La Merced (Caldas) 1 / 2.
Martes 20 de febrero de 2008:
A las 6:30 estuve frente a la estación Envigado del Metro, para esperar el transporte que a esa hora debía salir del Terminal del Sur.
El viaje fue en una buseta vieja pero cómoda y al menos sin obstáculos para mirar hacia el frente. Así que no me cambié por nadie y estuve dispuesto para disfrutar de seis horas de viaje, por una carretera casi toda destapada.
Lo mejor fue que tanto Don Saúl, como llamaban al conductor, como el ayudante fueron muy amables conmigo y el carro se detuvo para que yo tomara fotos cuantas veces lo solicité.
No paramos a desayunar en La Pintada sino en el Restaurante El Paisa, antes de la entrada a Marmato.
Qué desayuno tan delicioso! por $ 4.000 Repetí arepa porque me trajeron una untada de mantequilla, recién amasada y asada, que sabía a gloria. Y los huevos en cacerola, ¡de morir!
Pasamos la quebrada Marmato, luego la vertiente Peñas y a las once y media estuvimos en La Felisa. Ahí viramos a la izquierda y hágale a subir la cuesta, todavía por carretera pavimentada.
Es un ascenso muy bonito porque mientras más se sube mejor se ve La Felisa, allá abajo y unos cultivos de mango, muy frescos y técnicamente sembrados. A tres kilómetros están las partidas para Filadelfia, a la derecha.
Me llaman la atención unas montañas que tienen corrales separados por cercos de matarratón. Desde lejos se ve como si la montaña estuviera craquelada.
A 16 kilómetros de las partidas para Filadelfia está La Merced.
Ni sabía que existía ese municipio de Caldas que, con bastante anticipación, empieza a divisarse en contra picada, en lo alto de la cordillera y con una iglesia de dos torres encumbradas e imponentes.
Precisamente cuando estuvimos en el pequeño parque de La Merced, sonó la sirena de la alcaldía anunciando la llegada del medio día.
Antes de seguir hacia Salamina, tuve tiempo para fotografiar el frontis de la iglesia sobre un cielo azul con algunas nubes, e incluso entré hasta el templo para retratarlo. Con buena iluminación y vitrales de escenas bíblicas.
Hasta La Merced la carretera tiene pavimento. En adelante es una vía destapada pero firme.
Se ven algunas casas inmensas de dos plantas que antes pertenecieron a haciendas cafeteras seguramente para albergar a muchos obreros; ahora sirven de vivienda a tres o cinco vaqueros que son suficientes para cuidar el ganado. ¡Lástima!
Llevábamos como la mitad del descenso cuando nos encontramos un campero que venía subiendo del río Chamberlí y se había pegado y recostado contra la montaña. Impedía el paso y había que desbloquearlo.
Ahí mismo el auxiliar sacó el machete de debajo del tapete de la buseta y cortó algunas ramas que impedían la misión. Luego con ayuda de los
hombres se logró sacar el jeep y abrir paso.
Es un pantanero muy resbaloso que si el invierno sigue habrá, que cerrar la vía por este lado.
El alcalde de La Merced hasta el 2019 es el señor Carlos Quintero Álvarez.
Aquí viven en total 6.000 mercedeños, 2.000 en el pueblo y 4.000 en el campo.