Corrales (Boyacá).

Lunes 25 de mayo de 2010:

Dentro de la correría por los pueblos más lindos de Boyacá, hoy vengo de Gámeza, otro municipio boyacense, y me quedo en Vado Castro, un corregimiento a bordo de la carretera. Decidí bajarme allí,  pues todavía tengo tiempo de visitar a Monguí. Así que estuve cinco minutos esperando el transporte que venía de Sogamoso. Pero la buseta que apareció iba para Corrales. Rápidamente ubiqué ese pueblo en el plano y, como lo tenía destacado,  subí a bordo.

A mi lado iba un campesino muy querido y de bastantes años. Hablamos de los cultivos que se ven a un lado de la vía y esto me dijo el agricultor:

‘De la cebolla cabezona solo se pueden coger dos o tres cosechas

porque emborracha la tierra. Como es tan ácida…

Además hay que tener por lo menos 30 millones descansados

porque ese cultivo tiene mucho gasto’.

Antes de media hora entramos a Corrales, luego de atravesar la carrilera por donde corre el tren de Acerías Paz del Río. Qué fortuna llegar a este pueblo tan hermoso en horas de la tarde cuando es el momento oportuno para fotografiarlo. El sol poniente ilumina el frente de la iglesia y todo el parque. Gran parte del día llovió pero ahora disponemos de luz abundante.

Me gustó bastante este pueblo. Empezando porque todos los frentes de las casas están pintadas: de blanco las paredes y café las puertas y ventanas. La iglesia de Corrales, aunque de una sola nave, tiene un frontis neo-gótico bonito y con una imagen gigante del Corazón de Jesús en el centro de la parte más alta de la fachada. Dentro de la ermita, han arreglado una Virgen con decorados muy originales, un poco rústicos, pero llamativos.

El parque también es bien atractivo. En el centro hay un busto del Libertador Simón Bolívar. En uno de los costados de la plaza está el edificio donde funciona la alcaldía.

Corrales tiene 1.500 habitantes en su casco urbano,  1.000 en las veredas para un total de 2.500 habitantes todo el municipio. El alcalde hasta el 2015 es el señor Germán Darío Castañeda Agudelo.

A Corrales lo llaman ‘el pueblo luz de Colombia’, porque durante la Navidad lo iluminan muy bien y abundantemente hasta el punto que todo el poblado queda convertido en un gran pesebre. En el 2012 vine a conocer ese espectáculo navideño y nocturno, y me pareció bellísimo.  Este es un pueblo conservado con gusto y querido por sus pobladores. Una cosa que he observado son muchos ancianos, parece que la edad promedio acá es bien alta.

Y otra cosa que me encantó es la calle a manera de Balcón que atraviesa el pueblo en la parte de arriba, pegada a la cordillera. Hasta allá subo, claro, no obstante que hay que trepar unas 34 escalas. Cuando llego a lo alto, veo pasar el tren de Paz del Río, bordeando el río Chicamocha. Qué vista tan hermosa se logra desde esta altura sobre la plaza y la iglesia. Cómo se verán de lindos los alumbrados navideños desde este balcón.

Más arriba de la calle alta está el cementerio. Y desde acá se ve cómo hacia el sur sale la carretera para Busbanzá, La Floresta, Tovacía y por ahí mismo se puede llegar hasta Santa Rosa de Viterbo.

De nuevo en el parque, a las 4:45 abordo la buseta para Sogamoso por $ 2.200. Un pasaje muy barato para 40 minutos de recorrido entre los dos pueblos. Me ubico en el puesto de adelante. Qué paisaje tan bello el que se aprecia. Muchos cultivos minifundistas.

Definitivamente Boyacá es un destino imperdible, sobre todo en diciembre, cuando las probabilidades de viajarenverano, son muy altas.