La Victoria (Valle del Cauca).
Martes 27 de diciembre de 2016
Al norte del departamento del Valle del Cauca se encuentra un municipio plano y acogedor que debe su nombre a Santa Victoria. Me gustan los pueblos planos y de clima cálido. Por mí escogería para vivir a: La Victoria.
Todo barato y bueno.
Lo que más me ha impresionado es lo barata que es la alimentación en esta localidad. Por $4.000 me sirvieron una bandeja con fríjol, tajada madura, ensalada, contra-muslo pequeño y limonada a discreción, en el asadero ubicado en el costado oriental de la plaza.
El río Cauca pasa por un lado del casco urbano de La Victoria y hasta el puente marrón me desplacé en moto taxi. Observo cómo abajo extraen arena del río, que luego suben a la vía a través de una banda transportadora.
Por el sector hay samanes gigantes con melenas que cuelgan de las ramas y dan sombra a la carretera.
‘La Flor del Trigo’ es la panadería más central y exitosa en La Victoria. Ahora hay allí música y un locutor con excelente voz que promueve los productos, de verdad a muy buenos precios.
Me da risa cuando el hombre del micrófono dice:
‘Por favor, hagan la fila de este lado’, Diez pandequesos calientes por tres mil, diez buñuelos calientes por tres mil. Aproveche que estamos tirando la puerta por la ventana. Vea por favor señorita, démele al caballero 20 buñuelos por $6.000’.
En realidad no hay tanta gente comprando, o por lo menos no se necesitan colas. Trucos del mercadeo, claro, un principio básico del Marketing sostiene que: ‘La escasez, genera demanda’.
Regresé a fotografiar la Casa de la Cultura que funciona en una casa antigua, grande y esquinera.
En una de las paredes se exhiben las fotos de los alcaldes por elección popular que ha tenido La Victoria.
Impresionante Iglesia y Coliseo.
El parque y coliseo Los Lanceros es otro sitio bien interesante de La Victoria. Allí se reunían los agricultores de antes y por eso lleva ese nombre. Una explanada amplia, acogedora y sombría.
En un costado del parque se encuentra el coliseo con un diseño arquitectónico innovador y elegante. Dicen que es de estilo europeo, no sé si tanto así, pero de verdad que tiene mucho valor estético.
Cerca a la Casa de la Cultura está el Colegio de las Teresitas, una hermosa construcción tradicional en arcos.
José Javier Murillo, es un personaje del pueblo que se caracteriza por un bigote recortado en la mitad y de puntas tupidas. Todo el mundo lo conoce como ‘Policía’, y es alcohólico declarado. Maneja una carreta en la cual carga mercancías.
Cerca a la plaza está ‘La Frontera’, una casa antigua de dos plantas, color verde, llamada así porque en ella se almacenaban las mercancías que luego se enviaban a otros pueblos a través del río Cauca. Qué bueno que la restauraran.
Buenos anfitriones.
Lo que vivo en seguida fue aún mejor que todo lo bueno que he vivido en La Victoria. Le entregué la tarjeta del blog a un señor que se iba a subir a su auto. El hombre se interesó mucho en mi publicación, pues es dueño del Eco Hotel Altos del Sol, ubicado a la salida para Tuluá.
Me invitó a desayunar en su establecimiento y conversamos sobre diversos temas, mientras desayunábamos con chocolate, arepa quesito y una rica morcilla que hicieron ayer.
Mi amigo cuenta que esa zona donde estamos es desértica. Abundan por acá los árboles de arrayán que echan flores blancas y luego unas pepas negras que utilizaban antes para teñir el cabello. El olor que producen ‘cuando florecen los arrayanes’, es muy agradable.
Los árboles que se dan en zonas áridas generalmente tienen espinas y son maderas muy duras. Las espinas se presentan porque ante las condiciones desfavorables del terreno, es necesario cuidar las plantas para que nadie las dañe o se los coma. Definitivamente la naturaleza es sabia.
Entré a fotografiar la iglesia de La Victoria, que tiene vitrales coloridos y que, según supe, fue construida siguiendo el modelo de la Catedral de Guadalupe en Méjico, con un corredor lateral para que se desplacen los peregrinos.
Porque en ese templo se venera el cuadro con la imagen de Nuestra Señora de los Santos. La iglesia tiene en la punta de la torre relojes de diseño auténtico, que se ven bien.
A continuación contraté a Arbey para que me llevara hasta la capilla de San José, una vereda cercana. La ermita se construyó como cumplimiento de la promesa que hizo la dueña de la hacienda, de levantar el templo si a su esposo no se lo llevaban para la guerra. Es una edificación pequeña pero imponente, levantada en lo alto de un cerro.
En seguida Arbey me llevó hasta la laguna de las garzas, que hay a la entrada a La Victoria, viniendo del norte. Es el garcero más hermoso que he visto, con un manto de lechugas verdes sobre el agua y en el centro el pequeño árbol donde las aves crían sus polluelos.
Antes de irme de La Victoria no podía dejar de comer otra solterita de las tan crujientes que vende Alba Serna en el parque. También probé el ponche que ofrece otra lugareña.
Publicidad efectiva.
Mientras tanto apareció un señor de edad que hace perifoneo en bicicleta. El hombre se recorre todo el pueblo haciendo anuncios comerciales y difundiendo mensajes sociales.
‘Se perdió perrita blanca, responde al nombre de ‘Lulú’, la nietecita del profesor Rojas está muy triste sin su mascota´
‘La familia Hernández agradece a todos los que los acompañaron con motivo de la muerte de su querido padre’.
La Victoria me encantó, lo disfruté al máximo, es un pueblo plano rodeado de cerros medianos, qué belleza.
El alcalde de La Victoria hasta el 2019 es el señor Marco Aurelio Cardona Ortiz.
En esta localidad viven en total 14.000 victorienses, diez mil en el pueblo y cuatro mil en las veredas.
Muchas gracias por la publicación ! muy buen trabajo
Con gusto, mil gracias David. Saludos.
Gracias David, mucha suerte.