas tienen forma de arco, con una roseta arriba y dos bóvedas pequeñas en cada una de las cuales hay un vitral. El recinto eclesial dispone de iluminación natural gracias a las más de 30 ventanas, arriba y abajo de la bóveda de cañón.
El parque de Tarso es pequeño, no ha sido remodelado en los últimos años, pero se ve agradable, además de plano. Tiene suficientes palmas y árboles sombríos y ostenta el mayor número de bancas de hierro forjado y tablas de madera, proporcional al área del espacio público.
Lástima que en el costado norte de la plaza hay una caseta que mediante una carpa auxiliar ya empezó a apropiarse de una mayor área del parque.
En seguida subo a conocer la Casa de la Cultura un caserón grande con muchas ventanas sobre la calle. Allí me orienté mejor observando una foto aérea del pueblo, completa aunque no muy reciente.
Alrededores de ensueño.
Camino por la calle por la cual se sale para Pueblo Rico. Y descubrí que detrás de la estación de servicio Zeus hay una manga alta con rocas gigantes y prehispánicas desde la cual la vista sobre el pueblo, es aún mejor que desde Cristo Rey que está más arriba, pero también más alejado del objetivo.
Lástima que la iglesia no se ve de frente. De todas maneras sus torres pintadas de rojo lucen muy bien en contraste con el blanco de la fachada.
Aquí sí estoy feliz. Qué vista tan agradable, un mirador privilegiado al cual se sube fácil y sin exigirle demasiado a las rodillas.
La roca desde la cual me senté a contemplar el paisaje es un peñasco inmenso, con escalas para trepar hasta lo alto y en la cima, sentadero ergonómico para cada nalga. Hasta me tomé una foto en actitud de Cristo Rey: con los brazos abiertos protegiendo al pueblo.
El paisaje de montañas no podía ser más bello. La zona está lo suficientemente despejada como para mirar con claridad todos los sitios. No hace sol y el día está muy fresco. Sopla una brisa suave, deliciosa. Provoca quedarse un buen rato en este mirador.
Al occidente de Tarso se ve una edificación grande y moderna con coliseo y cancha de fútbol reglamentaria, donde funciona el colegio de bachillerato. Una zona deportiva campestre, amplia y abierta.
Desde este punto se distinguen las palmas reales que engalanan el parque, de copos altos y cuerpos elegantes.
Trompetazos.
Se escucha cuando llegan los buses desde y hacia Pueblo Rico, haciendo sonar sus trompetas como si hubiera llegado el juicio final. Hasta me río de mí mismo de lo contento que estoy. Si estuviera haciendo sol ya me hubiera tenido que ir.
Otro que se pega de la trompeta es el conductor del carro de basuras. Seguramente acostumbró a los lugareños a sus pitazos y entonces siempre tendrá que inundar el pueblo con semejante ruido para que saquen a tiempo los desperdicios.
Recuerdo que alguna vez en otro municipio me encontré con la sorpresa de que el carro de basuras en vez de corneta llevaba un amplificador con música clásica muy bonita, la misma a la cual se acostumbraron a escuchar los lugareños. Esa bella melodía cumple el mismo fin de los cornetazos estridentes de acá.
Por un sendero peatonal bajé hasta el colegio José Prieto Arango, el de la piscina y cancha de fútbol grande.
Del colegio me dirijo luego a la finca cafetera grande y roja que vi ahora. Tiene una entrada decorada con palmeras a lado y lado que me dio la bienvenida. Me cansé de llamar ‘Buenos días… Buenas Tardes…’, pero nadie atendió mi llamado a pesar que todas las puertas estaban de par en par. En los pueblos la seguridad es total.
Hacia Jericó.
Seguiré a la cuna de la Santa Madre Laura. La carretera de Tarso a Canaan, las partidas para Jericó, forma como un balcón lineal desde el cual se ve todo el valle del río Cauca. Detrás de la cordillera se distingue desde acá, la punta afilada del Cerro Tusa. De las Partidas sobre la carretera de Jericó hasta Tarso son solo 7 kilómetros.
Lo ideal es venir por la tarde o noche por esta vía, para observar tanta hermosura. Son 20 minutos en descenso pero con una panorámica espectacular hacia el oriente.
Me bajo a esperar el otro bus. Unos jóvenes estudiantes me ven escribir y les pido que con su letra despegada, tracen algunas palabras en mis hojas.
Les parece totalmente ilegible mi ‘letra de médico’ y de verdad que no entienden nada.
Acá habitan en total 7.000 tarseños, distribuidos por partes iguales en el pueblo y en las veredas.
El alcalde de Tarso hasta el 2019 es el señor Néstor Fernando Romero Villada.
Super chévere el relato.
Gracias.
Me alegra Liza que loe haya gustado, feliz día.
Curioso encontrar un relato de ese pueblo que este fin de semana visitaremos con unos amigos.. muchas gracias por la info, que siga así y haga muchas más.
Me alegra que le haya servido de motivación para visitar ese pueblo hermoso del suroeste antioqueño. Saludos.