Siachoque (Boyacá).
A 20 kilómetros de Tunja y en solo cuarenta minutos, se llega a este pueblo boyacense pequeño y colorido, cuyo nombre significa ‘lugar de buenos sabores y cultivos vigorosos’. Y sí, tal cual.
Los alrededores de Siachoque son preciosos, desde cuando se deja Soracá, aparecen laderas casi planas con sembrados de papa, maíz, duraznos, etc.
Como todos los pueblos de Boyacá, vale la pena conocer este municipio asentado en un valle amplio y fértil.
Ráfagas de viento.
Tan pronto se sale de Tunja comienza una explanada donde el viento sopla con fuerza, sobre todo al medio día. Se nota en los árboles con el tallo inclinado hacia la dirección del viento.
Así que en la noche o en días no calientes como el de hoy, las temperaturas deben ser paramunas o al menos por debajo de los diez grados que en promedio tiene Siachoque.
Cada dos kilómetros aparecen al lado de la vía casas campesinas humildes, con su vaca peluda al lado de color café y blanco o blanco y negro.
En estos pueblos boyacenses se ven pocas motos, claro, el frío no permite ir al aire libre.
Amplitud y color.
El centro de Siachoque es completamente plano. Lo primero que impresiona es ver las edificaciones del marco de la plaza, todas pintadas con colores fuertes y contrastantes. Y eso está muy bien para un pueblo de clima frío y días con frecuencia nublados.
Ahora ha salido un sol radiante, que hace más vistosos los variados tonos de la plaza.
Al occidente se levanta el edificio de dos plantas que sirve de sede a la Alcaldía. Allí flamean tres banderas que le imprimen dinamismo al lugar.
En la Casa de la Cultura al oriente, ensaya ahora la Banda Juvenil de Música. Qué bueno que estos jóvenes ocupen el tiempo en esa actividad, que los disciplina y les da opciones de viajar y hacerse a una profesión.
Los ensayos de la banda fortalecen en los muchachos habilidades blandas: trabajo en equipo, persistencia, auto-disciplina, capacidad de logro, aprovechamiento del tiempo libre, etc.
Templo colonial.
Ya es mediodía y nada que termina la celebración en la parroquia de Siachoque. En estos pueblos es frecuente que los altoparlantes de la iglesia inunden con sonido el casco urbano. Y la gente lo tolera y a lo mejor les hace falta.
En la ciudad los ciudadanos se quejaría ante alguna autoridad. No obstante, recuerdo el grafiti que encontré en Tibaná con la leyenda, a manera de súplica: ¡Padre, deje dormir los domingos!’.
Los muros del templo antiguo se construyeron en cal y canto, esto es, piedra de cantera y masa de cal, posiblemente amasada con sangre de ganado.
Por dentro, la iglesia de Siachoque es preciosa. Tiene en el altar mayor un gran retablo forrado en laminilla de oro, con 14 imágenes de santos, entre ellos la de Santa Bárbara, con sus seños cercenados y sangrantes.
A veces la Iglesia se valió de esas leyendas tan fuertes, para conmover a los fieles.
Acá habitan en total 8.500 siachoquenses, 1.500 en el pueblo y 7.000 en las veredas.
Alcaldes de Siachoque han sido: 2012-2015 Oscar Mario García Rendón; 2016-2019 Andrés Cuítiva Jiménez; 2020-2023 Jairo Grijalba Lancheros.
Fecha de la visita: domingo 23 de diciembre de 2012.