El Post-Covi19 2/2
¿El fin de la Educación en aulas?
Imagínese que usted es la persona que decidirá frente a dos candidatos para ocupar el cargo de Administrador en una empresa comercial. Luego de una larga preselección quedan dos candidatos frente a los cuales usted tiene la última palabra.
El primer aspirante educado por padres de clase media alta, es egresado de una universidad privada con título de pregrado y un post grado en Mercadeo.
El segundo postulante es un joven autodidacta que estudió el bachillerato por su cuenta y lo validó con exámenes de suficiencia. Tampoco ostenta título universitario pero se la pasa investigando en la web sobre temas referentes a su pasión: comercialización de productos agrícolas. En el pueblo donde vive formó un grupo de estudio sobre hábitos de consumo.
A quién contrataría usted: al que tiene títulos o al que estudió por internet?
Fin de la educación tradicional.
Con la pandemia que vive el mundo por estos días, se va a agudizar la crisis en la educación básica y universitaria. Pienso que la educación como se venía dando hasta el 2019 no prevalecerá.
En los últimos viajes que realicé el año pasado, di algunas charlas a grupos de décimo y once sobre la conveniencia de ‘resetearse’, comenzar de cero, dado que la educación que recibieron tanto en el hogar como dentro del sistema educativo no los capacita para enfrentar el mundo que les tocará vivir.
En la mayoría de los hogares citadinos ambos papás trabajan para darle al niño todo lo material que solicita. Pocos papás disponen de tiempo y autoridad para imponer límites, inculcar valores y acompañar a los jóvenes en su proceso educativo.
En mi concepto, creo que es necesario que uno de los padres de familia permanezca en el hogar al menos hasta cuando los niños tengan cinco años. Ni el colegio ni la abuela son quienes deben formar con disciplina, resiliencia, creatividad, humildad.
Con frecuencia son los abuelos quienes quedan a cargo de los hijos ante la ‘necesidad’ de dos ingresos o como consecuencia del divorcio de los padres del menor o por el desliz de la pareja de adolescentes.
En los colegios pocos profesores trabajan por vocación, la mayoría están mal remunerados y muchos a punto de jubilarse. Se pretende llenar de conocimientos el cerebro de los muchachos haciendo énfasis en las fortalezas lógico-matemáticas y lingüísticas, únicamente.
Quien tiene habilidades para la música, el deporte, liderazgo tiene que aprobar álgebra para lo cual deberá reforzar matemáticas. Al contrario, deberá fortalecer sus aptitudes.
Saber de programación y hablar una segunda lengua son muy necesarios en estos tiempos. Pero de nada sirve atormentar a un joven que no tiene gusto ni aptitudes para los idiomas, para que aprenda inglés. En las profesiones sociales o artísticas por ejemplo, es poco lo que se necesita de otro idioma.
En consecuencia, después de once años de estudios la sociedad recibe bachilleres que no saben nada, incapaces, depresivos y ‘atenidos’.
Homeschooling
Afortunadamente cada día toman fuerza corrientes de educación alternativa como la ‘Educación en Casa’, una tendencia que desde los años 80 pretende regresar a la educación anterior al siglo XVII cuando los hijos se educaban en el hogar, al lado de sus padres.
En todo el mundo existen matrimonios que han optado por no enviar los hijos a establecimientos educativos, sino que reciben formación integral en el hogar y fuera de él, mediante lectura compartida, viajes, visita a museos, universidades, teatros, empresas, bibliotecas, etc.
En los establecimientos educativos las jornadas fuera del salón de clase están prácticamente relegadas por las exigencias de transporte, seguros de todo tipo, acompañantes y los costos adicionales que implica una salida fuera del colegio.
El Homeschooling no es la panacea, tiene sus dificultades como que necesariamente los papás deben tener tiempo y gusto por la enseñanza, pero sí es un modelo más apropiado para formar jóvenes capaces de enfrentar el mundo cambiante y exigente del futuro. Y un compromiso que deben discernir muy bien las parejas que desean tener hijos.
Recomiendo mirar el siguiente video con la conferencia de Patricia Hernández, para ampliar el concepto de ‘Educación en Casa’.
En cuanto a la educación universitaria, a partir del Covid y sus desastres económicos, ya no se podrá cobrar una millonada por semestres de solo cuatro meses. La educación virtual que ya se practica, hará evidente la posibilidad de estudiar, investigar y emprender con la ayuda casi exclusiva de Internet.
Por supuesto que aunque se prevé que en el futuro seremos educados por máquinas, es innegable que la presencia de un maestro (que no profesor) y de compañeros de curso con los cuales intercambiar experiencias, es fundamental en el desarrollo de los educandos.
En la Educación Familiar los estudiantes se relacionan no solo con chicos de su misma edad y clase social, sino con ancianos, negros, pobres, musulmanes, extranjeros, obreros…
Pueblos versus ciudad.
Educar hijos en poblaciones pequeñas es mucho más fácil que en las ciudades donde tanto los padres como los estudiantes deben invertir hasta tres horas diarias en desplazamientos por calles congestionadas y ambientes caóticos.
Los pueblos de por sí son ‘ciudades de 15 minutos’, en donde la demora para ir de un lugar a otro es mínima.
Tengo la esperanza que después del Covid, muchas familias se establezcan en poblaciones cercanas a la gran ciudad en donde la vida es más barata y es posible que uno de los padres trabaje y el otro se ocupe de la educación de los hijos.
En la actualidad estamos educando solo para ser consumistas y exito$o$. Lo fundamental deberá ser que cada uno descubra cual es su aptitud, aquello que disfruta hacer y para lo cual tiene habilidades y busque su realización personal a través del compromiso con el bien común.
Donde haya Internet estará todo el conocimiento a disposición de quien lo quiera utilizar. Ya no es necesario habitar en grandes conglomerados en donde todo cuesta dinero, el ambiente es azaroso y el consumismo inevitable.
Ser exitoso en el futuro deberá ser igual a ser feliz, bondadoso, justo, honrado, sencillo, resiliente, expresivo, con sentido de comunidad, etc.
La pandemia actual nos está mostrando cómo el conocimiento se puede lograr por internet, e importa menos que las habilidades blandas: honestidad, pensamiento crítico, inteligencia emocional, compromiso social, autodidaxia, responsabilidad, capacidad para trabajar en equipo, creatividad, espíritu de investigación.
Ya no se trata de ‘ser alguien en la vida’; las nuevas generaciones serán felices en la medida que cuiden la naturaleza y trabajen por una sociedad más equitativa y menos enfocada al poder y la riqueza individuales.