¿Qué negocio pongo?
Para elegir qué emprendimiento iniciar, mire al pasado. Parece absurda esa invitación, ahora cuando la tecnología invade todos los campos y es imperioso estar digitalizado.
Pero no, vale la pena considerar cómo la tendencia que comienza a imperar es la de parar el desarrollo, atender el cuidado del medio ambiente, no producir más recipientes plásticos, etc. Esa dirección seguirá en aumento a medida que, por medio de incendios, avalanchas y terremotos el planeta reclama atención.
Ya se dan ejemplos concretos que refuerzan la idea anterior de volver al pasado: cada vez se cierran más vías para construir ciclo-rutas, para que los ciudadanos se movilicen como cuando no existían los autos.
Los ‘pueblos slow’, donde la gente saluda, todos se conocen y se vive sin afanes se propagan por todo el mundo. En Colombia Pijao (Quindío) se promociona ahora como una localidad ‘lenta’.
Con la pandemia, la gente quiere regresar al campo, vivir en medio de la naturaleza y lejos de los centros comerciales y el consumismo, como se vivía antes.
De acuerdo con lo anterior, veamos tres posibles’ negocios retro’:
1 – Alojamiento en un pueblo:
Hoy la gente quiere vivir en los pueblos, lejos del bullicio y la contaminación citadina, pero no todos están en condiciones de comprar casa o finca en el campo.
Así que un buen negocio sería alquilar una casa grande en un pueblo agradable y recibir huéspedes que quieran vivir días o meses en medio de los árboles, donde no hay que pagar por todo, la gente es amable y el ambiente tranquilo.
2 – Comida callejera ‘de lujo’.
Hace poco un japonés puso en el barrio Campo Amor de Medellín, una venta callejera de Sushi. Cómo, ¿sushi? Sí, y durante el tiempo que estuvo allí, los clientes hacían fila, no obstante que el precio de la comida era más bien alto.
El negocio debió cerrarse, pero por dificultades en el abastecimiento de atún, que ya no se consigue porque los pescadores del Pacífico se están dedicando a negocios fáciles y mucho más rentables.
En Barbosa (Santander) todas las tardes un señor estaciona su carro de comidas rápidas en la calle más concurrida del pueblo, para vender empanadas de distintos sabores.
Lo novedoso allí son las empanadas de pollo con champiñones. El mismo sabor que se sirve solo en restaurantes de lujo tipo Crepes & Waffers. Cada vez que voy a Santander, planeo el viaje pasando por Barbosa, solo para disfrutar del rico sabor y buen precio de las famosas empandas.
3 – Un Internado:
Otro problema evidente para los padres de familia hodiernos es cómo educar bien a sus hijos, con normas y límites, a pesar que ambos, papá y mamá, desean realizarse profesionalmente y trabajar fuera de la casa.
El hecho es que muchos jóvenes actuales son educados por el celular o en el mejor de los casos por la abuela o la empleada. Por eso al terminar la secundaria salen jóvenes inseguros, depresivos, sin normas, incapaces, que lo quieren todo fácil y rápido.
Hace poco tuve oportunidad de visitar el Hogar San José, el mismo que conoció el Papa Francisco en su visita a Medellín. Allí se educan hijas de madres solteras o víctimas de la violencia.
Es admirable el orden, la disciplina, la alegría y socialización de aquellas chicas: desde los tres años comen solas, todos los días tienden la cama, lavan su ropa interior, saludan, son disciplinadas, buenas estudiantes y todo el día visten de uniforme sin preocuparse si ya me puse este vestido antes.
He ahí la solución al problema evidente de los padres de familia actuales: un internado donde los muchachos aprendan a convivir en familia, respeten a los demás, estén alejados del bullying y el consumismo.
Los niños permanecerían toda la semana en el internado y los viernes por la tarde los papás los recogerían para pasar con ellos los días en los cuales sí les pueden prestar atención.