Prado (Tolima).
A dos horas de Ibagué y al sur-oriente del departamento del Tolima, se encuentra el municipio de Prado.
Desde Purificación es fácil llegar en taxi colectivo. Al empezar el viaje se atraviesa el río Magdalena por majestuoso puente metálico.
Centro del pueblo.
Cuando se entra Prado lo primero que se aprecia es la escultura en honor del pescador. Los pradenses viven de la captura y del río, de las cosechas y el embalse.
Los colectivos llegan cerca al ‘Pabellón de las Carnes’, un prototipo de la arquitectura tolimense.
De forma circular y con pequeña cúpula arriba, esta vieja edificación se asemeja a la que hay también dentro de la galería de Natagaima. Nada raro que la gran carnicería haya sido obra del mismo arquitecto.
La plaza principal de Prado se destaca por los bellos jardines y árboles del parque. Al espacio público le han invertido dinero en follaje y un pequeño puente de adorno que recuerda quizá, la fiesta patria del 7 de agosto.
Un poco perdido entre la floresta, el templo parroquial subsiste sin ínfulas ni ostentaciones, con bancas de madera, piso en baldosa de roca, cielo raso en machimbre y tres retablos al fondo.
A un lado de la Iglesia se ingresa al edificio moderno y de dos plantas donde funciona la alcaldía municipal.
Hidro-Prado.
Estando en Prado es imperdonable visitar ‘El Mar del Interior’, como llaman los lugareños al embalse que alimenta le hidroeléctrica.
Entre Prado y ‘El Puerto’, es decir, el embalse, hay solo 8 minutos. Los ríos Cunday y Negro calman la sed insaciable de la represa.
Antes de llegar al muelle se puede ver allá abajo, la casa de máquinas de la hidroeléctrica, de techos azules y con vertedero para el agua sobrante.
Un túnel de solo dos cuadras de largo fue cincelado en la montaña rocosa. Al salir del pasadizo oscuro, al visitante lo sorprende la imagen del embalse, muy lleno ahora con las lluvias de la temporada, un espectáculo de verdad agradable.
Claro que si se compara este embalse con el del Peñol, la diferencia es notoria. En Prado las montañas son más cercanas, aunque también le dan un aspecto variado al lugar.
En predios de la electrificadora es posible tener una vista panorámica de la laguna y el muelle.
A un lado se ve la compuerta profunda y asustadora, que permite rebosar el exceso de agua, que ahora tiene el embalse.
Mar Interior.
Vale la pena venir a Prado y disfrutar de ‘el mar del interior’. Observo muchas lanchas aparcadas unas y otras llevando pasajeros a veredas y hosterías, más allá de la vista presente.
Admirable la belleza de los cordones de montañas que se pierden en el horizonte y van cambiando de color desde el verde y el azul hasta el gris de los cerros más alejados.
En la orilla permanece una casa flotante que en días de fiesta, es el centro de la música y el baile.
En su carrera sobre el agua las embarcaciones, dejan atrás una estela de espuma y un rastro de esperanza.
La Cascada del Amor y la Laguna Encantada son sitios a los cuales los lancheros llevan turistas en época de temporada.
En la plataforma de cemento sobre la cual parquean los carros, juegan fútbol dos equipos de jóvenes bien organizados y dirigidos por un árbitro oficial con uniforme.
El riesgo es una caída sobre el piso de cemento. Pero bueno, cuando uno tiene pocos años no piensa en esos peligros.
Alcaldes de han sido: 2016-2019 Álvaro González Murillo y hasta el 2023 es el señor Luis Ernesto Castañeda Sánchez.
Acá habitan en total pradenses, en el pueblo y en las veredas.
Jueves 14 de abril de 2011.