Sátivasur (Boyacá).
Viernes 24 de marzo de 2017
En Boyacá hay pueblitos hermosos, unos cerca de Tunja o Villa de Leyva, y otros en zonas más alejadas y poco conocidas.
Estando en Paz de Río, desperté justo a tiempo para salir temprano hacia SátivaSur y SátivaNorte.
Un conductor fue mi asesor para planear de la mejor manera los viajes que vienen.
Al nor-oriente de Boyacá, a 130 kilómetros de Tunja y relativamente cerca a Paz de Río, están los dos pueblos Sátiva.
Estos dos municipios deben su nombre a términos que en lengua chibcha, significan algo así como ‘noble capitán’.
Tales apelativos hacen en referencia al cacique que gobernó estas tierras en tiempos pre-colombinos.
Para llegar a SátivaSur, se sube durante una hora desde Paz de Río hasta el Alto de Paz Vieja y La Meseta, para bajar luego a SátivaSur.
Por estas carretera veredales, es posible fotografiar escenarios campesinos de gran belleza y originalidad.
Como el corredor de una vivienda humilde con matas floridas como adorno, la tina de la leche, el costal con las papas, las botas pantaneras y demás utensilios para las tareas cotidianas a la vista.
Desde la Meseta se ve el SátivaSur lo más de lindo, con esa iglesia imponente en todo el centro. Qué cúpula tan alta y qué templo tan hermoso.
Igualmente son preciosos los pastizales donde se alimentan las vacas.
Todos los días pasa el lechero recogiendo las cantinas para llevar la leche hasta Belén, en donde existen factorías medianas que producen queso pera y doble crema.
Hay un punto de la carretera desde el cual se divisan los dos pueblos: SátivaSur más cerca y su vecino SátivaNorte, un poco más retirado y alto.
Al final del viaje era la cobradora de la empresa de transportes, la que le decía al conductor dónde debía detenerse, para que yo bajara a tomar la panorámica del pueblo o algún paisaje de interés.
En SátivaSur se venera con especial devoción la imagen del Señor de los Milagros, un crucifijo de piel oscura que según cuentan, hace muchos milagros.
Atraídos por esos beneficios, todos los años, el último viernes de enero se celebran las fiestas patronales en SátivaSur y llegan al pueblo peregrinos de muchas partes del país.
Incluso cuentan que por el paso del tiempo la imagen del crucifijo se encontraba muy deteriorada, pero alguna vez durante la misa, el Cristo sudó y la imagen se renovó completamente, hasta como se ve en la actualidad.
Como el terreno plano de que dispone el pueblo es muy pequeño, casi todas las residencias de SátivaSur son de dos plantas.
En este destino se bajó una señora campesina que llevaba una canasta bien protegida con una cubierta bordada y pulcra, donde traía los huevos para vender en el pueblo.
No podía dejar de fotografiar esa hermosa ‘canasta de los huevos’.
Me encantó Sátiva Sur. Un pueblo plano y agradable, con iglesia imponente a pesar de ser un centro urbano tan pequeño.
Me pregunto: ¿en ésta época se podría construir una edificación de ese tamaño con tan pocos habitantes?
Claro que no. Esos templos católicos fueron hechos en el momento que era, para disfrute de quienes vivimos tiempos más seculares.
En SátivaSur viven en el casco urbano solo 300 personas, mil en las veredas, para un total de 1.300 sativasureños.
El alcalde de Sátiva Sur hasta el 2019 es el señor José Abel Nova Guerrero.
Después de una corta escala que aproveché para tomar fotos, seguimos hacia SátivaNorte, en un hermoso día de verano.