Gachantivá (Boyacá).
Viernes 3 de junio de 2016
El pasaje de Samacá a Gachantivá cuesta solamente $10.000 para dos horas y media de recorrido.
La buseta Mercedez Benz modelo 2016 que abordé en Samacá, hizo parada de 20 minutos en el terminal de Villa de Leyva.
Ha crecido mucho Villa de Leyva. Pero con un desarrollo bien planificado. Solo permiten construcciones de estilo colonial y en lotes no menores de una cuadra.
Me cuentan que muchos pensionados europeos compran casas en las afueras de Villa de Leyva y viven a cuerpo de rey, cambiando euros por pesos.
En este paseo fotografié dos chivas: una que dá leche y otra de modelo tan viejo que ya está abandonada en una calle de Guachantivá.
Nos encontramos la salida para Arcabuco, a 40 minutos de Villa de Leyva.
Y por ahí también se ve el cruce para Periqueras, una zona con cascadas, lagunas y avistamiento de aves.
No hay subidas ni bajadas, toda esta carretera transcurre en travesía, y por terreno destapado.
Lo primero que fotografié al llegar a Gachantivá fue su iglesia de construcción rara en cuanto se dice que los planos fueron diseñados para un pueblo de clima caliente en la costa atlántica, pero por error llegaron y se hicieron realidad en el centro de Gachantivá.
Y sí es posible, pues esta iglesia con elementos góticos como las bóvedas nervadas y pilares compuestos, tiene
tamaño descomunal para un pueblo tan pequeño. Además ostenta muchas entradas de aire y exceso de ventilación para un sitio de clima frío como es Gachantivá.
La Pila de los Monos es una escultura que muestra a cuatro niños, eso sí todos con el pipicito cubierto, sosteniendo una pila de agua.
En 1.956 esta escultura que decora el parque central fue donada por el P. Juan Ramón Serrano Pinto, como premio a la pujanza de los gachantivenses.
En una capilla ubicada en las afueras del casco urbano, se venera la Virgen de la Santa Cueva, un retablo que inicialmente fue llevado a Tunja pero luego el
obispo ordenó devolverla a Gachantivá.
También anduve por el otro coliseo, en la parte de arriba donde una chica con camiseta del Barcelona entrenaba fútbol-sala con otras niñas de su edad.
En seguida caminé por varios sitios. El colegio de bachillerato que tiene un polideportivo inmenso. La Plaza de Mercado, también cubierta convertida ahora en cancha de tejo.
Pasé por el cementerio, en donde ‘terminan las vanidades del hombre’, anduve por el Corazón de Jesús y la unidad residencial de casas bi-familiares que hay a la entrada.
En el parque central hay varias esculturas en chatarra poco prolijas.
Al frente está el edificio de dos plantas de la alcaldía, con banderas a la entrada.
La casa cural es otra edificación moderna y más grande de lo que se necesitaría.
Por último almorcé por $5.000 en el restaurante cerca de la plaza.
A la una de la tarde regreso en la misma buseta de Valle de Tenza en la cual vine y en compañía de Santiago un niño de diez años que ya maneja celular pero se ve que el pelado es inteligente y bastante piloso.
Se sabe muy bien las tablas de multiplicar y recita el abecedario sin titubeos.
En este municipio boyacense viven en total 3.000 gachantivenses, 400 en el pueblo y 2.600 en las veredas.
El alcalde de Gachantivá hasta el 2019 es el señor Jorge Edicson Saavedra Velasco.