Génova (Quindío).
Viernes 4 de diciembre de 2015
Desde Armenia el pasaje en buseta para Génova cuesta $8.800 y el viaje tarda una hora y veinte minutos.
La carretera muy bien pavimentada, pero eso sí, tiene unos precipicios como en caída vertical, muy profundos. Menos mal casi todos están protegidos con barandas metálicas.
El departamento del Quindío tiene en total 12 municipios. Falta Barcelona, un corregimiento por el cual pasamos ahora, que ya tiene suficiente población para ser declarado municipio.
Tan pronto me bajé en la plaza principal de Génova, me gustó este pueblo. No es muy inclinado, tiene una plaza grande y un parque bonito y agradable.
Primero conversé con el Padre Luis, un cura mejicano que es el párroco de Génova. Interesante y acogedor el hombre, hablamos sobre asuntos de su trabajo. El mismo padre Luis me sugirió que subiera hasta lo alto del frontis de la iglesia para fotografiar el pueblo desde allí.
Y eso fue lo segundo interesante que hice. Las escalas son muy firmes y con pasamanos seguros. Y la vista al medio día, excepcional.
La iglesia parroquial es inmensa, con dos torres altísimas, arcos que sostienen la cubierta y cuatro pechinas bajo una cúpula grandiosa.
Pero lo más interesante y exclusivo de este templo, son las puertas en metal con diferentes imágenes en alto relieve: la Virgen, San José con el Niño y en cuadros medianos: los misterios del rosario. Seguramente son creaciones europeas traídas para esta ermita.
Muy bonita la cúpula que tiene en las pechinas las imágenes de los cuatro evangelistas.
Los dos relojes de la torre derecha, esos sí andan cada uno por su lado. Señalan horas diferentes y están en pausa desde hace tiempo.
En estos momentos terminan de construir una moderna Biblioteca en el costado de la plaza. Entiendo que entidades europeas de ayuda, han financiado esa construcción tan moderna.
El edificio de tres plantas de la alcaldía, en el costado occidental de la plaza, está muy bien, para un pueblo que conserva algo de la arquitectura de la colonización antioqueña.
Lo que viví a continuación fue excepcional. Desde el parque divisé una casa grande en una finca sobre el occidente. Desde allí se debe ver todo el pueblo en horas de la tarde, pensé para mí.
Entonces un ‘moto-ratón’, me llevó, esperó y regresó en su potente moto Suzuki. La subida tiene repechos muy inclinados, pero Jaime es un excelente conductor.
En la Finca ‘Los Sauces’ vive una pareja de mayordomos con sus dos nietas. Me recibieron muy bien y los fotografié con el pueblo de fondo. Cuando las luces del alumbrado público se encienden, la vista del pueblo desde esa finca es increíble.
Quería enfocar el frontis de la iglesia desde un mejor ángulo, para lo cual bajé por un camino húmedo. No solo por poco me caigo, sino que de pronto sentí que unas arrieras muy agresivas comenzaban a picar mis tobillos y subir por las piernas. Toco salir corriendo hacia la casa, donde todos ayudaron a espantar los insectos.
El restaurante que me recomendaron para almorzar con pollo asado, fue ‘El Churrasco’. Y sí, por seis mil pesos, estuvo bien y mejor aún, la vista que el comedor tiene sobre la plaza, a través de las ventanas del segundo piso.
Hubo otras dos cosas que me encantaron de la plaza genovesa: la Estación de Bomberos, con potente sirena que hicieron sonar puntualmente al medio día, y el kiosco a un lado del parque. Ese estilo arquitectónico de la estación bomberil, me recuerda algo del diseño lineal de los edificios Art Deko.
Y lo segundo, el kiosco; me gusta porque tiene parales en guadua y muebles plásticos muy cómodos y de un color ocre que no es nada vistoso.
Siempre quedan algunas casas con estilo de la Arquitectura de la Colonización Antioqueña, pero es más lo que se ha arrasado en aras del progreso o cuando se convierten los primeros pisos de las casas en locales con rejas metálicas.
Lo que vino luego fue también memorable: Desde temprano había subido al segundo piso de la Alcaldía en donde estaba un grupo de estudiantes de Topografía del SENA. El profesor me dijo que la a la 1:30 podía ir para que promoviera el blog entre los estudiantes.
Pues allí estuve muy puntual y conversé con algunos estudiantes mientras el profesor Carlos Zapata terminaba de tomar los exámenes orales a cada uno de los estudiantes. Dos de las alumnas tenían a sus hijas con ellas. Y casi todos consultaban en sus celulares inteligentes el correo o el FaceBook.
Llegada mi hora, no solo promoví el blog, sino que motivé a los jóvenes frente a tres puntos:
1 – Aprovechen al máximo el Internet, una herramienta que ha democratizado el conocimiento.
2 – Tengan una pasión, piensen qué es aquello que disfrutan y para lo cual son buenos, y especialícense en ello.
3 – Traten de no pegarse demasiado de las banalidades del FaceBook. Así como es bueno para muchas cosas positivas, a veces nos atrapa de tal manera que perdemos el tiempo.
Dos cuadras abajo de la plaza, hay otro espacio público amplio, frente a la Galería donde cuadran los transportes a manera de Terminal.
Lo que vino luego también fue increíble. Le puse la mano a un auto Citroën que bajaba y era Carlos Zapata, el profe que iba con tres de sus alumnas habitantes de una vereda.
Carlos va para Calarcá, donde reside y de muy buena gana aceptó llevarme hasta Rioverde; allí están las partidas para Córdova y Pijao. No, qué suerte.
El pasaje en buseta tiene un valor de 11ooo pesos
En el 2015: 8.800. Saludos.