Málaga (Santander).
Viernes 16 de agosto de 2013
No sabía yo que la ‘Villa de San Jerónimo de Nuestra Señora de la Soledad de Málaga’, queda en un punto más o menos equidistante entre Pamplona y Duitama.
Fue Fernando Jaramillo, mi anfitrión en Cúcuta, quien me hizo caer en cuenta de esta circunstancia.
Así que la idea es continuar hacia el oriente de Santander, visitar pueblos de la provincia de Garcia Rovira y, a través de Boyacá, llegar a Bogotá el martes, para regresar a Medellín el miércoles 21, según la reserva hecha hace un mes, en Viva Colombia. Total que no iré por la vía de Bucaramanga y el Parque del Chicamocha, como había concebido inicialmente la travesía.
Málaga me encantó desde el primer momento. Se ufana de ser una ciudad hidalga y señorial, y de verdad que los es. El bus de Cotrans, un Suzuki con amortiguación de ballestas, me dejó en el terminal de la empresa transportadora, moderno y suficiente, a solo tres cuadras del Parque Principal.
Desde cuando ingresé al parque me cautivó el olor a parva recién horneada. Mucho me temo que me voy a enamorar de Málaga… Tan pronto me pensioné y empecé a viajar, había oído hablar muy bien de esta, la capital de la provincia santandereana de García Rovira.
A media cuadra del parque, en la llamada Zona Rosa, hay cuatro hoteles uno frente al otro.
Después de revisar las habitaciones que me ofrecieron en los dos primeros hospedajes, elegí el tercero, por solo $15.000, el mejor cuarto, con todo limpio y nuevo. Incluso WiFi. En estos pueblos un tanto escondidos y de todas maneras poco turísticos, el alojamiento es económico.
A las tres de la tarde, libre ya de morral y mochila, fui a fotografiar la Co-Catedral de San Jerónimo y la Inmaculada, epicentro de la diócesis de Málaga-Soatá. Es una bella iglesia con tres torres en la fachada y una sobriedad y limpieza interiores, que me encantan. Muy bonito el diseño de la portada y el color blanco de la edificación.
Aquí no se ven, como en otros templos, posters coloridos con alusiones al Año de la Fe o anunciando próximas festividades. No, la iglesia de Málaga parece hecha de azúcar, es sencilla pero elegante y acogedora. Tiene una cúpula alta, muy bien decorada.
Lo único que no me gustó fue el ojo de Dios Padre, dentro de un triángulo que, cuando enfoqué la cámara hacia arriba, me observaba con mirada inquisidora.
Desde el atrio fotografié las tres banderas preciosas, que flameaban en el balcón de la Alcaldía de Málaga, un edificio de dos plantas construido en los años 50. Esas insignias se ven increíble contra el cielo azul que hay ahora.
Especialmente bella me pareció la bandera de Santander, de colores verde, amarillo y negro, y con una franja roja y siete estrellas incrustadas cerca del asta.
En la oficina de Planeación me atendieron a las mil maravillas. Hasta la señora de los tintos sirvió para este visitante, el café de las cuatro de la tarde. El jefe de Desarrollo Social me explicó sobre el fresco pintado arriba de las escalas, la historia antigua y reciente de Málaga.
Una ‘Visa de Turismo permanente e indefinida para visitar la Provincia de García Rovira’, fue el mejor presente que me dieron en la alcaldía. El folleto tiene fotos y valiosa información, acerca de los pueblos de esta zona de Santander. Me recomendaron visitar especialmente Miranda, el pueblo más cercano a Málaga, y allí me dirigí en seguida.
Viernes 16 de agosto de 2013
A las 4:30 de la tarde, regresé a Málaga procedente de Miranda. El colectivo que une a ambos municipios, cuesta $2.000 y como era el mismo
conductor con el cual viajé a la ida, tuvo la amabilidad de detenerse en el punto desde el cual se ven muy bien: Enciso, allá abajo, con sol favorable, iluminando el frontis de la iglesia blanca; y Miranda, al mismo nivel, con las torres puntiagudas de su iglesia parroquial y el bello edificio del Seminario, a un lado del templo.
Antes de regresar a la plaza principal de Málaga, anduve por la parte de arriba del pueblo. Entré a una casa humilde para fotografiar, sin cables eléctricos de por medio, el bello arco iris que se formó hacia el oriente, sobre las montañas que ahora reciben, los rayos tibios de un sol decadente.
En seguida pasé por la Casa-Asilo San Antonio. Se trata de una edificación grande, de tres pisos, bonita y muy bien conservada. Adelante está la capilla, también preciosa y con torre central de estilo neogótico.
Por dentro, la ermita es hermosa, con arcos de crucería, y columnas redondas cubiertas, hasta los cinco metros de alto, con un mármol rojo, tan lindo como nunca lo había visto.
La Casa Asilo es espléndida, con un gran patio interior y habitaciones alrededor. Se ve cómo está de bien cuidado, por las Hermanas de los Pobres Desamparados. Hay allí unos cien abuelitos no solo de Málaga, sino de pueblos de la provincia García Rovira.
