Firavitoba (Boyacá).
Lunes 1° de octubre de 2018
En el Terminal de Transporte de Sogamoso me esperaba la buseta con destino Firavitoba que por $2.200 me dejó en la plaza principal.
Muchas Bicicletas.
A Firavitoba se le conoce como ‘Remanso de Paz’. Y una ventaja adicional: se trata de una localidad completamente plana donde es fácil moverse en cicla y todavía la leche se reparte en coche.
Diagonal a la alcaldía hay un taller de bicicletas en donde las alquilan a cinco mil pesos el día.
Qué maravilla: durante los diez minutos que estuve en el Salón del Concejo, pasaron por el parque seis mujeres en cicla. Excelente.
En ‘Fira’ el comercio es escaso, el mayor movimiento se encuentra frente al Colegio Técnico, en la entrada al pueblo.
En Firavitoba hay tres parques: uno frente a la iglesia, el otro donde funciona la Alcaldía y un tercero pequeño, que une los dos anteriores y rinde homenaje a la Madre Gabriela de San Martín Durán Párroga, una monja de las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, nacida en Firavitoba y actualmente en olor de santidad.
Imponente iglesia.
El templo dedicado a Nuestra Señora de las Nieves, es una edificación grande de dos torres, semejante a la iglesia de Lourdes en Chapinero, Bogotá. Con la piedra del mismo color e igual estilo gótico pero de atalayas cuadradas y achatadas, no puntiagudas como las torres de la mayoría de templos góticos.
Me cuentan que a esta ermita de Firavitoba se le iba a hacer cúpula pero seguramente la plata no alcanzó.
Por dentro, se observa una iglesia pretenciosa: con columnas grandes y altas y decorados coloridos en las ventanas ojivales.
Por lo visto, la iglesia se construyó con las donaciones de muchos fieles. En la parte alta de cada columna se lee el nombre de la persona que financió esa sección del templo.
El nombre tan especial de este pueblo se debe a la denominación que tenía la tribu indígena que habitó estas tierras antes de la venida de los españoles.
De Firavitoba era también el cacique Sugamuxi que fue quien enfrentó a Gonzalo Jiménez de Quesada en los inicios de la conquista española.
La Alcaldía ocupa una casa antigua con piso de madera en la segunda planta. La mayoría de las casas están pintadas de blanco en las paredes y verde las puertas y ventanas. Una población aseada y de calles amplias y pavimentadas.
Junto a la parroquia se encuentra la Casa de la Cultura a la cual el pintor Juan Carlos Morales le dibujó dos hermosas estampas campesinas: en una aparece el hacedor de alpargatas y en la otra la señora que prepara los amasijos, un pan típico de Firavitoba.
Plato típico.
En Golosinas Californianas pruebo los deliciosos bocadillos de mora que traen de Sogamoso y las típicas génovas sencillas o picantes.
Génovas: especie de salchichas.El alcalde de Firavitoba hasta el 2011 es el señor Jaime Silva.
En el pueblo habitan dos mil firatobenses y en las veredas cuatro mil, para un total de 6.000 habitantes en el municipio.