Mocoa (Putumayo).
Estando al sur del departamento del Huila, había planeado viajar a Isnos y Popayán, y no sé por qué en el terminal de transportes de Pitalito me antojé de viajar en la camioneta que salía en ese momento para Mocoa.
Humn siquiera, si no me dejo llevar por el instinto, me hubiera quedado sin conocer el bajo Putumayo antes de la pandemia…
Saliendo de Pitalito está el punto de referencia 132 de la Ruta 4503. En el kilómetro 129 salen las partidas para San Agustín e Isnos a la derecha o Mocoa a la izquierda. En Mocoa está el numero 0 para 133 kilómetros de recorrido.
El viaje fue en una camioneta Renault la más tiesa del mundo, nada recomendable para una carretera de muchos huecos como está que va de Pitalito a Mocoa.
Bosque virgen todo el camino, casi selva, verde tupido, cuánta biodiversidad. Mamíferos, aves, insectos de todas las especies habitan la espesa floresta. Comienzo a entender que el Putumayo es un destino extremo imperdible.
En el Alto El Cable al cual se asciende desde Pitalito nos requisaron los militares. Revisaron una a una todas las maletas; muy bien. El Alto se encuentra justo en el kilómetro 100 de la Ruta 4503.
Después de la cima viene un descenso sostenido de tres horas hasta la capital del Putumayo. Poco tráfico por esta vía, más que todo camiones medianos llevando mercancías y tracto mulas que regresan sin carga.
Todo en la plaza.
El terminal de transportes de Mocoa está a siete cuadras del parque principal pero como en un hueco. Y es que Mocoa no es plano, se extiende a lo largo de la pendiente que baja de la cordillera. Será por eso por lo que hay tantas motos en la ciudad, en dos ruedas los mocoanos suben fácil las pendientes.
En seguida del terminal, pequeño y atropellado, está la plaza de mercado, esa sí más ordenada y cubierta.
Debía trepar por una escalinata pendiente, que todo el mundo conoce como ‘El Tobogan’, pero apareció el angelito: me subió al parque en su pequeña moto un pelado que no quiso cobrar.
Fui muy expresivo al agradecerle pero no acate a darle el bolígrafo duo que se merecía. Es bueno eso de traer bolígrafos de $500 para agradecer favores, lo pondré en práctica en adelante.
En la plaza central de Mocoa, está todo lo importante: la Alcaldía, la Gobernacion en edificio colonial con balcones, el Colegio Maria Goreti y la imponente edificación de la Policía Nacional.
Ya ve, Mocoa está por encima de mis expectativas. Entrando a la ciudad recordé a Florencia, pero Mocoa tiene más señorío. Calles amplias y lo mejor en la plaza principal, con los edificios citados arriba que rodean el parque recién remodelado.
Lástima que en las aceras no faltan las gradas innecesarias debido a una planeación que no tiene en cuenta al peatón y hace que prevalezcan las rampas que dan prioridad al auto particular.
Anduve por el Mercado fotografiando empaques de remedios para todos los males, con estuches llamativos para cautivar incautos. Uno se llama ‘Siempre Arrecho’ y claro, tiene semejante chica sexi en la carátula.
Por $1.200 una buseta me subió hasta el Batallón de Selva No. 27. Tuve a disposición un soldado de seguridad como guía y pude fotografiar parte de la ciudad incluso subido en la garita del centinela.
En los climas húmedos se siente sofoco pero no hay sed, entiendo que el cuerpo se hidrata con la humedad que le llega a través de las fosas nasales.
Edificios del centro.
Visito la Iglesia San Miguel Arcángel, con siete filas de bancas y puertas muy especiales, con pares de alas superpuestas.
El gobierno departamental tiene acá dos sedes: la antigua Gobernación con hermoso techo de teja y el edificio moderno de seis pisos al que infortunadamente no le hicieron terraza arriba.
Me impresionó cómo el promedio de edad de los funcionarios está por el orden de los 40 años. Los empleados trabajan en salones grandes con escritorios comunicados y fueron amables con este viajero.
Un edificio central de estilo Art Deco hace parte del marco de la plaza. Debería ser la sede de un ente cultural, su fachada es única.
Con dos horas disponibles pensé viajar a Villa Garzón. He debido preguntar antes, porque las camionetas más frecuentes no salen del terminal hasta donde bajé a pie. Es en el centro donde se abordan.
En el terminal de transportes pude fotografiar el bus doble piso de CooTransmayo y me informé con los conductores. Todos los días pasa por Mocoa un bus que viene de Puerto Asís para Bogotá y viceversa, a mañana y tarde.
Y lo mejor, aseguré la ventana delantera de la buseta en la que viajaré mañana a Orito. Por lo que me he dado cuenta, hay mucho para conocer en el Putumayo, sobre todo destinos de Naturaleza.
Periferia de la ciudad.
En buseta urbana de la ruta número 2 anduve por el Batallón de Selva y la salida para Pasto que está a seis horas de Mocoa. Me llama la atención que la gente siempre saluda al subirse a la buseta.
Pasamos por Rumiyaco, un balneario sobre el rio del mismo nombre. Esta es la Ruta 4502 que viene de la capital de Nariño y termina en Mocoa con el punto de referencia número 76.
Al comienzo de la vía a Pasto, la carretera va por terreno plano, el ascenso hacia ‘El Trampolín de la Muerte’ comienza adelante del río Pepino, hasta donde llega la Ruta 2 de la Flota Señorial.
En ese punto el río es precioso, sobre todo por las enormes piedras que lo resguardan de la carretera y las lajas medianas entre las cuales se resbalan las aguas del río Pepino.
Posada Dantayaco
Luego de visitar pueblos al sur del departamento, pasé unos días en la Posada Dantayaco, un hospedaje campestre cerca a la entrada al sendero y Cascada El Fin del Mundo.
Por mi problema de rodillas no pude contemplar tanta belleza, pero en el siguiente video de diez minutos se puede apreciar todo el encanto de ese destino de naturaleza exuberante y bella.
Alcaldes de Mocoa han sido: 2008-2011 Mario Luis Narváez Gómez; 2012-2015 Elver Porfidio Cerón Chincuque; 2016-2019 José Antonio Castro Meléndez y hasta el 2023 es el señor John Jairo Imbachi.
Acá habitan en total 58.000 mocoanos, 40.000 en el pueblo y 18.000 en las veredas.
Miércoles 6 de noviembre de 2019