San Juanito (Meta).
El mapa del departamento del Meta posee en la parte superior dos protuberancias: en la primera y occidental se ubica San Juanito, como robándole terreno al departamento de Cundinamarca.
A la 1:30, luego de tres horas y media de viaje desde Fómeque (Cundinamarca), llegamos a San Juanito.
Pueblo mínimo.
En este poblado de solo 600 almas no hay hoteles propiamente, sino hospedajes en casas de familia. Tuve la suerte que Francy, una señora formal y joven, me ayudó a conseguir un buen hospedaje.
A dos cuadras debajo de la plaza, arrendé por $16.000, una pieza inmejorable en el segundo piso. La cama es tan buena como la mía: alta y con colchón más bien duro. Un baño amplio y cómodo y la habitación también de buenas medidas. Creo que es la habitación más cómoda y económica que he ocupado en los últimos años, quién creyera en dónde la iba a encontrar.
Centralidad.
Ya sin morral salí a fotografiar el templo y la plaza que, no las esperaba tan bien arregladas. Pero como tenía mucho hambre, estuve almorzando en el restaurante del costado norte de la plaza, pechuga a la plancha con ensalada, papas y maduras, más el jugo, todo por solo $4.500. Como produce tanta comida, en San Juanito la alimentación es económica.
La iglesia de San Juanito de aspecto moderno y sencillo, tiene como fachada una espadaña simple con calados o perforaciones arriba que, vistas desde lejos más parecen las letras de un texto.
En cambio el interior de la iglesia sí es de buen diseño y parece un recinto acogedor, con arcos laterales y lámparas elegantes.
Tour en moto.
Lo que vino luego fue lo mejor: Kevin es un pelado como de 17 años que anda en su potente moto Yamaha, regalo del papá. Le pedí al muchacho que me diera unas vueltas por el pueblo y lo hizo muy bien.
Primero subimos al Hospital recién inaugurado, una clínica moderna y amplia en el costado occidental de San Juanito. Por allí está también el Coliseo, sin jóvenes jugando dentro, y un convento abandonado donde tomé fotos hermosas de la edificación de dos plantas con ventanas y arcos.
Monasterio en ruinas.
Se trata del que fue Monasterio de los Padres Monfortianos. La capilla se mantiene relativamente bien, con algunos vidrios de colores y el techo con cielo raso en madera.
Una imagen pequeña de la Inmaculada decora el patio central rodeado de jardín.
Los monjes estuvieron en San Juanito y aquí se llevaba a cabo la preparación de sus seminaristas. Pero parece que hace muchos años se fueron. Lástima que ese edificio tan bello haya quedado a merced de nadie.
A continuación subimos al Colegio donde estudia Kevin, para dejarme luego en la Alcaldía en donde anduve por las oficinas repartiendo tarjetas. Faltan muchos funcionarios, incluido el alcalde Ramiro Jiménez quien ocupa el cargo por tercera vez.
Edificaciones civiles.
En San Juanito como que ha habido buenas administraciones o, no sé si es que le sobra algún dinero. Porque la salud y la educación las paga el departamento del Meta.
Ha habido dinero para remodelar el parque y la alcaldía atiende a los ciudadanos en una edificación moderna, con equipos de cómputo de punta. En homenaje al campesino, un labrador con su mula decoran el parque central del pueblo.
El parque recién remodelado tiene pocas bancas y por lo que veo, se está deteriorando muy rápido.
Más adelante pasé por la Plaza de Mercado cubierta, terminada recientemente y de poco uso porque, me parece a mí, no se necesita en un pueblo tan pequeño y menos ahora cuando proliferan los Frúver.
El Hospital, no qué lujo, con edificación de dos plantas muy amplia. El Coliseo también es muy grande y la Estación de Policía, reciente y de varios pisos.
Arriba hay una Biblioteca que se usa poco, parece. Tiene el mismo diseño de las que ha donado el gobierno del Japón.
Capital agrícola.
En seguida conversé con grupos de personas que en diferentes casas se dedicaban a escoger fríjol. San Juanito es gran productor de esa gramínea.
Me contaba Éver que de acá salen camiones con fríjol para Medellín. Bien sea de cargamanto blanco o el rojo o el ‘bola roja’ que, no tiene manchitas blancas y es más pequeño y redondo.
Un muchacho me explicaba que hay varias formas de cosecharlo. Lo ideal es en verano, cuando no haya llovido y las vainas estén tostadas. Ahí es más fácil la cosecha, pues en el mismo predio donde se coge, se tira al piso una tolda o manta y allí se aporrean las vainas para que se desprendan los granos. Ese sistema se llama ‘Garrotiado’.
Porque existe el otro método, el ‘Cascarriado’, que se da cuando ha llovido y las vainas están húmedas. Ahí sí es más dispendioso, toca poner a secar las vainas y luego desgranarlas, es decir sacarle los granos manualmente.
Ahora en San Juanito están en plena cosecha de fríjol. Luego vendrá la de maíz, los dos productos que más se cultivan en esta zona. Queda claro que esta es una despensa para Villavicencio, Bogotá y la capital de la montaña. Por eso la comida acá no es costosa.
Atractivos de naturaleza.
La Cueva o Puente Natural, es uno de los principales atractivos de naturales de San Juanito. También hay varias cascadas que, sobre todo en época de lluvias se ven muy bellas.
Bueno, ya son las seis de la tarde, voy a ir al restaurante de Mercedes Jiménez Rozo, a comer trucha.
Qué delicia de trucha grande y bien frita la que me sirvió Mercedes, acompañada de ensalada de aguacate y cebolla, arroz sueltecito y tajadas maduras. No, la tercera más rica que me como, después de la de Alejandría (Antioquia) y la de Granada (Cundinamarca). Por $12.000 muy buen precio para tan buena cena.
Este San Juanito es bien frío. Por la noche bajó la temperatura, el chaleco apenas si me abriga, y eso que me dicen que hoy no ha hecho tanto frío como otras veces.
Al día siguiente.
Qué maravilla esta habitación de doña Carmen. Me facilitó su mesa de aplanchar y asiento para escribir dentro de la pieza donde no hace tanto frío. Si no fuera porque este pueblo queda tan alejado y frío, podría volver a pasar dos días acá.
Me levanté muy temprano, así que a las seis de la mañana estuve en una de las bancas del parque escribiendo en el portátil.
Un grupo como de seis gallinas caminan libres por el pasto del espacio público y a veces escarban en la tierra del sardinel.
Alcaldes de San Juanito han sido: 2016-2019 Ramiro Jiménez; 2020-2023 Néstor Darío Díaz Jiménez; 2024-2027 César Agusto Aya Rozo.
Acá habitan en total 1.800 sanjuanitenses, 600 en el pueblo y los restantes 1.200 en las veredas.
Fecha de la visita: Miércoles 15 de febrero de 2017.