La Apartada (Córdoba)
Miércoles 17 de agosto de 2016
La Apartada es un pueblo como sin mucha gracia que crece a lado y lado de la carretera troncal del norte, entre Caucasia y Montería.
Pero qué cosas tan interesantes las que viví allí en esta tarde de miércoles.
Para que me rindiera el recorrido con el morral a la espalda, de una vez contraté por $5.000 a un señor moto-taxista quien me hizo un tour muy completo por todo lo que vale la pena ver en esta localidad.
La Apartada es un punto estratégico en la región. Hasta Caucasia hay solo 17 kilómetros, hacia Ayapel 40 y a Montelíbano 12 kilómetros.
Fotografié la iglesia de espadaña en ladrillo, luego anduvimos por la Casa de la Cultura, el Coliseo y la Biblioteca.
Fuera del templo parroquial, hay otra iglesia retirada del centro en honor del Divino Niño.
Lo más interesante sucedió cuando me arrimé al salón comunal en donde un grupo de madres cabeza de familia recibían clase de modistería, por parte de una señora instructora del SENA. Qué bien, me encantan esos emprendimientos.
Por supuesto que felicité a esas jóvenes mamás que se esfuerzan por educar a sus hijos y salir adelante económicamente.
Las motivé, destacando su esfuerzo y mostrando cómo los hombres, casi siempre tenemos menos iniciativa y muchos jubilados pierden el tiempo haciendo nada o esperando que la esposa los atienda en todo.
El conductor me dejó en un establecimiento sobre la avenida. Allí hice buenas migas con el propietario del local. Pero me tocó regañarlo, pues mi amigo caza y vende pájaros cantores.
Ante mi reflexión respecto al secuestro de aves, el hombre trató de disculparse diciendo que le da vitaminas y buena comida a los pájaros, pero esas razones se cayeron por su peso cuando le propuse:
‘Hagamos una cosa, yo te encierro en este local, eso sí, te mantengo la mejor comida y bebida, e incluso le coloco al sitio barrotes de oro macizo, pero te está prohibido salir de la jaula’.
El hombre claro, se achantó y no supo qué responder. Y eso que ya estaba más tranquilo, pues al principio se imaginó que yo era un funcionario de la CVC.
De verdad que me gustaría comprar uno de esos pájaros, para ir a una escuela y con la ayuda del profesor hacerle una reflexión a los pelados, pedirles que escriban las palabras que se les ocurran al ver el ave encerrada y luego en medio de un aplauso de los estudiantes, devolverle la libertad al pajarito. Sería algo que los estudiantes difícilmente olvidarían.
Pero los pájaros que tiene el apartadense ya se acostumbraron a la celda, difícilmente volarían y serían incapaces de encontrar comida por ellos mismos. Bueno, espero que al menos mi amigo lo piense dos veces antes de cazar más pajaritos.
La Alcaldía de La Apartada tiene su sede en las afueras del pueblo, al otro lado de la quebrada San Mateo, una de las primeras edificaciones que se encuentran a mano izquierda viniendo de Montería. Hasta allí llegué en otra moto-taxi por mil pesos .
Mientras eran las dos y llegaban los empleados para invitarlos al blog, me entretuve tomando tinto en la caseta del frente y escuchando a un costeño de esos genuinos, que no paran de hablar duro y les gusta pontificar sobre cualquier tema.
Lo interesante fue, el asunto sobre el cual hablaba el caribeño:
‘…por eso al cachaco no le gustan las costeñas, porque son muy flojas, el cachaco necesita una mujer emprendedora que eche pa’lante como él. Usted ve que mientras el cachaco está vendiendo arepas, su mujer está fritando y por eso los dos salen adelante rapidito’.
Hice una grabación de la retahila del hombre, que resultó chistosa a pesar que se achantó un poco y el audio no quedó con buen volumen.
En los viajes hay dos cosas que disfruto demasiado: probar las comidas típicas de la región y escuchar a los lugareños con sus dichos y términos exclusivos.
La alcaldesa de La Apartada hasta el 2019 es la señora Nelys Piedad Romero de Aguas.
Acá habitan en total 12 mil apartadenses, diez mil en el pueblo y dos mil en los campos.