Pital (Huila).
Lunes 14 de marzo de 2016
Tengo muchos deseos de regresar sin apuros a pueblos del Huila que conocí hace dos años.
Uno de ellos es Pital: una comarca tranquila, de clima cálido agradable y calles planas.
Por algo a este municipio huilense se le conoce como: ‘Edén de Paz’.
El poblado se formó a partir de caseríos de los indígenas Páez, uno de cuyos caciques era el indio Pitaló. De ahí el nombre del municipio.
A la entrada al pueblo se observa la Villa Olímpica y Colegio Cooperativo Domingo Sabio.
Aunque un poco inclinado, Pital se ve agradable y con señorío.
El templo parroquial en honor de Santa Rosa de Lima, es grande, elegante por fuera y sencillo por dentro.
En el parque principal, de varios niveles, dan sombra ceibas gigantes.
Las bancas en forja donde se sientan los jubilados tienen acabado de lujo y diseño ergonómico.
La Capilla de Nuestra Señora de El Amparo fue construida en 1.888 luego que la señora Clara Santofimio y su esposo donaran los terrenos para edificar la ermita.
El Palacio Municipal de estilo colonial y con banderas tiene una fachada interesante.
Cerca a la alcaldía se transita por un pasaje peatonal y el resto de calles son limpias y con bellas fachadas.
El alcalde de Pital hasta el 2019 es el señor Emilio Leiva Leal.
Acá habitan en total 12.000 pitaleños, 4.000 en el pueblo y 8.000 en las veredas.