Santa Sofía (Boyacá).
En el segundo parque de Moniquirá se abordan las busetas que van para Santa Sofía. El pasaje para una hora de recorrido cuesta $7.000.
Cómo no detallar en el carro, los decorados encima del tablero: un escapulario con la Virgen del Carmen, un peluche de tigre albino, cojín del América de Cali y otro con la imagen de Micky Mouse.
Pocos pasajeros
Como la mayoría de los viajeros van ‘para el camino’, me pude ubicar al lado del chofer con quien hice buenas migas.
A mitad del viaje el conductor me advierte la vista de Gachantivá, el pueblo cerca a Villa de Leyva que conocí este año. Como pude, fotografié la panorámica en la que se destaca la iglesia monumental que construyeron en Gachantivá con los planos equivocados.
Antes de llegar a Santa Sofía pasamos por el punto donde se anuncia la ‘Cuevo-teca’, una discoteca dentro de un subterráneo. Parece que los fines de semana vienen muchos jóvenes a pasar la noche en ese establecimiento.
En Santa Sofía se ven más que todo personas de la tercera edad. Definitivamente los jóvenes que salen de los pueblos, no regresan a ‘la tierrita’ sino para las Fiestas del Retorno.
En la plaza principal, mi impresión fue más bien de asombro. No esperé encontrar un pueblo tan bonito, de plaza amplia y espacios bien decorados.
Los portales del parque adornados con curazaos florecidos, cautivan al más desprevenido. Una encopetada palmera y otras plantas más pequeñas, adornan el parque central. Los sofileños disponen también de una estación bio-saludable para hacer gimnasia.
Dos iglesias
En Santa Sofía hay dos templos, uno en la plaza principal con hermosa fachada pero no muy grande, y el otro, la inmensa iglesia que construyeron en la parte alta, de estilo moderno, con arcos y torre separada del cuerpo eclesial.
Descresta ver en un municipio de solo setecientos habitantes en el casco urbano, una iglesia monumental.
En la casa parroquial saludé al cura que sí ‘huele a oveja’ y salió a abrir el templo para que yo fotografiara el interior.
La iglesia por dentro es impactante pero no tan agradable. Por fuera sí presenta una imagen imponente y armoniosa que contrasta muy bien frente al firmamento azul de esta tarde.
El sacerdote cuenta que esta iglesia tan grande se construyó cuando Santa Sofía tenía muchos más habitantes de los que tiene ahora, porque la de abajo era más bien pequeña. Todo el pueblo contribuyó en su construcción, no solo con ofrendas, sino con sus brazos.
El nombre de Santa Sofía lo sugirió el General Rafael Reyes como homenaje a su esposa. Anteriormente este municipio se llamaba Guatoque, un nombre muy parecido a Guateque (Boyacá).
A un lado del templo mayor se ubica la Institución Educativa Técnico Agropecuario Santa Sofía. Con algunas de las alumnas que estudian allí estuve conversando e incluso me sugirieron que las fotografiara frente a la iglesia de abajo.
Atractivo de miedo
Un atractivo turístico a diez minutos de Santa Sofía es ‘El Paso del Ángel’, un sendero estrecho entre precipicios con el río abajo. Es como caminar por el filo de una cuchilla, cuidando de no caer al abismo.
En Youtube se puede mirar un video de Henry Garrincha con imágenes increíbles de ‘El Paso del Ángel’.
https://www.youtube.com/watch?v=uJrH4UqDKBI
Lo otro digno de verse en Santa Sofía y que no alcancé a fotografiar, es el ancianato con instalaciones muy cómodas.
Saliendo de Santa Sofía el bus se llena de estudiantes que se bajan en distintos puntos de la vía. Pagan con las pocas monedas que le quedan después del recreo.
En el casco urbano de Santa Sofía viven solamente 700 personas, otras 2.300 en los campos para un total de tres mil sofileños.
La alcaldesa de Santa Sofía hasta el 2019 es la señora Ángela Patricia Ávila Hamón.
Lunes 26 de septiembre de 2016