Pueblorrico (Risaralda)
Miércoles 6 de mayo de 2015
Desde el Terminal de Transportes de Pereira salen busetas para Condoto e Istmina en el Chocó. Abordé una de esas que me llevará a Pueblorrico en el extremo occidental del departamento de Risaralda.
Mi compañero de viaje me recomendó esta mañana, comenzar el periplo por lo más lejos que, en este caso, es Pueblorrico, cuyo pasaje desde Pereira cuesta solamente 16.000. No es tanto, pues son cuatro horas de recorrido por carretera pavimentada, pero con muchos tramos aún en tierra o en construcción.
Conmigo viajan varias personas de raza negra, que habitan poblaciones chocoanas y, qué pesar, se les ve como humildes o incultas. Pobres, además de ser tan rechazadas por el color de su piel, no tienen las mismas oportunidades de educación y trabajo.
En La Virginia paramos unos minutos. Este pueblo es como un gran Terminal de Transportes. Hasta acá llegan o se estacionan muchas busetas de Empresa Arauca y Flota Occidental que viajan al Chocó y a los pueblos del occidente risaraldense. Dese La Virginia Apía está a 32 kilómetros, Pueblorrico a 58 y Santa Cecilia, en la frontera con el Chocó, a 90 kilómetros.
Trataba de no cerrar los ojos para observar los paisajes tan bellos: primero, cerca del Ingenio Risaralda, extensos cultivos de caña de azúcar.
Luego, apenas empezamos el ascenso, montañas cubiertas con cultivos de café. A veces pinceladas de guayacanes amarillos florecidos o matas de plátano entre los arbustos de la rubiácea.
A Pueblorrico se le conoce como el territorio de las aves endémicas. Tiene muchas cascadas y balnearios alrededor del casco urbano. O sea que puede ser un buen destino para turismo de naturaleza.
Fotografío algunos niños indígenas que juegan parqués en el parque.
Por acá hay varios resguardos indígenas, por lo que se ven muchos nativos embera, de las damas que visten vestidos de un solo fondo, con falda trillada y collar de chaquiras en la parte alta de la blusa.
La plaza de Pueblorrico es bien grande y casi completamente plana.
El parque se ve un poco descuidado, pero bien. El CAM: Centro Administrativo Municipal, como se llama a la Alcaldía, está bien, en el marco de la plaza y en edificación de dos plantas.
Ahí cerca está una trinchera detrás de la cual hay tres policías. El jefe me pregunta por qué estoy tomando fotos, me piden la cédula, pero apenas les entrego la tarjetica del blog y les explico el objetivo de mi visita a este municipio, se quedan tranquilos y yo me despido diciéndoles una verdad: que admiro mucho a las fuerzas armadas colombianas y lamento cuando a veces la gente se va en contra de los policías.
Fotografío la Iglesia cuya fachada están pintando, con mejores colores, tres arriesgados obreros, que cuelgan de cuerdas en lo alto de la torre y junto al reloj que no marca la hora exacta. Se trata de un templo grande e imponente que se ve muy bien desde la plaza principal.
El interior del templo, aceptable, con arcos de bordes blancos muy llamativos. Tiene una decoración con círculos, nada elegantes, pero originales de alguna manera. Lo mejor será el vitral con la imagen del Calvario, que decora la parte del coro.
Algunas casas conservan detalles de la arquitectura de la colonización antioqueña. Y casi todas están pintadas de colores pasteles y contrastantes que hacen ver bien el conjunto.
Converso con el dueño de ‘Tornado’, un caballo corpulento y noble, del cual se siente orgulloso su amo.
Bueno, hacia las tres de la tarde doy por terminada mi visita a Pueblorrico. Me gustó haber venido, no está mal el pueblo.
Como en la plaza aún no ha llegado el bus que va hacia Apía, decido caminar a pie y en bajada por la salida del pueblo, por si algún otro carro me recoge.
Y sí, ahí mismo me paró un camión Mitsubishi de 5 toneladas. El hombre viene de Istmina a donde llevó un viaje de verduras. El negocio y el carro son de él y, cada ocho días trae desde Bogotá, para 15 horas de viaje, un camionado con zanahoria, lechuga, repollo y demás productos que no se cultivan en Istmina. Muy amable el hombre. Cuando le pregunté por qué me recogió, respondió:
- Por buena suerte suya, porque yo acostumbro no recoger a nadie –.
Pa’ que vea…
Y eso no fue todo. Cuando le respondí que yo era de Medellín, el hombre dijo:
- Cómo admiro yo ese pueblo, me encanta su gente tan amable y echada para adelante –
Muy agradable el viaje en la cabina de este camioncito. Esos cafetales tan hermosos se ven muy bien desde la cabina alta de este vehículo.
A las cuatro de la tarde me bajé a la entrada a Apía, luego de agradecerle a mi amigo y desearle mucha suerte en adelante.
El alcalde de Pueblorrico hasta el 2019 es el señor Rubén Darío Ruíz Acevedo. Acá viven 12.000 pueblorriqueños, 3.000 en la cabecera y 9.000 en el campo.