Samacá (Boyacá).
En el viejo terminal de Tunja reuní varios conductores para que me asesoraran en cuanto a cuál es el pueblo ideal para hospedarme y desde allí conocer algunos municipios del centro-occidente de Boyacá.
El concepto fue unánime: Samacá es el pueblo equidistante o por lo menos el que ofrece mayores facilidades de transporte hacia los otros municipios. Pues no se diga más, para allá vamos.
El recorrido de 35 kilómetros de Tunja hasta Samacá es variado y entretenido; a veces rocas en el talud, otras veces planicie verde por Cucaita y casi siempre cultivos de hortalizas.
En el cruce de ‘Desaguadero’ están las partidas para Villa de Leyva o Chinquinquirá, por un lado, o Samacá por el otro.
Calados y coke.
Conversando con otros pasajeros me entero que en Samacá se consume mucho el Calado: ese biscocho en forma de galleta grande con el cual se acompaña el caldo, a cambio de la arepa antioqueña o el bollo costeño.
En la Panadería Santa Ana, a una cuadra del parque Francisco de Paula Santander se consiguen ricos y crujientes calados.
Y tampoco sabía que Samacá posee ricas minas de carbón y es el mayor productor de coke del país. En todos los cerros que circundan el pueblo hay minas y hornos en los cuales se coquiza el producto.
Es decir, el carbón que sale de los socavones se somete a temperaturas altas para quitarle la humedad hasta volverlo cristal. Al aprovecharlo en calderas industriales, el coke no genera llama, pero sí calor intenso, muy útil para mantener las termoeléctricas y los hornos a vapor.
Chimeneas humeantes sobre colinas bajas rodean a Samacá. Muchas tracto-mulas salen cada día con toneladas de carbón principalmente hacia la costa atlántica y los puertos marítimos.
Plaza amplia.
Ya en el centro de Samacá el desayuno fue un delicioso caldo de costilla en el restaurante Enmanuel. La dependiente me cuenta que allí ‘pitan’ la carne por lo que la porción de proteína, queda pulpa y el caldo sustancioso.
Samacá ‘Mansión del Soberano’, es un pueblo plano de calles amplias y buen movimiento comercial. En el marco de la plaza se conservan algunas fachadas coloniales bien valoradas.
La iglesia Nuestra Señora del Rosario sin torres, y construida en piedra amarilla, tiene un frontispicio con terminación triangular al estilo griego. El interior ostentoso más parece el de una catedral diocesana.
Aquí nació Coltejer.
En 1.893 se creó en el municipio Samacá la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón, la primera fábrica textil de Colombia, que pretendía aprovechar las ventajas energéticas que ofrecían las minas de carbón y hierro de la región. Estaba claro que la revolución industrial de Inglaterra y Estados Unidos se debía a la abundancia de esos minerales, igual que en Samacá.
Pero por la Guerra de los mil días, en los albores del siglo pasado, la empresa se vino abajo y fue cuando los Echavarría adquirieron a bajo precio, la maquinaria para fundar otra fábrica textil en Itagüí, conocida como Coltejer.
En 1.905 otros inversionistas samaquenses revivieron la empresa textil con el nombre de ‘Compañía Samacá’, que aún sigue funcionando aunque sin los márgenes de producción de otras épocas.
Muy pronto las textileras antioqueñas superaron a la Compañía Samacá en innovación tecnológica, cayó la producción de algodón en Santander y las demandas sindicales se hicieron inalcanzables.
En Intextil todavía fabrican tohallas, cubre-lechos y hamacas de muy buena calidad. Los productos se tejen con fibras de algodón, por lo cual la tela no se encoge como cuando la fibra natural se mezcla con poliéster.
Cerca a ‘La Fábrica’ como la llaman los samaquenses, se ve una capilla de estilo ecléctico muy singular, construida en 1.943, según se lee arriba de la fachada.
Aproveché para fotografiar los cultivos de la casa vecina donde la cebolla cabezona crece en lotes de distintas edades. Y también una variedad de fríjol que no se enreda, porque la planta no crece más de 30 centímetros. No lo sabía. Ahora entiendo por qué Samacá es ‘la despensa agropecuaria de Boyacá’.
El Puente Barducci.
El Puentón, por la salida hacia Bogotá, es un viaducto antiguo y en arcos que todavía da paso al tren carguero.
El puente construido en 1.930 por el ingeniero francés Mauricio Barducci, cruza el río Teatinos y a solo dos cuadras tiene un túnel de la misma época.
Casi un siglo después de construido el puente de cuatro estribos y tres arcos de medio punto, da paso al tren carguero que transporta carbón y hierro.
Samacá tiene en total 18.000 samaquenses, 5.000 en el pueblo y 13.000 en los campos.
Alcaldes de Samacá han sido: 2016-2019 Wilson Castiblanco Gil y hasta el 2023 es el señor Luis Alberto Aponte Gómez.
Viernes 3 de junio de 2016