Ginebra (Valle del Cauca).
Desde la carretera Panamericana hasta Ginebra son solo 15 minutos de recorrido. Apenas se pasa sobre el puente de la troncal, se divisan hacia el oriente las luces del pueblo sede del festival de música andina.
Hacemos presencia en este municipio para participar del 34 Festival Mono Núñez que cada año en el puente de la Ascensión, se celebra en el centro del Valle del Cauca.
La mayoría de los turistas amantes de la música andina están dentro del Teatro. Por fuera, nos admiran las calles amplias de Ginebra y cómo todas están arborizadas especialmente con matas de Ébano que residentes refuerzan con estructuras de guadua para darle forma de cubierta a las ramas.
De esa amanera los ginebrinos disfrutan de espesa sombra en los días de calor que, son la mayoría del año.
Me cuentan cómo la Umata les facilita los palos de ébano para reemplazar las ceibas brasileras que tienen raíces muy extendidas y agresivas hasta el punto que dañan las cañerías y los muros de las casas. El ébano en cambio profundiza sus raíces debajo del propio tallo.
Algunos frentes de las casas están decorados con plantas de flores coloridas que cuelgan de la ramada y adornan la vía.
Parque de Bolívar.
El parque de Ginebra es agradable y tiene suficientes árboles, frondosos y bien cuidados. Dan sombra al espacio público, florestas tropicales, varias araucarias y algunas palmas de gran altura.
A un lado de la plaza se observa el busto de Cornelio Reyes, ilustre ciudadano ginebrino, quien fue ministro de Estado durante la presidencia de Carlos Lleras Restrepo.
En el centro del parque permanece la estatua pedestre del Libertador Simón Bolívar, una versión poco común y en cuya placa se lee:
‘Prefiero el título de Ciudadano al de Libertador. Porque éste emana de la guerra, aquel emana de las leyes. Cambiadme señor todos mis dictados por el de Buen Ciudadano’.
Hay pocas bancas en el parque, pero los muros de las eras están repletos de contertulios que ven pasar la gente mientras escuchan los parlantes del ‘Festival de la Plaza’.
Ahora Ginebra es un municipio tranquilo y plano en donde el forastero se siente seguro y bien acogido.
Templo parroquial.
La iglesia principal de Ginebra es agradable por fuera y sencilla por dentro. El templo tiene dos torres muy decoradas y al parecer recién pintadas de colores marrón y amarillo.
La edificación religiosa exhibe en el frontis y entre las dos atalayas una imagen gigante de la virgen de Nuestra Señora del Rosario, patrona del municipio.
Las puertas frontales y del perdón tienen tallas en alto relieve con motivos místicos bien elaborados.
El templo se sostiene sobre muchos arcos de medio punto que son su única gala. En el techo también se ven arcos de crucería de una estética aceptable. Abundan las imágenes de santos en las naves laterales y las ventanas exteriores sí tienen cierta gracia y elegante diseño.
Apenas termina la misa el corista acompañado de guitarra y con voz potente, entona un canto que me recuerda no solo mi infancia sino por qué mañana es lunes festivo:
‘Reine Jesús por siempre, reine su Corazón; en nuestra patria y en nuestro suelo…’.
Termino de visitar el templo en lo más alto del coro y una de las torres desde donde contemplo los techos de las casas, el copo de los árboles de la plaza y las carpas publicitarias que afean el parque.
Tomo algunas fotos al rosetón de colores que decora una de las claraboyas del frontis y regreso a tierra.
Trabajo para todos.
Ginebra es un pueblo con cierta prosperidad gracias a las distintas fuentes de empleo que hay en el municipio.
En primer lugar está Carpack, una empresa del Grupo Carvajal que tiene su sede acá y fabrica colapsibles para crema dental y medicinas, almejas de polipropileno como estuche para diversos productos, vasos desechables, etc.
Por su parte el Ingenio Pichichí también da empleo a muchos ginebrinos y el resto de los habitantes se dedica a la agricultura, especialmente al cultivo de la caña de azúcar y la uva.
Así que en Ginebra se ve poca pobreza y las casas en su mayoría son amplias, construidas con materiales firmes y con suficiente antejardín a la entrada. Este es un pueblo completamente plano, de calles muy bien trazadas.
En la página Colombia Hermosa se publicó una bella panorámica del pueblo que dá idea de las calles en damero tan bien trazadas de este pueblo vallecaucano.
Como en casi todo el departamento abundan los terrenos planos, aquí en Ginebra tampoco se permite construir casas de más de tres pisos.
El Parque Recreativo Municipal ofrece piscina pública y pista de trote. A una cuadra de la plaza principal construyeron el Hospital del Rosario.
Corregimiento turístico.
A solo cinco minutos de la cabecera municipal se encuentra Costa Rica, un corregimiento pequeño pero turístico. Con frecuencia llegan hasta allí busetas que cobran tarifa urbana por el cupo.
En realidad es un caserío sin más gracia que el parque, muy amplio y sombreado con frondoso árbol en el centro.
Lo más atractivo de Costa Rica son los Restaurantes Campestres que hay a lado y lado de la carretera y que ofrecen a los turistas el plato típico: sancocho valluno acompañado de arroz atollado y postres.
Albania, Los Guaduales, Molino Viejo y La Emilia son los estaderos más concurridos hoy.
Otra cosa que se destaca al lado de la vía, son los cercos formados con zwinglia tan crecida que, establecen una gran muralla vegetal para limitar los sembrados, especialmente de pasto y uvas.
Algo que el visitante destaca en Ginebra es cómo el costo de la vida por acá es más económico que en las ciudades capitales donde parece que todo es más costoso.
Acá habitan en total 19.000 ginebrinos, 8.000 en el pueblo y 11.000 en las veredas.
Alcaldes de Ginebra han sido: 2008-2011 Argemiro Jordán; 2012-2015 Camilo José Saavedra Conde; 2016-2019 John Jairo Aragón Becerra; 2020-2023 Álvaro Alfonso Domínguez Villamil.
Fecha de la visita: Domingo 1º de junio de 2008.