Cuando bajaba al parque, me alcanzó una bellísima buseta antigua, modelo 1.959, marca Ford, de doble farola. Pero lo más destacado en ella es su carrocería en madera, con vigas sobresalientes por los lados, puerta de acceso atrás, que se asegura con un picaporte elaborado en forja, y bancas dobles y trasversales en el interior.
La cubierta del habitáculo es en lámina de los años 60, pintada ahora de verde claro. Esta mañana en la alcaldía, ya me habían hablado de este vehículo único; sí que vale la pena conservar semejante joya.
Los quesos en Málaga son de fama. Los probé esta mañana al llegar al Terminal, en donde funciona el punto de venta, de una empresa láctea de la región. Allí comí una cuajada de una delicadeza y sabor incomparable. Hasta el bocadillo veleño, con el que acompañé el queso, estaba de un sabor exquisito.
Y ya por la tarde vine a escribir a la ‘Cafetería Noche y Día’, la mejor ubicada, en la esquina nor-oriental del marco de la plaza principal. El de ahora fue un queso doble crema, natural y suave, que acompañé con agua de panela caliente.
Desde la mesa donde escribo puedo controlar todo el movimiento, tanto de la calle 13, como de la carrera octava o Calle Real. Un ventanal grande y cuatros puertas de ingreso me permiten mirar en detalle, el transcurrir de la plaza malagueña. No me pierdo nada.
Málaga es de clima medio, ‘más abrigadito’ que Pamplona, como dicen los lugareños, es decir, unos dos grados menos que Medellín. Este municipio se ufana de ser una ciudad señorial, y de verdad que se le nota la cultura y su hidalguía. Ocupa un terreno un poco inclinado, en la ladera de la cordillera.
En este momento suenan las campanas de la Catedral, con un sonido fino y alto, que habla muy bien de la calidad de esos bronces. Son las seis de la tarde, ya está oscureciendo y sobre el firmamento está colgada, desde hace rato, una media luna creciente. Me encanta disfrutar de esa fase lunar en los viajes. El martes 20, cuando será luna llena, todavía estaré de paseo.
Sábado 17 de agosto de 2013
Ya estaba despierto cuando sonaron las campanas de la iglesia. Qué benditas para si se escuchan duro. Primero el Ángelus y luego: primero para misa de seis. A las 5:30 volvieron a sonar y por último a las 5:45 tañeron de nuevo, terminando con las tres campanadas de advertencia final.
Recuerdo que ayer entré a una iglesia protestante atiborrada de fieles. Los conté: había 153 personas escuchando la predicación del ‘hermano’. Por contraste recordé los escasos 27 fieles que había anoche en la misa de la Catedral.
Caldo de costilla en la panadería cercana, para tener alientos de caminar por esta comarca de ensueño. En primer lugar entré a la Plaza de Mercado, muy cerca del parque principal. No es gran cosa.
Lo que sí me dejó mudo fue la delicia de degustación de un pedazo de guanábana madura, que me obsequió la señora, muy querida, que atiende en uno de los puestos de frutas. Qué sabor, qué preciso el grado de maduración y cuánto le agradecí a la vendedora su amabilidad. La foto de la guanábana completa y partida, lo dice todo.
A continuación pasé a conocer la Casa de la Cultura, en una esquina de arriba, pero nada del otro mundo. Subí después hasta la cancha, que aquí
llaman Estadio, con grama sintética y graderías. La calle que sube desde allí termina en el barrio Santamaría, que debe tener buena vista, pero mejor no exigirle demasiado a mis rodillas.
Regreso a la plaza principal y bajo al Colegio Nuestra Señora del Rosario, de buen aspecto, como que es el establecimiento educativo de mejor acogida en Málaga. En esas escucho y veo venir, un Renault 9 viejo, con parlantes en el capacete. Lo maneja su dueño: Wilson Uribe quien se gana la vida haciendo perifoneo en Málaga y municipios vecinos.
Se me ocurrió proponerle a Wilson, acompañarlo en el recorrido, para que me hable de cada uno de los puntos por los cuales pasamos y de esa manera se gane la ‘liga’ que le daré el final de la jornada. El hombre acepta de buena gana mi propuesta y yo feliz de tener transporte y guía turístico, todo en uno.
Y el equipo que utiliza Wilson no es gran cosa: un amplificador pegado al tablero del auto, un radiecito de pipiripao y de fabricación china, con puerto USB, en donde mi amigo conecta la grabación que previamente hace en el computador de su casa.
No es sino echarle candela al equipo y la grabación se repite indefinidamente, por el par de cornetas ubicado sobre la capota del Renault. Hoy promocionamos las Fiestas de Capitanejo y las delicias que se venden en el Asadero de Pollos ubicado en el Terminal de Cotrans.
