Santa Rosa de Viterbo (Boyacá).
Sábado 23 de enero de 2016 ‘Noble y Culta Villa Republicana’.
El pasaje entre Duitama y Santa Rosa, es de los más económicos que he pagado. Solo dos mil pesos, para 20 minutos de recorrido.
Me parece que Santa Rosa es un pueblo ideal para personas de edad que quieran vivir en un sitio fresco, plano, limpio, agradable, seguro y cerca a la ciudad de Duitama.
Me impresionó la belleza de los jardines de la plaza, muy bien cuidados.
Otro tanto puede afirmarse de las edificaciones, unas antiguas, otras recientes pero, en todo caso, acorde con el estilo colonial y, todas a la misma altura.
También me encantó la imagen muy destacada del hijo ilustre de Santa Rosa: el general Rafael Reyes Prieto, en actitud noble y gallarda.
Reyes fue presidente de Colombia entre 1.904 y 1.909, siendo elegido solo por sus copartidarios conservadores.
El General recibió un país arruinado tras la pérdida de Panamá en 1.903 y la Guerra de los Mil Días, que ganaron los conservadores.
Sin embargo no fue bueno el gobierno de este santarrosano, tanto que en Chapinero sufrió un atentado de muerte y en 1.909 ante una fuerte oposición, debió entregar el mando al General Jorge Holguín.
En Santa Rosa se recuerda a su hijo ilustre porque llevó desde la capital de la república el primer automóvil que anduvo por tierras boyacenses.
En los años 60 funcionó en las afueras del casco urbano, el seminario de los Jesuitas.
Esas instalaciones monumentales de hasta cinco pisos, son la sede de la Escuela de Policía de Rafael Reyes.
El interior de la iglesia de Santa Rosa tiene una iluminación excelente. Es lo mejor, fuera de ser un templo amplio y de cubierta elevada.
Un feligrés nos cuenta que siempre la mantienen muy adornada con flores, como las que se ven ahora en el presbiterio y en las columnas.
A la entrada a la iglesia está el monumento muy bello y elaborado por una artista mujer, al Caballo Blanco de Bolívar.
Se conoce que Casilda Zafra era una mujer adivina quien desde cuando supo que su mejor yegua iba a tener cría, predijo que el potro que nacería estaría destinado a un gran hombre.
Antes de la Batalla del Pantano de Vargas, el Libertador Simón Bolívar pasó de nuevo por Santa Rosa y necesitaba reemplazar su viejo caballo por uno brioso y joven.
Así que Casilda envió a su esposo para que donara la bestia al Libertador, quien la recibió poco antes de la Batalla del Pantano de Vargas y le puso por nombre ‘El Palomo Blanco’.
El almuerzo con pollo fue en el Restaurante La Villa, sobre el marco norte de la plaza.
Allí pagué solo $6.000 por un buen almuerzo y la excelente atención de Sandrita, quien no cobró más por los vasos de limonada natural que trajo, luego que el primero se me derramó en el piso.
Nunca había visto a alguien a quien le gustara y admirara tanto mi blog como al dueño de este comedor.
Alguien me recordó que aquí en Santa Rosa, celebran las competencias de tracto-mulas en reversa, un concurso bien original y que atrae a muchos.
También están las festividades y el Reinado del Campo Boyacense.
Y antes de salir conocí el edificio del Palacio Municipal, de corte republicano y bien conservado.
Menos mal un joven atento me llevó en su moto-ratona por dos mil pesos hasta la estación de servicio, donde abordé transporte para Cerinza, el municipio cercano.