Corinto (Cauca).

Miércoles 7 de octubre de 2015

A las diez de la mañana abordé bus en las afueras de Caloto. El pasaje hasta Corinto cuesta solamente $4.000, para media hora de viaje.

Corinto es uno de los 42 municipios que tiene el departamento del Cauca. Está ubicado en las estribaciones occidentales de la cordillera central. Su principal producto agro-industrial es la caña de azúcar y, en las zonas templadas, el café.

Hasta el 2019, el alcalde de Corinto será Edward Fernando García Sánchez. Este municipio tiene en total 28 mil habitantes, 12 mil en el pueblo y 16 mil en el campo.

Al acercarnos al casco urbano todavía estaba sin desarmar la Plaza de Toros de Granada La trajeron para las fiestas que se celebraron hace poco en Corinto.

Los corinteños se divierten los fines de semana en la piscina Municipal El Samán, con excelentes instalaciones. Pero también hacen paseos de olla al río Paila, que pasa por su jurisdicción.

Luego al caminar por la calle real, me doy cuenta que Corinto tiene más movimiento que sus vecinos Caloto y Miranda. Acá el comercio es muy activo; la plaza principal y el parque José María Obando, son acogedores.

En fin que Corinto ya no es lo de antes. Ahora es un municipio de paz y su gente es bastante emprendedora.

Quise conversar con algunos corinteños sentados en las bancas del parque, pero fueron más bien parcos, seguramente por la prudencia a que los obliga el conflicto armado, que ha azotado tan duramente a Corinto.

Estos jubilados llegan hasta acá en bicicleta, a encontrarse con sus amigos. ¡Qué bien!

El General Obando es el hijo ilustre de Corinto, y gobernó al país entre 1.853-1.854; fue un militar pacifista que luchó por la democracia, en contra de la esclavitud y las injusticias sociales.

La iglesia San Miguel Arcángel solo la pude fotografiar por fuera, es un templo sencillo, decorado con torres de distintos tamaños.

Lo que sí me encantó en el marco de la aplaza, fue la casa azul con decorados muy originales que se ve en el atrio extendido del templo parroquial. El sitio dispone de las mismas sillas del parque y la baranda está hecha con balaustras ornamentales.

Corinto es un pueblo aseado, plano y reciente, donde se ve mucha gente en sus calles.  La alcaldía ocupa una edificación de

dos plantas, con balcones y rejas, en la esquina más central.

Por último fui hasta la plaza de mercado, con una cubierta gigante que cubre una gran área sin columnas.

Allí venden ropa, calzado y unos mangos criollos tan dulces que me comí hasta tres, sentado en medio de la galería que ya está muy desocupada.

Cada uno cuesta solo $200, precio ínfimo comparado con su frescura y sabor.

Estos momentos íntimos de tanto disfrute, son los que más valoro en mis viajes.

Acá, donde nadie me conoce, es donde puedo darme el lujo de comer mango maduro, así me chorree algo o tenga que sentarme en un quicio, para luego lavarme las manos.

¡Oh libertad que perfumas…!’.