Manizales (Caldas)

Viernes 17 de octubre de 2014

Aunque me la paso viajando, y me encanta hacerlo, cada que salgo de mi casa, me dá alguna inquietud o susto.  Me irá a ir bien? Sí volveré? Cómo y cuándo regresaré? He oído que, incluso los artistas más reconocidos, cada vez que salen al escenario, sienten algún grado de estrés.  Pero ya en la actuación, se sienten seguros, así como yo, en medio del paseo, generalmente pienso: siquiera decidí hacer este viaje, no había motivo para preocuparme.

Arepa, chorizo y calentado desayyuno en carretera.
Desayuno en la ruta Medellín-Manizales

A las 6:20 pasó  frente a la estación Envigado, una buseta Kia de Flota Ospina. Pagué el pasaje hasta la capital caldense por $33.000, para cuatro horas de viaje.  El día está excepcional, de sol abierto desde temprano; ha llovido estos días, por lo que los pastos se ven muy verdes. Hubo como tres paradas, de a siete minutos cada una, debido a los trabajos de reparación, que se realizan en algunos puntos de la carretera.

Al otro extremo de mi silla, viene una joven que trabaja para una distribuidora de llantas. Su empresa la envió a la capital caldense a hacer inventario, este fin de semana. La chica, no ha hecho más que estar pendiente de su empresa y dar órdenes a través del celular. Lo de ella no es paseo.

Esta camioneta para nueve pasajeros anduvo muy acelerada. Sobre todo en la subida a Manizales, a partir de Santa Águeda, el conductor manejó con gran rapidez, a pesar que en ese tramo de la carretera, hay bastantes curvas.  Creo que si hubiéramos venido más despacio, no hubiéramos llegado a nuestro destino tan ‘molidos’.

Estos carros, fuera de que tienen buen pique y motor robusto, por la forma aerodinámica de la trompa, desarrollan mucha velocidad. Con razón a estas camionetas las llaman ‘Coche Bala’. Lo lamentable es que a este vehículo le quitaron los cinturones de seguridad, que trae originalmente, para todos los asientos. Gran falla, a sabiendas que transitan por carreteras sin separador y más bien angostas.

El desayuno fue en un Hotel Parador, cinco kilómetros adelante de La Pintada. Allí hay una mesa reservada para los conductores de Flota Ospina que, a cambio de la comida, paran siempre en ese sitio. Los precios, claro está, no son económicos, un desayuno con chorizo, arepa y chocolate, costó $8.800. Porque además el restaurante está aislado de cualquier competencia. Es difícil encontrar en la carta un desayuno de menor precio.

Los jóvenes que atienden las mesas, no portan escarapela con su nombre.  No obstante, los baños son limpios y al frente del comedor se mantiene, muy hermoso, un bosque virgen, que le da frescura al ambiente.

En mis viajes  acostumbro grabarme el nombre del mesero, pues a veces son tan parecidos, que termina uno por desconocer cuál de todos lo atendió. Esto es muy importante,  pues identificar al mozo permite luego, en caso de olvido del celular o mal servicio, hacer la reclamación a la persona precisa.

Estación Terminal del Cable Aéreo de Manizales.
Cable Aéreo de Manizales.

En este recorrido pretendo conocer los municipios del norte del Tolima. Para ello traje impreso en papel, un mapa ampliado del sector que quiero visitar. Al llegar al Terminal de Transportes de Manizales, aproveché que dos conductores conversaban entre sí, para pedirles consejo respecto al periplo que quiero realizar. El mapa impreso, en el GPS o en el móvil, es de mucha utilidad para este tipo de consultas. Además, siempre acostumbro preguntar no solo a una, sino a varias personas.  En esta ocasión, mis dos asesores discutieron un poco, sobre las distintas alternativas, y luego estuvieron de acuerdo en recomendarme empezar el recorrido por Herveo.

Vista del Terminal de transportes desde el Cable Aéreo.
Terminal de Transportes y Cerro San Cancio de Manizales

Cuando uno le pide información a una sola persona, corre el riesgo de seguir un consejo equivocado, porque el asesor no supo dar la información, o no cayó en cuenta en algún detalle, que modificaría los datos. En cambio, si se consulta hasta a tres lugareños,  habrá  certeza de obtener la información apropiada.

Luego de estar en Villa María, regresé en el Cable Aéreo a Manizales, pagando $1.500. Solo hice el recorrido aéreo, sin bajarme en la estación La Fuente, ni en Fundadores, hasta donde llega el Cable desde el Terminal de Transportes, en solo 11 minutos.

El alcalde de Manizales hasta el 2015, es el señor Jorge Eduardo Rojas. Los lugareños no hablan bien del burgomaestre anterior.  En la construcción del Cable Aéreo parece que se equivocaron, al no considerar el número de usuarios que tendría el sistema, una vez empezó a funcionar desde Fundadores hasta el Terminal de Transportes únicamente.

A mí siempre me ha encantado Manizales, sobre todo en días de verano. Hoy el firmamento está nublado, pero de todas maneras disfruto recordando los sitios en donde he estado, en venidas anteriores. Me son familiares el Cerro San Cancio, que identifica a la capital caldense.  También reconozco el Cementerio San Esteban, por las palmeras altas y delgadas que quisieran llegar hasta el cielo y alcanzar las almas de los cuerpos allí sepultados.

Cerca del Parque Fundadores, identifico el edificio azul que sirve de sede al Colegio Isabel la Católica. Ahora recuerdo la iglesia de la Valvanera, por ahí cerca. Y en un extremo de la ciudad está Villa Kempis, la sede de los sacerdotes jesuitas.

Muy satisfecho de haber montado por primera vez en el Cable Aéreo de Manizales. En una cafetería del Terminal, me preparé para el viaje a Herveo, con un contra-muslo de pollo por $3.000. La Pony Malta mini, costó solo mil pesos, justo lo que necesitaba.

 

 

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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