Pulí (Cundinamarca).
Al occidente del departamento, Pulí es uno de los municipios con menos población de Cundinamarca: solo 500 habitantes en el centro urbano.
Sin embargo, todo su territorio es una gran reserva ecológica para el disfrute de puliseños y visitantes.
De ahí que Pulí es llamado con razón el ‘Municipio Paisaje de Cundinamarca’.
Aprendiendo del anfitrión.
El viaje desde San Juan de Rioseco fue con un ejecutivo del Ministerio de Agricultura que presidirá la reunión con productores de panela, en el auditorio del cuarto piso de la Alcaldía de Pulí.
El hombre habla de la conveniencia de no echarle clarol a la panela, pues los supermercados rechazan el producto cuando tiene ese aditivo.
En solo 35 minutos estuvimos en Pulí, luego de pasar por San Nicolás, un extenso corregimiento puliseño.
Al llegar iba a comenzar la misa por una señora anciana que murió ayer. Vinieron ‘dolientes’ de veredas cercanas y de Bogotá.
Luego de la misa el funeral se transformó en fiesta a pico de cerveza; si el difunto hubiera sido una persona joven, la cosa sería diferente.
Recorrido por el pueblo.
La ‘Pila del Amor’ decora la entrada al municipio con su chorro vertical activo. Pulí es un pueblo pequeño y casi plano.
La iglesia muestra una espadaña simple y es recogida por dentro. En seguida del templo se ubican la Alcaldía, la Biblioteca y la Casa de la Cultura.
Desde el 2017 existe el proyecto de remodelar el parque central. Ahora tiene una tarima pequeña y menos mal le quitarán el tanque de agua gigante que por estos días afea el sitio.
Algo bueno de Pulí es que han conservado bien algunas casas patrimoniales del marco de la plaza, con el techo en lámina oxidada.
El colegio de secundaria con modernas instalaciones, se encuentra a la entrada del pueblo.
El coliseo y la plaza de toros ocupan espacios más accidentados en la parte de abajo del casco urbano.
Espléndidos miradores.
Desde el Mirador de Villa María en horas de la tarde, se observa la localidad rodeada de árboles.
A veinte minutos del pueblo está el Cerro de las Tetas y el Alto de las Lagunas, una atalaya desde la cual también se divisa el valle del Río Magdalena allá abajo.
En el Alto de Lagunas emite sus reflejos la Laguna Espejo, sitio encantado en el que según la leyenda, se arrojaron todas las riquezas doradas del cacique.
Las Fiestas del Folklore y el Paisaje se celebran en agosto de cada año en Pulí. El plato típico de este municipio cundinamarqués es el sancocho de gallina criolla.
Cerro del Tabor.
Uno de los atractivos turísticos de Pulí es el Cerro del Tabor, que antiguamente fue llamado por los indígenas: ‘Pulí’.
En el Tabor nacen afluentes que surten de agua a varios municipios del occidente de Cundinamarca . Desde allí se pueden observar aves endémicas y migratorias que utilizan la zona como sitio de paso.
En el otoño boreal bandadas de águilas cuaresmeras huyen del frío de Norteamérica y en su viaje de hasta 12.000 kilómetros hacen escala en el Cerro del Tabor.
La vista del río Magdalena desde las estribaciones del Tabor, es deslumbrante.
También se pueden observar en las mañanas de firmamento abierto, los nevados del Tolima y el Ruiz que se distinguen muy bien a lo lejos: el primero en forma de cono con ‘exquisita crema de vainilla’ en la punta y el segundo cobijado con extenso manto blanco.
Una vez concluya la cuarentena, se promocionarán posadas rurales para avistamiento de aves y turismo ecológico.
Acá habitan en total 3.000 puliseños, 500 en el pueblo y 2.500 en las veredas.
Alcaldes de Pulí han sido: 2008-2011 Marta Lucía Otálora; 2011-2015 José Herreno; 2016-2019 Johnatan Alexander Vera Mora y hasta el 2023 el señor José William Herreño Lozano.
Miércoles 27 de septiembre de 2017
