Planadas (Tolima).
Miércoles 29 de abril de 2015
Planadas es es el municipio más próximo al Nevado del Huila.
Dormí en Chaparral y llegué justo a tiempo hasta el campero Waz rojo que saldrá en seguida para Planadas. Es el municipio más alejado de la capital del departamento, se encuentra a 250 kilómetros al sur de Ibagué.
Al consultar el mapa, me cercioro que ahí no dará el sol durante el viaje. También le sugiero a las dos señoras que van en la banca siguiente, que se ubiquen en ese mismo costado.
- Y usted cómo sabe que ahí no da el sol si nunca ha viajado a Planadas? – me pregunta una.
- Es que yo soy ingeniero – le respondo muy serio.
Y sí, no me gradué en ingeniería, pero sé leer un plano y ubicar los puntos cardinales.
Es verdad, pocas personas saben eso tan sencillo e importante. Sobre todo para los viajeros conocer esa forma de orientación, es imprescindible.
Para romper el hielo con el chofer, hago algunos elogios de su carro Waz modelo 1.978. Y claro, a él le gusta mi comentario.
‘La gente persigue mucho estos Waz, porque la carrocería es muy aguantuda. Yo a este carrito le he subido hasta 40 bultos de aguacate y como tiene no solo doble sino también bajo, él trepa por la loma que sea, como si nada’.
El día está bellísimo, va a hacer un sol muy fuerte y en un día brillante, todo resplandece. La carretera es destapada hasta cerca de Ataco, aunque hay algunos trechos con pavimento en regular estado.
Desde cuando se sale de Chaparral, empieza el descenso entre bosques y prados muy lindos.
Ya sobre la vega, se ven pastizales con ganado y hermosos cultivos de arroz.
Atravesamos el puente sobre el río Saldaña, y comenzamos a transitar por la vía que va de El Espinal y Coyaima, hasta Ataco y Planadas. Es una vía pavimentada, aunque con frecuentes interrupciones, debido a fallas geológicas y trayectos sin cubierta asfáltica.
Con frecuencia la floresta forma túneles sobre la vía. Las ramas de los árboles proyectan sombras caprichosas sobre el pavimento. A veces se observan cerros abruptos en lo alto de la montaña.
Durante gran parte del recorrido, vamos bordeando el cauce del río Saldaña, una vertiente de aguas turbias, como si fuera agua de panela la que corre por allí.
Los ingenieros que construyeron esta vía, simplemente siguieron el cauce que durante siglos ha cavado el río, formando un cañón profundo, por ahí vamos.
Mientras tanto el conductor me cuenta historias de cuando transitaba por vías más temibles que esta. Como la que va para San Antonio de la Coca:
‘Eso por allá era muy lóbrego. Eso caminaba usted durante horas y no veía ni una casa’.
Lo que me ha impresionado en estos pequeños poblados, es el orden, aseo y buena presentación de todas las casas.
No sé si de por sí sus habitantes son tan esmerados, o ha habido alguna campaña para sembrar jardín y mantener agradable las casas, pero de verdad que impacta la pulcritud de estas aldeas.
Ya se ven muchos cultivos de cacao, que recuerdan mis años de infancia, como también algunos frutos secándose al sol, que hoy tiene todas las pilas puestas. Esta vez sí que disfruto de viajarenverano.
Pero lo que más se siembra en Planadas es café. Se cultiva en casi una cuarta parte del territorio de por sí extenso de Planadas.
A un lado de la carretera, un señor de edad alza la mano. Cuando se va a subir le advierte al chofer:
‘Entre aunque sea un pie, no sea que se le duerman las manos, se caiga y me lo cobren como nuevo…’.
No me había dado cuenta que en este campero viajamos 15 personas y cinco bultos de café en el capacete. Sentados en bancas atravesadas venimos 9, más seis de los más jóvenes que, con las piernas colgando, reciben todo el sol arriba, sentados a medias sobre la capota.
De verdad que estos carros Waz sí son muy resistentes y a los campesinos les toca soportar muchas incomodidades.
Son las once de la mañana, todavía faltan casi dos horas para llegar a Planadas. El río Saldaña todavía corre al lado derecho de la carretera, solo que con aguas más borrascosas.
A propósito cuenta el conductor que:
‘Mire ese río cómo baja que parece agua’epanela. Y si viera cómo es de bueno para la artritis. Yo me alenté una vez que me metí ahí y eso me salía vapor por todo el cuerpo; claro, como esas aguas bajan del páramo…’.