‘Fiestas Patronales en Capitanejo. Están todos cordialmente invitados! Los esperamos este sábado 17, domingo 18 y Lunes 19 en Capitanejo, la capital del Tabaco, en la provincia de García Rovira. Reinado de la Simpatía, Corridas de Toros, Comparsas, Cabalgatas y juzgamiento de ganado caprino. Asista con su familia a Capitanejo. Isidro Mogollón Blanco, Alcalde Municipal’.
Primero subimos al barrio María Auxiliadora en donde vive Wilson, en una casa de segundo piso con ventanas alrededor, a manera de atalayas, desde las cuales se pueden observar distintos ángulos del pueblo.
Por un lado, Wilson me muestra allá abajo el Colegio Custodio García Rovira, con coliseo de techo verde al lado; la Normal Superior, allí abajo, con el parque centenario incluido y muy arborizado; el Hospital, al fondo, y como sobre una colina, de techo rojo y paredes amarillas, el sanatorio cubre una gran área con varias edificaciones; detrás queda la pista del aeropuerto y acá cerca, distingo el asilo con su torre de la capilla, de estilo neogótico.
Desde otra ventana observamos, cerca del Terminal de Cotrans, la rueda de la Virgen, réplica de la que vi ayer viniendo de Cerritos. Se trata de un monumento de diseño original y elaborado con una gran llanta y muelles de amortiguación antiguos, seguramente recuperados en una chatarrería o taller automotriz.
Con esos materiales, por supuesto que había que fotografiarlo. También se destaca la torre de la iglesia del Sagrado Corazón, de diseño moderno y construida en ladrillo de color rojo.
El aeropuerto Jerónimo de Aguayo de Málaga, queda ahí no más enseguida del Terminal Terrestre de Cotrans, y antes de la Universidad, que está al otro lado de la pista. Los estudiantes atraviesan el pavimento recto, para asistir a clases. Nunca me imaginé encontrar una pista asfaltada tan cerca del pueblo. AeroGar, de García Rovira, es una de las empresas que organiza los vuelos charter desde Bucaramanga a Málaga.
Pues sí que pocas veces había visto un aeropuerto tan encima del pueblo, le ganó tal vez el de Capurganá cuya pista de aterrizaje es otra calle del municipio. O el anterior de Vigía del Fuerte, a donde espero ir próximamente, que también estaba metido en el casco urbano.
El Hospital de Málaga, sobre un pequeño cerro y ocupando varios edificios en un gran predio, también está por este lado del pueblo. Mientras recorremos esta parte de la localidad, a través de las cornetas de nuestro auto, se escucha:
Asadero RicoPollo, le ofrece el más delicioso pollo asado de Málaga. Por la compra de un pollo entero de $14.000, le obsequiamos una gaseosa litro y medio. Visite, con toda su familia, el Asadero RicoPollo, ubicado en el Terminal de Cotrans. También le ofrecemos el exclusivo y delicioso POLLO A LA BROASTER! Exquisito y crujiente! Absalón Villamizar Rangel, propietario.
Con gran entusiasmo, Wilson se encarga de mostrar e informarme, acerca de cada uno de los lugares por donde pasamos. Por ahí se encuentra además el viejo edificio en donde, hace muchos años la familia Herrán, tuvo el Molino de trigo y cebada en donde producían la Harina marca Robinson. Y finalmente pasamos frente a la entrada del Cementerio que tiene la fachada pintada de verde y crema.
Sábado 17 de agosto de 2013
Regresé a mi base, procedente de Capitanejo en donde estuve observando el desfile de carrozas, con sendas candidatas al reinado de las Fiestas de San Bartolomé, patrono del municipio. Al pasar por la Capilla del Sagrado Corazón tomé algunas fotos. Pero las más hermosas fueron las que capté con los últimos rayos del sol atrás de la Catedral y con la silueta de don Custodio García Rovira, a un lado.
La urgencia enseguida fue conseguir una caja de cartón, donde cupiera el aviso de Costeña, y alguna parte de la ropa usada. Para viajar por Viva Colombia el miércoles, debo mermarle espacio y peso al morral. Además, mis rodillas agradecerán que las ponga a cargar menos kilos. Encontré rápido la caja, en los pueblos todo se facilita.
Son las siete y media, deberé mirar en Google Earth el trazado de la vía hasta Duitama. Por ahora, mi idea es salir mañana temprano hacia Soatá, Duitama y hasta Tunja o Bogotá. El lunes festivo sí va a haber paro agrario, así que es mejor tomar precauciones.
El alcalde de Málaga hasta el 2023 es el señor Oscar Miguel Joya Arenales.
que bonito relato … La Rueda del monumento de la Virgen fué hecha por el mismo que hizo la iglesia del Asilo los muelles son hechos en cemento
Muy bien, gracias por tu comentario.
En pocas palabras, NADA QUE VER.
Si lee con atención el relato, encontrará que sí hay mucho para ver.
Me encantó como describe cada parte de su viaje y las fotos espectaculares, voy para Málaga de paso por cuestiones laborales y saber esto le da un plus al viaje, espero disfrutar sus paisajes. Gracias.
Qué bueno que le gustó, esa es la idea y que disfrute de Málaga. Saludos.