¿Qué ropa usar en los viajes? 1/2

Me ha ocurrido a veces que, empaco en el morral prendas aptas para clima caliente, y resulto visitando pueblos de clima frío, o al contrario.

Al principio para los viajes usaba la misma ropa que acostumbran los mochileros argentinos, estadounidenses o australianos: camisetas de cuello redondo o como las llaman al sur: ‘remeras’; bermudas y, chanclas ‘tres puntá’ de caucho.

Pero la experiencia me ha enseñado que lo ideal es llevar siempre: sombrero de tela con tapa para el cuello y anverso negro, camisa muy fresca, ojalá de algodón 100%, y eso sí, de manga larga; pantalón jean o de fibra natural, y zapatos de los llamados ‘apache’ que se ven bien con o sin medias, pero siempre de cuero legítimo.

¿Qué ventaja tiene cada prenda?

El sombrero es fundamental para proteger la cara y el cuello de los rayos ultravioleta. Sin muchos argumentos científicos, estoy convencido, por la experiencia, que la tela negra, en la parte interna del sombrero, absorbe los rayos solares y evita el reflejo de la luz en la parte expuesta de la cabeza.

Estos sombreros de tela no son los más bellos ni lucidores, pero sí los que mejor protegen y tienen la ventaja que se pueden doblar para llevarlos en el morral  e incluso en el bolsillo del pantalón. Además su costo no supera los diez mil pesos y se consiguen en casi todas partes; dato muy importante, pues con frecuencia se los lleva el viento o quedan olvidados en algún restaurante.

Camisa de manga larga, mejor de doble bolsillo y ojalá con fuelles. En los viajes hay que tener a la mano no solo dinero, sino bolígrafo, hojas para escribir, planos, tiquete de viajes, tarjetas de presentación; incluso el celular, va más a la mano contra el pecho. Así que los bolsillos amplios de una camisa, son muy prácticos para mochilear.

Las personas que sudamos mucho en las axilas, estamos casi que obligadas a usar camisilla por debajo de la camisa. Y es que con frecuencia los viajes implican actividad en días completos o incluso durante parte de la noche, y la simple camisa no mitigaría el sudor de las axilas durante muchas horas.

En mi caso prefiero siempre los pantalones largos, así me encuentre en climas cálidos. Porque las bermudas dejan al descubierto las piernas y, la ropa no solo ofrece abrigo, sino protección. La tela de los pantalones hace las veces de ‘piel de tu piel’, y libra al viajero de rayones, raspaduras, picaduras de insectos, infecciones tipo chikunguña, etc.

Si los pantalones están hechos con tela rica en algodón, incluso en climas cálidos abrigan más que las piernas expuestas al sol.

Sobra decir que los pantalones deben tener mínimo cuatro bolsillos y, mejor aún, si son de los tipo ‘cargo’, que tienen dos bolsillos adicionales en las piernas.

En ocasiones los viajes se hacen en moto-taxis, en las cuales siempre hay riesgo de caídas y accidentes. Estando cubiertas las piernas y los brazos, hay menos riesgo de que la piel se lesione.

La camisa de manga larga y los pantalones hasta el tobillo, sirven no solo en climas fríos, sino que cubren y protegen de las inclemencias del sol en los sitios veraneros.

Además, en Colombia los buses casi siempre llevan el aire acondicionado en el grado más frío, de tal manera que un viaje con camisa de manga corta o ‘mochos’, en vez de ser una experiencia placentera, se convierte en una tortura que impide conciliar el sueño.

No todas las prendas de vestir absorben la mugre en la misma proporción. Hay telas, como las de color azul oscuro, a las cuales se les pega más fácil el polvo. Así que para los viajes conviene seleccionar aquellas prendas que son fáciles de lavar y secar, y tengan cierta acción repelente frente a la suciedad. Generalmente los pantalones ‘color mugre’, son los más adecuados para echar en el morral.

El peso de los pantalones y camisas también es definitivo. Para un mochilero uno o dos kilos menos en el equipaje son determinantes, por lo tanto conviene elegir para el viaje aquellas prendas que, además de las ventajas ya expuestas, tengan menor peso en gramos.

Los zapatos de cuero tienen la ventaja que se limpian fácil por la noche, bajo el chorro delgado del lavamanos, y una bolsa plástica a la cual se le da un segundo uso y después, se tira a la caneca.

En cuanto a la ropa interior, es conveniente que no sea muy abultada, confeccionada en tela de algodón y de fácil lavado y secado. Son las prendas que uno siempre lava en el baño de los hoteles.

Para viajes largos, con frecuencia llevo tres ganchos de ropa, de los que tienen pinzas, para conseguir que la ropa que se lava en la noche, al día siguiente, cuando se va a dejar el hotel o haya necesidad de usarla,  amanezca seca.