La Palma (Cundinamarca).

Martes 25 de agosto de 2015

La Palma es un bello municipio del nordeste de Cundinamarca, con diez mil habitantes que, hasta el 2019 será gobernada por Adrián Tovar Espitia.

Al bajarme en la plaza principal, busco alojamiento y encuentro el mejor, a media cuadra del parque. Por $25.000 me asignaron la habitación 202 con balcón hacia la calle. Qué pieza tan cómoda y agradable.

Este es un pueblo ordenado que provoca visitar. La mayoría de las fachadas de las casas están pintadas de amarillo, con zócalos rojos. Y sí que se ven bien.

Algo singular y muy importante en La Palma, es la veneración a la Virgen de la Asunción. Una funcionaria de la Alcaldía, se preocupó por darme información suficiente acerca de esa costumbre religiosa.

Resulta que de España venían dos guacales: uno que contenía el Cristo para La Palma, y el otro en el que se empacó la Virgen para Chaguaní. Pero como a veces ocurre, en el puerto de Honda, las grandes cajas se trocaron y, la que contenía la imagen de la Virgen se quedó en La Palma y el Cristo terminó en Chaguaní, municipio que visité hace poco.

Esa circunstancia dio origen a un largo litigio entre los dos pueblos. Cuentan que de todas maneras la Virgen no se dejó mover de La Palma y a pesar de la disputa, que duró siete años, terminó quedándose en el camarín de la iglesia de La Palma. Otro tanto ocurrió con el crucifijo de Chaguaní.

Así fue como en La Palma surgió la costumbre de bajar la imagen del camarín cada siete años, para rendirle tributo. Los palmeros adoran esa imagen y la fiesta que en su honor se celebra, es de la mayor pompa y veneración.

Me cuentan que los fieles le regalan a la Virgen de la Asunción, vestidos suntuosos, que la imagen estrena hasta tres veces al día, en las procesiones por todo el pueblo.

Y no solo le regalan trajes: también joyas, coronas de oro, pelucas y mantos de las más finas telas. Cómo será que hasta ahora a la imagen de la Virgen le tienen 75 vestidos, con los cuales piensan organizar un museo de arte religioso.

Pues sí que cada siete años los palmeros de todo el mundo regresan a su tierra para venerar a la Virgen María. Hacen con ella procesiones muy solemnes.

La última vez, en el 2012, los desfiles se realizaron por las veredas del municipio. Así que en el 2019 será la próxima celebración y solemne bajada de la imagen.

En el costado occidental de la plaza palmera hay una especie de terraza con cubiertas que han instalado en los negocios ubicados al frente de la Alcaldía. Allí me tomé un tinto con pan de $200, en el establecimiento ‘Delicias de la Palma’.

Definitivamente este es un pueblo acogedor: muy ordenado, más bien plano, un parque hermoso y la iglesia bonita de verdad.

En el sitio donde cuadran las flotas, saludé al conductor que me trajo de La Peña. Ya somos amigos y es él quien me sugiere una foto. Lo bueno es que mañana a las siete le toca ir a Yacopí, entonces viajaré en su compañía.

Quedamos que me recoge en el parque, cerca de mi hotel, para no tener que bajar al terminal. No, pues, mi conductor privado…

Anduve un poco por el sector donde están las oficinas de transportes. Tomé una foto de la capilla de Santa Bárbara, una iglesia colonial que se ve hermosa sobre una colina cercana.

Pero enfoqué desde la calle, por donde está el Comando de Policía y claro: ahí mismo se vino el intendente a reclamar. Por supuesto que bastó mostrarle el blog en el celular, para sacarlo de dudas.

Luego vine a la terraza en el costado occidental de la plaza principal de La Palma. Este es el punto que más disfruto del pueblo, porque tiene vista sobre la alcaldía y el sonido de las campanas llamando a misa de seis, llega diáfano y fuerte. Me encanta escuchar el repique de las iglesias, máxime cuando las campanas suenan tan duro como estas, de La Palma.

Me hice amigo de un arquitecto bogotano que está haciendo interventoría a 88 casas que van a construir en algunas de las veredas del municipio.

El hombre se interesó en mi blog, y me contó las mañas que tienen los constructores para demorar el inicio de las obras, luego que reciben los

anticipos. Que la cantera no les ha entregado el material, que tuvieron problema con el maestro de la obra, etc.

No, qué plaza tan agradable, muy tranquila, fresca, el clima acá es muy benigno. Ni siquiera se escucha música, y esta terraza alta permite una vista panorámica del centro del pueblo.

La Palma tiene buen servicio de transporte por parte de las empresas Gómez Villa y la Flota Rionegro. Mañana estaré por Yacopí.

El alcalde de La Palma hasta el 2019 es el señor Adrián Tovar Espitia.

Acá habitan en total 10.000 palmeros, 4.000 en el pueblo y 6.000 en las veredas.