Cucutilla (Norte de Santander).
Martes 29 de agosto de 2017
Antes del medio día llegué de Silos (Norte de Santander) al punto donde sale la carretera para Cucutilla.
Lástima que en la foto no quedó el trompetazo con el que saludó el conductor de la tracto-mula que subía de Pamplona hacia el Alto.
Son solo 45 kilómetros hasta Cucutilla, pero como la carretera no es pavimentada, el viaje se demora más de tres horas.
Valió la pena la espera.
Estuve más de una hora esperando carro. Me dicen que a las once sale uno del Terminal Terrestre de Pamplona, así que lo voy a alcanzar.
Como el bus salió quince minutos después y Lucho el conductor maneja como si el carro fuera suyo, que en realidad lo es, solo hasta las doce del día apareció un carro grande, de muchos años pero amplio y seguro.
Lucho es todo un personaje, un señor joven, delgado, alto y muy derecho para caminar y para permanecer frente al volante. Maneja despacio, y hasta mejor, para observar con detenimiento el paisaje.
Por este sector, las vistas no son tan bellas como en otras vías que he transitado de Norte de Santander. Eso sí, esta carretera es más segura que otras por las cuales he viajado. Tiene algunos precipicios, pero con barrancas que protegen al bus de caer al abismo.
De todas maneras son tierras novedosas para mí y me encanta conocerlas.
Apenas subí le pregunté al conductor cuánto costaba el pasaje y Oh sorpresa: solamente diez mil pesos para cuatro horas de camino. Es el pasaje más económico que he cancelado en toda mi vida de viajero.
El Parque Regional Sisavita queda por esta zona de Cucutilla. Todo el territorio es muy rico en aguas, por lo que a Cucutilla se le conoce como ‘La Fuente Hídrica Nacional’. Es además una zona que produce abundantes cosechas de café y panela.
Si describiéramos el perfil de la carretera veríamos una subida suave al comienzo para llegar al Alto de la Peña, y descenso ese sí pronunciado y de dos horas para llegar hasta el río y por fin a Cucutilla.
Hasta buena parte del recorrido solo se ven helechos, ningún cultivo. Pero de la mitad en adelante comienzan a aparecer los cafetales, cañadulzales y frutales.
Ya cerca a Cucutilla se suben al bus estudiantes con sudaderas rojas que viven en veredas cercanas al destino de hoy.
Mi compañero de silla hace un comentario que me deja perplejo, sobre todo por escucharlo en boca de un habitante de pueblo pequeño.
Dice don Israel que actualmente en Colombia estamos casi igual a cuando éramos sometidos por el yugo español.
En esa época nos trataban como esclavos y los ibéricos nos asfixiaban con tal carga impositiva que por eso se dio el levantamiento del 20 de julio.
Hoy, dice Israel, la gente trabaja como esclavos para ganar un mínimo y cada vez el gobierno saca nuevos impuestos. Todo eso por culpa ya no de los invasores, sino de los propios políticos que desfalcan al Estado y son nuestros dominadores. Qué gran verdad.
Mi amigo cuenta que el tráfico hacia Cúcuta por Arboleda, es incluso mayor que el de Cucutilla hacia Pamplona.
Pueblo bello.
Cucutilla es un pueblo grande, casi plano, y con un parque amplio en cuyo centro hay una gran ceiba. Se ve que en el pasado Cucutilla fue un pueblo próspero y con señorío.
Hace poco llovió fuerte y escampó pronto, así que las calles húmedas se van a ver muy bien en las fotos que he tomado.
Antes que la cerraran, fui a fotografiar la iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada, de frontis hermoso, con decorados que recuerdan la iglesia de Santa Bárbara en Mompox. Y aunque no tiene torre, la fachada tiene un diseño llamativo.
El cielo raso antiguo y troquelado es uno de los elementos más valiosos de la iglesia. Lástima que esté tan deteriorado. Las estaciones del Vía Crucis en cuadros al óleo también son de mucho valor. Me cuentan que la celebración de la semana santa en Cucutilla es muy concurrida.
El almuerzo por $8.000 fue en Sabor & Carnes, con una trucha pequeña pero de gran gusto.
Como la alcaldía estaba cerrada, fui a retirar dinero al corresponsal bancario. Qué buen servicio ese.
En la Biblioteca me admira ver tantos lectores y personas haciendo trabajos. Pocas librerías de los pueblos que visito, muestran ese resultado.
Luego a esperar que llegue a la plaza el bus que debe salir a las cuatro de la tarde para Pamplona. Pero como estamos en un pueblo, la puntualidad en los horarios no es lo usual.
Regreso divertido.
Mientras tanto veo salir los buses escolares con los estudiantes que no viven en el centro de Cucutilla.
Al fin apareció un bus Chevrolet 88 con mampara, que sale de Cucutilla con apenas cuatro pasajeros.
Don Antonio, el conductor es un hombre formal que admira mi espíritu aventurero. Incluso él sugirió paradas para que fotografiara dos cascadas que hay en el camino, la más grande muy escondida.
Y lo mejor fue fotografiar el hermoso puente en madera con barandas y techo que hay en una vereda cerca al pueblo. Increíble la manera como aprovecharon una gigantesca roca capaz de soportar la fuerza del río, para asentar en ella uno de los extremos del viaducto.
En una parte del camino subieron bultos de lo que acá llaman apio, que equivale a la aracacha nuestra. En otra parada también empacaron atrás del bus, costales con fríjoles verdes.
Regreso de inmigrantes.
En este municipio norte-santandereano habitan en total 8.000 cucutillenses, dos mil en el pueblo y seis mil en las veredas. Pero a raíz de la crisis venezolana, muchas familias que habían emigrado de Cucutilla al vecino país, han tenido que regresar, no solo los que se habían ido, sino los esposos e hijos de los migrantes.
Se cree que unas 2.500 personas han vuelto a su patria chica. Por ese motivo la población de Cucutilla se ha incrementado en los últimos meses.
Ya de noche llegamos al Alto de La Peña, para iniciar el descenso suave hasta la vía principal y asfaltada y de ahí el descenso corto hasta Pamplona, cuya vista nocturna es preciosa.
El alcalde de Cucutilla hasta el 2019 es el señor Rosendo Ortega.
Nuestros pueblos son hermosos y Dios quiera que los colombianos de bien mantengamos viva las tradiciones y recuerdos, no permitirle a los revoltosos que atenten contra lo bello de nuestra historia.
De acuerdo, saludos.