Obando (Valle del Cauca).
Martes 27 de diciembre de 2016
Llegué a este municipio valluno procedente de Pereira. Al pasar por Cerritos, se ven muchos vendedores ofreciendo piña oro-miel, la misma que desde hace rato desplazó a la piña manzana que se cosechaba antes, menos dulce y no tan suave como la de ahora.
Más adelante se subió al bus una chica que canta y encanta. Tiene dos hijos de 9 y 6 años y, claro, le va muy bien con las propinas. Lo malo es que este tipo de ‘trabajadores’ no paga pensión ni EPS y siguen siendo una carga para la sociedad.
Es una dicha viajar por estas vías tan modernas, con separador y árboles frondosos que dan sombra y engalanan el paisaje.
Ya en Obando, lo primero fue repartir tarjetas del blog en la Alcaldía.
En la oficina del burgomaestre saludé a Oscar Marino Badillo Medina, quien regirá los destinos del municipio hasta el 2019.
Obando me ha parecido mejor de lo que observé en los videos. Incluso la gente ha sido muy amable conmigo, sobre todo los viejos que saludé en el parque principal.
En el despacho parroquial me permitieron entrar al templo por la puerta de la casa cural.
Esta iglesia resultó muy afectada en el terremoto del 99 que sacudió de qué manera al Eje Cafetero, pero la espadaña de buen diseño continúa firme.
Anduve por la parte de arriba del pueblo para observar ‘La Casa de las Palmas’, una residencia de arquitectura hermosa pero casi en ruinas.
El parque central de Obando es amplio, bien arborizado, ofrece suficientes bancas y quicios a quienes vienen a descansar allí.
En la cancha cubierta con techo de colores, todo el tiempo ha habido jóvenes jugando micro fútbol.
Las calles que rodean el parque son de doble vía con separador, y claro, todo el plano del pueblo es completamente llano, muy agradable.
Por último arrendé por $2.000 una moto-taxi que me llevó hasta la antigua Estación del Ferrocarril, muy deteriorada ahora. Valdría la pena restaurarla.
En la plaza reclamé el morral donde la señora amable que no dudó en guardarlo mientras yo conocía algo de Obando. No me quiso cobrar, así que le deseé lo que se merece: que todo le salga muy bien.
Me gustó mucho el aseo de este pueblo. El vendedor de frutas y verduras que lleva en un triciclo, mantiene la canasta para basuras en la parte delantera.
También se mantiene pulcro y con tapa-bocas, el vendedor de cholaos que trabaja a un lado del parque.
Cómo será de limpio el piso de las calles que hasta el café se pone a secar al sol sobre el pavimento, al frente del templo parroquial.
Y otros trabajadores que realizan una excelente labor a favor del medio ambiente, son los recicladores que llevan en sus motos los residuos sólidos a los que se les dará un segundo uso.
En el marco de la plaza hay una escuela antigua de hermoso frente, y la alcaldía también tiene su sede en el centro de la localidad.
Alquilé una moto ratona que acá cobran $1.200 por la carrera, para que me sacara hasta la variante, es decir la vía de doble calzada que va para Cali. Allí hay un parqueadero con sombra.
Al momento apareció la buseta que por $2.000 me dejó cerca al parque de La Victoria, el municipio vecino.
El transporte entre estos pueblos del norte del Valle del Cauca es no solo frecuente sino económico.
Acá viven en total 14.000 obandeños, diez mil en el pueblo y cuatro mil en las veredas.
Es un lugar magnifico un remanso de PAZ lindo y bueno para vivir, visitensenos
Sí, me sentí muy bien en Obando, su arquitectura antigua vale la pena conservarla.