Iles (Nariño).
Miércoles 3 de enero de 2018
En el Kilómetro 29 de la vía Pasto-Ipiales, está el cruce hacia el occidente para entrar a Iles, el municipio nariñense que visitaremos hoy.
En ese punto empieza el conteo regresivo de 16 a 0, una vía con cubierta asfáltica y completamente en ascenso desde la Via Panamericana. Es tan reciente el pavimento de la carretera, que los kilómetros están marcados como Pr: Puntos de Referencia.
El pueblo no se divisa antes de llegar, apenas si se ven las primeras casas en el filo de la cordillera.
‘Balcón de los Andes’.
Los alrededores del pueblo son de postal, con cultivos encerrados con cercos de arbustos que desde lejos parecen una colcha de retazos por los sembrados en cuadrícula. Se ven sobre todo cultivos frescos de papa.
Los nariñenses gustan mucho de los diminutivos. Cuando entrábamos al pueblo, una señora le dice al conductor:
‘Háganos el favor y nos deja aquicito’.
Tras dos horas y media de viaje desde Pasto, a las 2:30 llegamos a la plaza de Iles.
Lo primero que impacta al llegar al centro de Iles es la estatua de Policarpa Salavarrieta, en actitud desafiante o como invitando a sus seguidores a luchar por la reivindicación de sus derechos.
La plaza es amplia y sin árboles, en estos pueblos de clima frío, más que la sombra, importa recibir el sol.
Y otra cosa que me sorprendió fue, ver un conejo asándose a la brasa dentro de un chuzo en rotación.
Para quien no está acostumbrado a ver en ‘rueda de Chicago’ sino pollos, la imagen de ese animal dando vueltas, de todas maneras impacta.
Iglesia diferente.
Lo mejor de esta población es la iglesia en honor de San Juan Bautista, con el Santuario a Nuestra Señora del Rosario de Iles en el interior.
El templo tiene un diseño tan particular como hermoso. Por fuera, una mole grande con varias torrecillas cónicas y decorados geométricos en la fachada.
Por dentro columnas delgadas y redondas y arcos ojivales sobre los cuales descansa la cubierta. Las pinturas de ángeles y bordados en tonos pasteles, le dan a la iglesia un aspecto agradable y colorido. En las naves laterales algunos vitrales no tan finos pero sí muy luminosos.
Y en la parte alta del altar mayor, se observa el camarín de la Virgen hasta donde suben los peregrinos a hacer sus peticiones.
‘La Casita del Cuy’ tiene una cocina tradicional con lavaplatos antiguo y fogón de leña que fotografié para mi colección de esos espacios.
Estratégicamente ubicado en una de las esquinas del centro de Iles, está el edificio moderno y de tres plantas de la Alcaldía Municipal.
Bueno, solo me faltó visitar ‘El Infiernillo’, un paraje en las afueras dele pueblo, con rocas y bellos paisajes. E ir a uno de los talleres de tejidos en lana que abundan en Iles.
Recorrido en moto.
José fue mi moto taxistas en Iles. Un señor de edad, que además trabaja como técnico electrónico en su casa de esquina ochavada.
Primero fuimos a divisar el pueblo desde un punto alto hacia el oriente. La vista es maravillosa, no solo del casco urbano sino de los sembrados alrededor del pueblo.
Luego le propuse a José que me llevara en su moto hasta Gualmatán y el hombre aceptó de buena gana. A lo mejor él también tenía algún interés de ir al pueblo vecino, así fuera para cambiar de ambiente.
El viaje fue inolvidable, por campos cultivados y vistas que a cualquiera sobrecogen por los distintos tonos de verde y la frescura del aire que se respira.
Así que en varias ocasiones le pedí a José mi conductor, que paráramos a extasiarnos con tanta belleza o a fotografiar un sembrado, enfocar el jardín de una casa campesina o el predio donde los campesinos recogen los frutos.
También nos detuvimos a observar las panorámicas de Puerres y Córdoba, los pueblos vecinos que se ven a lo lejos.
Fue este un viaje como pocos, me encantó venir por estas tierras fértiles en moto y le agradezco cantidades a José por sus servicios.
Acá habitan en total 8.000 ileños, 2.000 en el pueblo y 6.000 en los campos.
El alcalde de Iles hasta el 2019 es el señor José Francisco Oviedo Mora.