Lorica (Córdoba).
Miércoles 27 de agosto de 2014
En Colombia hay 17 municipios declarados Patrimonio Cultural, y son: Santafé de Antioquia, Jardín, Jericó, La Playa de Belén, Girón, Monguí, Honda, Barichara, Salamina, Mompox, Villa de Leyva, Guaduas, Buga, Socorro, Aguadas, Ciénaga y el pueblo cordobés que visitaremos hoy. Yo los he visitado todos, y poco a poco iré publicando historias de mis recorridos por esos lugares.
Estando en Cereté, madrugué un poco para aprovechar al máximo el día. Desde Cereté estoy visitando pueblos de Córdova y Sucre. Me encantó el aire acondicionado del Hotel, gracias a él, toda la noche mantuve la temperatura a 26 grados.
Una moto taxi me dejó, por mil pesos, en el puente amarillo. Por allí pasan todos los carros que van para Lorica, Coveñas y Tolú. Al momento me subí en una buseta con aire acondicionado, razón por la cual casi todos los pasajeros costeños, iban muy abrigados. El pasaje cuesta $5.000 y el viaje desde Coveñas dura solo 40 minutos.
En este bus también se escucha Olíiiimpica Estéeeereeo. Ahora están sorteando las camisetas con el número 10 y el nombre de James, pero para ganarla, hay que contestar: ‘Yo escucho Olímpica Estéreo’. Qué cosa como juegan con la ingenuidad de la gente. Cómo le hace de falta al pueblo, la educación.
Una moto me arrimó hasta el centro de Lorica, por mil pesos. Cuando ven llegar un bus, los moto-taxistas corren a arrimarse al carro, como gallinazos, para conseguir una presa. Ya hace calor fuerte, anoche llovió y será por eso por lo que, muy temprano ha subido la temperatura.
Llegué directo a El Ranchón, como se llama la plaza de mercado antigua que, oh sorpresa!, ha sido renovada, y qué bonita que quedó. Los antiguos fogones de cemento han sido reemplazados por modernos mesones en acero inoxidable, mucho más higiénicos. Los avisos de todo tipo que había la otra vez, se cambiaron por tabletas uniformes, también en acero y troqueladas con el mismo diseño. Excelente el cambio. Ya no se cocina con leña, sino que cada puesto de venta, tiene conexión directa de gas natural.
Oservé el mercado de especias que se exhiben en costales abiertos. Acasia, bicarbonato, boldo, anís estrellado, sen, quina, manzanilla, alumbre, caléndula, canela, alpiste, incienso, clavos , mirra, entre otras rarezas.
Probé la mazamorra caliente, a mil pesos el plato hondo. En el centro de Lorica hay mil motivos para fotografiar. Primero las barcas por el río, un lío de matas verdes que navegaba río abajo, la virgen de los pescadores, etc.
Luego deleité la vista y tragué saliva, viendo la variada oferta gastronómica: kiwis, empanadas, pasteles de pollo, bollos de maíz, carimañolas, pan árabe, papas rellenas, arepas de huevo y carne, no, que tormento para mis papilas gustativas, que en vano se dispusieron a saborear tantas delicias.
Más adelante anduve por las edificaciones antiguas y obtuve buenas placas. Tomé fotos de las ventas de artesanías, los sombreros vueltiaos, los edificios del centro, en fin que, en un corto recorrido logré mi cometido.
La arquitectura de Lorica se conserva muy bien y ahora las fachadas de muchos edificios se ven recién pintadas. Son frontis preciosos que lucen como detenidos en el tiempo. Y ni hablar de la hermosísima fachada de la Iglesia de Santa Cruz de Lorica, de un estilo único, supongo yo, con influencia del arte libanés, cuya colonia siempre ha habitado esa ciudad.
A orilla del río, un grupo de jugadores de cartas recibe la brisa bajo un inmenso árbol, al tiempo que comentan los sucesos de la noche anterior. Basta un ejemplar del periódico amarillista, para disponer de tema para mucho rato.
Antes de irme de Lorica, nada mejor que una porción de queso, más un patacón recién frito, que enseguida sumergen en un plato con agua revuelta con ajo y cebolla. Esa inmersión, no solo enfría un poco el plátano, sino que le da un sabor exquisito al tostón. No, qué delicia de casado, rico en proteínas y a solo mil pesos la unidad.
Ahora seguiré a Tuchín, el pueblo famoso porque es allí donde elaboran los sombreros vueltiaos. Qué bueno ir.