Jordán (Santander).

Incrustado en el Cañón del Río Chicamocha, Jordán es uno de los municipios colombianos con menos población en el centro urbano: solo 60 almas habitan el pueblo.

Lo más difícil para llegar a Jordán es el transporte que al parecer no existe desde San Gil ni desde ningún otro origen.

Río.
Río Chicamocha.
Iglesia.
Iglesia parroquial.

Viaje en moto.

A las 8:30 de la mañana estuve en el cruce cerca de Aratoca. Al fin un muchacho aceptó llevarme hasta Jordán por $10.000.

Y sí, arrancamos, pero desde el comienzo el viaje fue incómodo porque detrás de mí iba una caja plástica para llevar carga.

Total que yo quedaba contra el cuerpo del conductor, sin manera de agarrarme, a no ser que por detrás tratara de tenerme de la caja plástica.

Fuera de eso no me daba confianza el conductor, un hombre campesino que está ‘estrenando’ la moto que cambió por otra más pequeña.

Para colmo, mi conductor calza unas chanclas viejas que no le dan seguridad para frenar o hacer los cambios.

Esquina.
Esquina central.
Cascada.
Torrente delgado.
Pedregal.
Ladera de la cordillera.

Cascada alta.

A mitad de camino paramos para estirar las piernas y fotografiar una cascada que como un largo hilo baja por la cordillera del frente y en caída libre vierte sus aguas al río Chicamocha.

El sol fuerte que hace a esta hora forma un arco iris envolvente con las partículas de agua que se desprenden del torrente.

Por la ladera del frente el terreno es tan pedregoso y suelto que apenas si se tienen las cabras.

Plano.
Tal cual así es Jordán.
Cruz.
Cruz en hierro forjado.

Prados verdes y firmamento azul.

Los paisajes de la zona son hermosos: el valle verde y cultivado que rodea el río, las montañas altas con terminaciones rocosas y el firmamento de pocas nubes sobre fondo azul forman un entorno sobrecogedor.

De todas maneras continuamos el viaje y al llegar a un cultivo de tabaco decidí quedarme allí y renunciar a seguir en la moto.

En realidad estaba corriendo mucho riesgo y no me sentía seguro con el conductor novato en su moto más grande.

Una Luv me arrimó hasta una casa campesina en donde pedí que me hicieran huevos fritos para desayunar.

Ya los iban a freír cuando en esas apareció Silverio, el asesor jurídico de la alcaldía de Jordán quien muy amable me trajo en su campero hasta el pueblo.

Cultivo.
Cultivo de tabaco.
Estufa.
Estufa donde se secan las hojas.

Estufas y tabacales.

Al otro lado del puente hay un caney donde pude fotografiar las hojas de tabaco cocidas con hilo y aguja y puestas a secar en las ‘estufas’.

Hoy aprendí que cuando el tabaco florece, ya no produce más hojas y cuando se cortan las últimas hay que reemplazar la mata.

En esta tierra privilegiada para el tabaco las plantas llegan a tener hasta 160 centímetros de alto y las hojas tienen el doble del tamaño de la mano de un adulto.

En Jordán el comercio es mínimo, no hay donde comprar algo para comer, ni panaderías ni cafeterías.

Pilares.
Corredores en piedra.

Construcciones ancestrales.

La iglesia de espadaña colonial, es preciosa y está bien conservada. Una cruz en hierro forjado corona la fachada eclesial.

En madera que se encuentra en el marco de la plaza una vivienda antigua de corredores empedrados evoca épocas pasadas y añora a sus habitantes.

Otra edificación hermosa es la de la alcaldía que más parece la casa central de una hacienda antigua, con pilares y corredor interno. Muy agradable y fresca.

Lo mejor de Jordán es su clima caliente y seco, muy recomendado para personas de edad o que sufren trastornos respiratorios.

Me recuerda el clima de la ciudad madre de Antioquia, e incluso en plena plaza central de Jordán hay un árbol de tamarindo, la fruta insignia de Santafé de Antioquia.

Puente.
Puente colgante.

Antiguo cruce de caminos.

En Jordán algunas calles son empedradas, las viviendas se sostienen sobre paredes de tapia pisada y techos con teja de barro.

A las once de la mañana solo me faltó conocer la capilla del cementerio que está por la calle de ingreso al pueblo. Espero a ver si pasa o llega algún carro que me suba hasta la troncal.

De todas maneras ya tengo asegurado el viaje con, el papá de la Fisioterapista a quien saludé ahora en el Centro de Ancianos.

Quise conocer el estadero y hospedaje La Hamacas, a cinco minutos en moto del pueblo, pero desistí del plan por no perder cualquier oportunidad de transporte hasta el cruce.

Hacia el occidente sube un camino en piedra por donde antiguamente bajaban las mulas. Desde allí se tiene una vista del pueblo aunque con la iglesia detrás. Pensé subir hasta allá, pero también desistí por temor a perder el regreso seguro.

Taquillas.
Taquillas de peaje.

Camino a la capital.

Me cuentan que hace décadas este municipio fue paso obligado del transporte que iba de Bucaramanga hacia Bogotá.

Por acá transitaban las mulas con carga y precisamente en el puente de cal y canto que hay a una cuadra de la plaza, aún se ven las taquillas en las que se cobraba el peaje por pasar al otro lado del río.

Regreso con amigos.

Hasta que se cumplió el deseo: después del medio día salí en el campero con los amigos Rodríguez, también viajeros como yo.

En la parte de la carretera que sube a la troncal se ven cafetales con sombra gracias a los árboles de cedro o guamo que crecen entre los arbustos de la rubiácea.

Bueno, hasta que llegamos a la carretera principal.

Alcaldes de Jordán han sido: 2016-2019 Yohana Muñoz Ruiz; 2020-2023 Arnulfo Castro Ferreira.

Acá habitan en total: 1.100 jordanenses, 60 en el pueblo y 1.040 en las veredas. Fecha de la visita: Martes 25 de julio de 2017.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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