Montebello (Antioquia).

Montebello es uno de los pueblo del suroeste más cercano a Medellín, junto con Amagá y Titiribí.

Y es también un pueblo puro, en el sentido que conserva costumbres y paisajes propios de las localidades ancentrales.

Para llegar a Montebello se sube hasta el Alto de Minas y antes del corregimiento Versalles de Santa Bárbara, se desvía hacia la izquierda.

La carretera desde Versalles a Montebello, tiene unos precipicios asustadores. Casi todo el trayecto de 11 kilómetros, es con vista a profundidades verticales, hasta miedosas. Claro que en mucha parte de la vía hay barras de contención.

Pero por otra parte, la vista sobre la iglesia y el caserío de Versalles es muy hermosa a esta hora de la mañana cuando el sol ilumina todo ese panorama. Amaneció un día abierto, parece que hoy sí voy a viajarenverano.

A las nueve de la mañana estuvimos en la plaza de Montebello. Previamente se pasa por La Granja, una vereda de muchas casas y buena escuela. Hasta ahí todavía se divisa a lo lejos Versalles.

El próximo alcalde Ferdinando Muñoz Álvarez deberá darle una manito al Sendero Ecológico que hace unos años conocí muy bien cuidado, y ahora se ve descuidado. Desde lo alto del Sendero se tiene una vista increíble de 360°.

Fotografío el interior de la iglesia Nuestra Señora de las Mercedes, un templo diseñado nada más que por el arquitecto belga Agustín Goeverts, el mismo que construyó el Palacio de la Cultura de Medellín.

Continúo mi recorrido por ‘El Alto’, como se llama el barrio de arriba, en donde está la escuela Mariano Villegas. Por aquí las calles se ven ordenadas y limpias.

Montebello tiene en total 7.500 habitantes, 2.000 en el casco urbano y 5.500 en el campo.

Además de su gente, lo más bello y prometedor del municipio está en sus cascadas y abundantes ríos.

Un domingo en Montebello se siente mucha energía. Los campesinos llegan a la cabecera a hacer mercado y en los bares y cantinas se compite por la canción que más gusta a los labriegos.

No falta el cagajón de bestias, pues aquí es frecuente ver cabalgaduras esperando a su dueño, luego de dejar en la plaza los bultos de café y banano y comprar los abarrotes para llevar al campo.

Sobre el marco de la plaza, que es bien pequeña, está la sede, muy grande, de la Federación de Cafeteros.

Las casas y establecimientos comerciales que dan al parque, están bien presentados; como la Fonda Al Parque, en donde tomo un tinto mientras observo el movimiento del corazón del pueblo.

Arriba de El Alto, hay una salida adoquinada. Me cuentan que es ‘El Anillo’, una especie de vía circunvalar que comunica El Alto con el Hospital San Antonio.

Alguien me dijo que eran unas cuatro cuadras, pero que va: cuatro kilómetros casi.

Afortunadamente contraté por tres mil pesos una moto-taxi que me dio la vuelta. Qué buen paseo. La vista hacia Damasco y Santa Bárbara es completa y refrescante.

Nando, el moto taxista, tuvo paciencia para detenerse, cuando quise tomar alguna foto de dos caballos que se acicalaban mutuamente, una virgen decorada con flores de plástico, la vista del Hospital San Antonio, que es una edificación moderna y de tercer nivel.

Hubiera podido seguir con mi conductor hasta la plaza, pero preferí conocer algo más del sector del Hospital. Ahí muy cerca está también el monumento a la madre,  con la estatua de una matrona que acoge a su hijo. Muy deteriorada la imagen, pero en sitio destacado.

Hay por ahí una propiedad con hermosa vista y casa en ele: La Lomita, con veinte palos de aguacate en plena producción, muy cargados de fruta, a pesar que los árboles están todavía en crecimiento.

Desde esta casa la panorámica debe ser preciosa en la noche, pues se ven muchas casas campesinas colocadas en la ladera de las montañas.

En seguida fui a conocer el ‘Museo de la Música’, que está frente a La Lomita. Pues hay que visitarlo.

En el Museo hay muchas antigüedades: una sirena de auto de las antiguas, que funcionaba de manera mecánica, varias piedras de moler con cavidad apropiada, un trapiche en madera, una colección de discos antiguos que el dueño guarda bajo llave y un altar con muchos santos e imágenes religiosas. Ya ve, no está mal la colección.

En Montebello los niños aún no tienen celular ni tablets. Se divierten montando en cicla, jugando carritos o cambiándole de vestido a la muñecas.

Bueno, ya está haciendo hambre, así que le pedí el favor a un muchacho que pasó en moto, que me subiera hasta el parque y sí señor, el joven me hizo el favor y se negó a recibir los mil pesos que le iba a dar.

El Restaurante Familiar, en la calle real, fue el que me recomendaron los moto-taxistas y donde comí la otra vez cuando vine a Montebello. Y sí, estaban bien los fríjoles y la carne molida que por $6.000, fueron el plato fuerte de mi almuerzo.

La Capilla de Nuestra Señora de la Candelaria que se conserva en el corregimiento Sabaletas de Montebello, fue la primera capilla construida en Antioquia y ha sido declarada Monumento Nacional.

Todos los antioqueños deberíamos conocer esa reliquia histórica, que conserva el piso original en tierra, tiene artesonado en madera y fue restaurada de la manera más prolija.

Ya es hora de bajar a la explanada, que  hace las veces de Terminal de Transporte en este pueblo.

Allí está el bus de SotraRetiro, en el cual viajaré por carretera destapada y en travesía, hasta ese pueblo del oriente antioqueño.