El Socorro (Santander).
Viernes 1 de agosto de 2014
Inmediatamente llegué de Barichara al ‘terminalito’ de San Gil, salía la buseta para El Socorro, a donde me llevó en 20 minutos y por tres mil ochocientos pesos. El Socorro es no solo uno de los 17 Pueblos Patrimonio de Colombia, sino que en 1.963, su centro histórico fue declarado Bien de Interés Cultural, de carácter Nacional.
La buseta, que sale del ‘terminalito’ sangileño, entra al moderno Terminal de Transportes y continúa hacia el sur. Primero pasa por la salida para Galán, por esa misma carretera destapada, se puede llegar a Zapatoca, luego de cinco horas de viaje.
El Terminal de Transportes de El Socorro, aparentemente es muy central, pero hay que subir cinco cuadras hasta la plaza principal, sembrada de palmeras airosas y encumbradas.
En el centro de El Socorro está, blandiendo su espada, la estatua de José Antonio Galán quien no era propiamente de aquí sino de Charalá; mientras que Pinchote y Confines, son los pueblos que se disputan la cuna de Manuela Beltrán.
También se ve, de bandera en mano, la escultura de Antonia Santos, heroína de la revolución comunera, quien fue fusilada en esta plaza de la independencia. Y es que aquí en Socorro tuvo lugar en 1.781, la Insurrección de los Comuneros, en contra del dominio español.
Aquí en El Socorro nació Protabaco, pero luego se la llevaron para San Gil, hasta hace poco, cuando construyeron un moderno Centro Comercial, donde antes quedaba la tabacalera santandereana. También me cuentan que la empresa Bavaria nació en El Socorro, cuando un alemán de apellido Koop empezó a envasar, en botellas de porcelana, la cerveza ‘Chiva Clausen’. También es socorrano, el compositor José A. Morales. Así que El Socorro fue y sigue siendo una ciudad importante del oriente colombiano.
Qué calor hace esta tarde. Pero vale la pena soportarlo, con tal de tener una vista tan iluminada y hermosa de este pueblo señorial. Conocí la Casa de la Cultura Horacio Rodríguez Plata, en memoria de un historiador socorrano quien donó el predio para esa edificación.
Más tarde visité la plaza Antonia Santos, en donde está el templo en honor de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Es una iglesia muy bonita, construida en piedra y ladrillo y con capilla auxiliar al lado izquierdo del altar. El techo es en caña brava y los altares en madera tallada y decorados en oro.
De ahí pasé al colegio de la Presentación para terminar el recorrido en el Templo y Convento de los Capuchinos, el primero de esa comunidad fundado en América. Hace un calor terrible. Para mitigarlo tomé, en una de las panaderías del centro, un vaso de masato, bebida típica de la región.
Bajé por la calle 13, que aunque no es la Real, sí conserva el empedrado original; e invertí un buen tiempo en contemplar la ConCatedral Nuestra Señora del Socorro. La diócesis es de El Socorro y San Gil, y el título de ConCatedral, es superior al que ostenta el templo del municipio vecino.
La iglesia principal de El Socorro es espectacular. Le parece a uno estar dentro de una catedral europea. Fue construida toda en piedra, y los altares, el púlpito y los ocho ángeles custodios, están hechos en mármol de carrara. El piso de la iglesia también es en piedra fina. Esta iglesia tiene unos vitrales muy bonitos y la cúpula sobre el altar mayor es imponente. Tanto las columnas como los capiteles, son tallados en piedra amarilla.
En El Socorro hay una ruta de busetas urbanas. En una de ellas anduve por la parte alta del pueblo, donde comprobé cómo se ha espandido el casco urbano hacia esa parte.
Me quedé cerca a la la Universidad de Santander y la iglesia de Santa Bárbara, un templo de estilo colonial, muy bien conservado.
En esas pasó un auto de perifoneo que promocionaba los autos de un concesionario local:
‘Campesa marca la diferencia: compra tu carro hoy, y págalo, sin intereses, en el 2016’.
Qué cosa cómo es de fácil obtener un auto por estos días. Con razón nuestras ciudades están cada vez más congestionadas.
Más adelante anduve por los Muros del Cabildo, donde empezó a construirse la Gobernación de Santander, cuando El Socorro fue la Capital del Estado Soberano.
Así dí por terminada mi visita a El Socorro, un municipio cargado de historia y tradición.
Felicitaciones!!!
Un buen trabajo y buena narración sobre este municipio, me complace leer artículos de personas que solo visitan un lugar y muestra lo mejor que este tiene, pero también la realidad que se vive.
Gracias por sus palabras
Felicitaciones por su pagina.
Con gusto Javier, me alegra que haya disfrutado del relato. Saludos.
Felicidades, tienes un estilo bastante particular. Sobrio, coloquial, auténtico, espontaneo y claro. Te felicito, muy bonita tu labor recorriendo a Colombia y describiéndola sin tantas arandelas ni adornos de la prensa turística. No faltan las imprecisiones, por ejemplo la de la cerveza «Chiva Clausen», que son dos historias diferentes, pero tampoco te las tienes que saber todas. Exitos.
Gracias por tus palabras, pero espero me corrijas. Yo no la sé, pero tu sí. Cuéntame. Saludos.