Garzón (Huila).
Domingo 6 de abril de 2014
Después de Neiva y Pitalito, Garzón es la tercera ciudad más importante del Huila.
La de hoy es una tarde festiva, brillante, los últimos rayos del sol iluminan los troncos y las ramas de los árboles, que crecen a ambos lados de la carretera.
El firmamento azul conserva muy pocas nubes.
En el radio de la buseta suena la nueva canción de Juanes: ‘Fotografía’, que me recordará por siempre esta visita a Garzón:
‘Cada vez que te llamo y no estás…’.
En la curva un kilómetro antes de entrar al casco urbano, me bajo para tomar panorámicas. Desde ese punto Garzón se ve completo y muy bien iluminado, por la luz decadente.
En lo más alto de la cordillera está la Capilla de Monserrate con su fachada de dos torrecitas, debe tener una vista excelente.
Llegué a Garzón procedente de La Plata. Ya en el centro, no tenía idea en qué lugar alojarme. En la esquina nor-occidental de la plaza principal, está el Hotel Casa Colonial.
A un precio que se acomodó a mi presupuesto recibí las llaves de la habitación en donde me sentí muy a gusto. El WiFi es potente, y la lencería fina y blanca.
Este hotel tiene una decoración como vintage muy especial. Parece ser que su dueña, es una artista que se dedicó a decorar todo: teléfonos, baños, muebles y cuadros, que están por todas partes de la edificación, con un estilo original.
Garzón se ve bonito. Es un pueblo con señorío, tradicional y bien cuidado.
Tiene tres iglesias principales: una colonial, la Catedral, en la plaza principal, la Nuestra Señora del Rosario, de estilo barroco y la de San José de Nazareth, cerca a la Curia Episcopal.
En eso Garzón se parece mucho a Riosucio, que también tiene dos templos frente a dos plazas diferentes.
Por su elegancia y arraigado sentido religioso, Garzón como que hace parte de esa serie de pueblos con los templos más valiosos de Colombia, al lado de Pasto, Jericó, Pamplona, Zipaquirá, o Buga.
La Catedral es de una belleza singular. Parece como si fueran dos iglesias en una, pues tiene una nave adyacente y sin puerta hacia afuera. Está decorada con muy buen gusto, exhibe un interior bastante sobrio.
Por el sector entre la plaza principal y la iglesia de El Rosario, hay casas antiguas bien conservadas.
El otro parque, el de La Gaitana, se encuentra cerca del Paseo del Rosario, el Centro Comercial más grande de Garzón.
A esta hora la plaza está llena de niños que vienen con sus papás a correr por el parque o, de todas formas, a divertirse fuera de las cuatro paredes de sus casas. Una tarde abierta, la aprovechan los papás, para compartir con sus hijos al aire libre.
La iglesia del Rosario, está decorada con gran sobriedad y estilo. Tiene 22 columnas redondas y gordas. Lo que me impresiona acá, como en la Catedral, es la cantidad de gente que viene a la misa en este domingo.
Algo que sí me extraña en Garzón, son las calles tan oscuras. Parece que el alumbrado público es deficiente por ahora, en este municipio.
Lunes 7 de abril de 2014
A las siete de la mañana, como en el hospedaje sintieron que ya me había levantado, tocaron la puerta de mi habitación, y cuando abrí, Wow! apareció una chica, joven y bonita, que traía en un charol plateado: un pocillo con tinto y vaso de jugo de naranja puro!
Ah, qué sorpresa tan deliciosa, esto hace parte de la cultura distinguida de Garzón.
Ayer me contaron que todos los lunes a las seis y media de la mañana, hay misa en la capilla de las clarisas, que queda en la parte de arriba del pueblo, detrás de otro templo: el de Nazareth.
Así que apenas estuve en la plaza, contraté a Pacho, un moto taxista muy conocido, para que me llevara hasta ese sitio, en su nueva moto Boxer.
Estuvo genial el tour que hice con mi amigo. Primero pasamos frente a la iglesia de Nazareth, de dos torres y ubicada en la parte delantera del Seminario Conciliar María Inmaculada.
Ese edificio ocupa una manzana completa y, supongo yo, debe estar inutilizado ahora cuando hay pocas vocaciones sacerdotales.
Detrás del Seminario, está ‘la casa del obispo’, otra edificación moderna que me imagino, sirve de sede a la Curia Episcopal. Y dos cuadras más hacia el oriente, se encuentra el convento y capilla de la Clarisas, una ermita limpia y bien cuidada, como todo lo de las religiosas.
A continuación Pacho me subió al restaurante que hay arriba, desde el cual la vista sobre todo el pueblo es inmejorable.
Bajamos luego por el malecón, a un lado del río Garzón. Es una zona agradable y bonita. Por ahí construyeron Las Torres del Café, que aún tienen apartamentos vacíos.
Y ya en el casco urbano, cerca de la plaza, conocí la Casa de la Cultura, que funciona en el edificio en ladrillo, de tres plantas, en donde antes hubo un molino de arroz.
El Terminal de Transportes de Garzón es, como toda la ciudad, un sitio donde prima el orden y la limpieza.
Qué pueblo tan amable y bello es Garzón. Excelente haber pasado una noche acá.
El alcalde hasta el 2019 es el señor Edgar Bonilla Ramírez.
En este municipio habitan en total 70.000 garzoneños, 34.000 en el pueblo y 36.000 en los campos.
Excelente su relato textual y fotográfico de sus viajes por Colombia.
Una dedicación singular con un contenido sentimental, rescatador, conquistador y exaltador.
Lo felicito!
Y sus palabras motivadoras. Me alegro que le hayan gustado mis publicaciones. Saludos.
Que reseña tan hermosa que hace de los pueblos de Colombia, le agradezco como garzoneña esas palabras tan bellas de mi municipio que vio crecer esta guipa.
Con gusto, saludos.