Y sí, el color de esta vertiente parece como si fuera ron, seguramente porque contienen hierro, minerales y otras sustancias volcánicas.
Por esta zona abundan los palos de guayabas, llenos de frutos amarillos. Qué bueno coger uno de los que aún no han empezado a consumir los pájaros.
A partir del corregimiento Santiago Pérez, que tiene una capilla decente, pintada ahora de azul, comienza el ascenso definitivo hasta Planadas.
En el caserío hay una tienda donde seguramente le obsequian refrigerio al conductor, pues en las dos veces que pasé por ahí, hubo tiempo para que compráramos líquido y algún tentempié.
Así como el pan recién horneado debería costar más que el frío, así también yo debería haber pagado más por mi tiquete, pues el puesto en el que me tocó viajar tiene todas las comodidades.
En cambio quienes ocupan la tercera banca atravesada, no tienen capota encima, así que vienen incluso recibiendo el sol canicular de este día. Bueno, para algo fui el primer pasajero en pagar el tiquete.
A las 12.40, llegamos a Planadas, después de cuatro horas y cuarto de un viaje que para mí fue todo un placer. Mejor que si hubiera venido en carro particular.
Lo mejor de Planadas, es su plaza gigante y con mucha floresta. Sobre todo cinco palmeras muy encumbradas, que se ven hermosas contra el cielo de pocas nubes y algunas palmas azules que decoran la parte de arriba del parque.
También hay ceibas gigantes, que quisieran cubrir con sus ramas todo el espacio, arbustos de hojas coloridas y prados muy verdes. Y eso que no encontré florecidos los dos guayacanes rosados que también decoran el Parque Los Fundadores.
En el costado norte del parque, está la estatua de uno de los fundadores de Planadas, una figura bien lograda, con sombrero, machete, bastón y soga en la mano.
La casa cural de un lado y el Palacio Municipal en el otro, resguardan la iglesia que, se debe mirar solo por fuera para tener la mejor imagen del templo.
Se ve que Planadas tiene buen movimiento comercial los fines de semana, pues fuera de ‘Antojitos de la Sexta’, dos negocios del mismo dueño paisa: de panadería y asadero de pollos, hay muchos otros comercios en locales grandes: Calzado y Modas Milenium, Almacén Medellín, la Comercializadora La Hormiga, Distribuidora Angie, etc.
Anduve por la Biblioteca azul, recién construida, pero cerrada a esta hora, y el arco en cuadro que da la bienvenida cerca a la oficina de la transportadora Cointrasur.
Aseguré por $20.000, mi regreso hasta Coyaima, a donde espero llegar con luz solar.
Le pregunto a un lugareño qué hay para conocer en Planadas, y me sugiere ir a piscinas y estaderos que hay en las afueras del pueblo.
También me faltó conocer el aeropuerto con pista asfaltada que tiene este municipio a un lado del casco urbano, como si fuera una calle más. Lo usan más que todo las Fuerza Aérea para los desplazamientos de tropa.
Otro planaluno me muestra el video que tiene en su celular, en el cual se ve a Pole: un hombre pequeño y como con retraso, que baila y bebe licor mientras sus paisanos lo estimulan para que se mueva más.
De ese personaje se dice que es hijo de ‘Tirofijo’. Y es que según cuentan, el jefe y fundador de las Farc nació en la vereda Gaitania, ubicada a media hora del casco urbano de Planadas.
Me encanató venir, cómo es de bueno conocer todos estos pueblos del sur del Tolima.
Una estrofa del himno a Planadas dice:
‘Sueño fecundo de Dios, gema escondida,
Sol de mi vida, eres Planadas del alma
Mi cuna, mi gran amor’.
En total 29.000 planalunos viven en este municipio, 7.000 en el pueblo y 22.000 en el campo. Y es que después de Chaparral, Planadas es el municipio más extenso y ubicado más hacia el sur del departamento.
Y un dato interesante: Planadas es uno de los pocos pueblos de Colombia en donde la población, en vez de decrecer, aumenta cada año.
El alcalde hasta el 2019 es el señor José Funor Dussán García.
Que bonitos relatos señor ,gracias por publicar sus comentarios ,ilustra y lo hace de manera amena.
Qué bien que lo disfrutes, gracias.