Santuario (Risaralda).
Miércoles 6 de mayo de 2015
Al llegar al Santuario, lo primero fue tomar algunas fotos en las fachadas del oriente, contra las cuales se proyectan los últimos rayos del sol.
El hotel donde por $25.000 arrendé una habitación, es atendido por damas, de ahí que todo se ve ordenado y limpio. En cada habitación hay una silla mecedora, como si todos los huéspedes tuvieran problemas de sueño como yo.
Everardo Ochoa Pareja regirá los destinos de Santuario hasta el 2019. Este municipio tiene 15 mil habitantes, mitad citadinos y mitas campesinos.
Pues sí que me encanta Santuario, tiene alegría, se ve mucha gente incluso un miércoles como hoy.
Pero lo más destacado es la manera como muchas casas tradicionales se han conservado con sus aleros, balcones, contra-portones y demás características del tipo de arquitectura de la colonización antioqueña.
Sin embargo, qué pesar, es evidente como en muchas residencias se conserva muy bien el segundo piso, pero en el primero cambiaron las puertas en madera por rejas metálicas, que adaptaron como locales para el comercio.
Anduve por algunas calles, no muy planas detrás de la iglesia, y sí, hay muchas de las llamadas casas ‘coloniales’, bien conservadas.
Entré al Instituto, el colegio más central y, sin ser de arquitectura bonita, se ve agradable.
Incluso en Santuario se nota la plata, se observa mucho movimiento, y como todos los alrededores están sembrados de café, claro, hay trabajo para los más pobres y ganancias para los gamonales.
Me siento a escribir en el Café y Billares Andaluz que, como otros negocios de la plaza, tiene mesas afuera.
En este momento dan tercero para la misa de siete de la noche y noto que el sonido de las campanas es muy fino.
Es que este pueblo tiene personalidad, no obstante que la plaza se ve muy desorganizada, con los buses y chiveros estacionados en la parte de abajo, varias
chazas con venta de comidas y muchas motos y carros ubicados alrededor del parque.
Porque sí que hay motocicletas y talleres para las mismas.
Algunas suben las calles empinadas generando tanto ruido, que no se explica uno cómo permiten semejante contaminación auditiva.
En estos pueblos cafeteros todavía se acostumbra entre los hombres, jugar billar en algún café. Tanto que hay salones en donde cada aficionado guarda su taco personal con candado.
Y cosa rara, a las 6:55 se desocupó la plaza principal de Santuario. Como que muchas de las personas que estaban en el centro, se fueron para sus casas a ver las noticias.
Jueves 7 de mayo de 2015
No, definitivamente este pueblo me encantó, qué localidad tan querida. Hoy amaneció un día de verano hermoso. El sol se levantó temprano para iluminar el frontis de la iglesia.
Son las 6:15 de la mañana y en este suenan las campanas con su timbre, un poco grave pero fino.
Acá los pandequesos de mejor sabor son a solo $500. Claro, este local debe ser propio y seguramente varios de los trabajadores son familiares.
No quisiera irme de acá, pero me interesa conocer también a Risaralda Caldas, un pueblo cercano.
Visité la Plaza de Mercado moderna, ubicada en el marco de la plaza, frente a la iglesia. Es cómoda, las carnes se exhiben dentro de refrigeradores y
los locales pequeños están bien distribuidos. Desde la ventana trasera y el balcón, se pueden observar distintos ángulos de la localidad.
Bueno, antes de salir de El Santuario, debo conocer algo de la parte alta, detrás de la iglesia. Así que contraté una moto-rratona que me hizo un tour por esa zona, por $3.000. Aquí cobran solo mil pesos por cada carrera, qué barato, y eso que toca trepar por unas cuestas muy inclinadas incluso por parte sin pavimento.
Subimos por la Calle Gato Negro, (qué nombre tan bacano), luego estuvimos el La Plazuela y más adelante en el barrio Las Palmas.
No es gran cosa lo que se ve por allí, las casas de barrio, modestas y con poca uniformidad, y materiales sin gusto.
Lo que sí se observa muy bonito son las laderas de la cordillera sembrada de café, hermosas. También fotografié algunos jardines en el frente de varias casas.
Cuando le comento a mi conductor sobre la cantidad de motos que circulan en El Santuario, mi amigo dice que los sábados, cuando es el día de
mercado, ahí sí se ven bastantes vehículos, pues muchos campesinos cambiaron el caballo por las motocicletas. Hum, cómo será eso.
Y es que por ser tan pendiente, los santuarianos se sienten muy motivados a comprar su moto para no tener que trepar a pie.
Por fin mi conductor, me dejó en El Arco del Triunfo, como llaman una cimbra con la Virgen del Carmen encima.
No tuve que esperar mucho hasta cuando apareció un Aveo que por $5.000 me llevó hasta La Virginia.
Volvería a Santuario, me sentí muy bien acá.
Adjunto que soy santuario de nacimiento y algunos de sus comentarios me parecen no muy acordes y por no decir desagradables cuando uno visita una población debe de tener en cuenta que no todo puede ser bueno pero no hay necesidad de recalcarlo ademas su escrito carece de continuidad y sobre todo de coherencia, lo invito a que conozca mas de este hermoso pueblo ya que por lo que pude ver solo estuvo de paso y cabe recordar que somos la puerta de entrada a uno de los últimos paramos vírgenes de Colombia parque nacional natural tatama
Es probable que el escrito requiera mejoras, pero me gustó tanto Santuario (Risaralda), que de nuevo lo visité la semana páasada y en otra oportunidad haré un relato sobre esa segunda visita. Agradezco su comentario.