Cocorná (Antioquia)
‘Paraiso del Agua’
Vine a esta población después de una visita relámpago a San Francisco, un municipio vecino y de entretenerme sobre la autopista Medellín-Bogotá, en ‘El Mirador de Cocorná’, desde donde se lanzan los parapentistas.
En solo dos horas se pueden recorrer los 80 kilómetros que separan a Cocorná de la capital antioqueña, por una excelente vía.
Este es un municipio de gran riqueza hídrica. En algunos de sus ríos se forman pozos naturales, a donde los turistas vienen a bañarse los fines de semana.
No obstante, Cocorná tiene otros atractivos como deportes de aventura, arqueología y caminadas guiadas.
Un taxi colectivo que venía de La Piñuela, por dos mil pesos me llevó hasta la plaza misma de Cocorná.
Tanto la Alcaldía como la Casa de la Cultura están en el marco de la plaza y se destacan por ser de acabados modernos y de tres plantas.
Como se trata de un municipio con gran parte de su población viviendo en los campos, los fines de semana, este pueblo tiene mucho ambiente, hay campesinos mercando y se nota bastante movimiento en las calles.
Lo primero fue fotografiar el interior de la iglesia de la Inmaculada Concepción, donde se celebraba una misa solemne, con matrimonio elegante a bordo. Se ven agradables los arcos del interior del templo, con bordes dorados.
Cocorná es un pueblo ancestral, su nombre se deriva, según algunos, del Cacique Cocorná, aunque según otros, en lengua indígena ese nombre significa: tierra de animales. Y es que sus alrededores son hermosos, de profusa vegetación tropical, donde abundan especies de fauna y flora tan vivaces como escasas.
En un costado la plaza dispone de un kiosco, ideal para tomar tinto y conversar con los lugareños. El almuerzo fue en un restaurante del centro con bella vista sobre la plaza principal del municipio.
Ya con el estómago lleno, subí algo hasta el punto desde donde salen las escaleras para las veredas. En toda cabecera municipal, la una de la tarde es la hora apropiada para que los campesinos regresen a sus parcelas con el mercado semanal.
Y sí, tomé algunas fotos con pasajeros subidos en el capacete y otros abordando o despidiéndose de sus familiares.
En Cocorná, la mayoría de las casas son de adobe, un tanto descuidadas o a alturas desiguales.
No quedan muchas viviendas con el estilo arquitectónico de la colonización antioqueña. La más hermosa es una residencia colonial, ubicada en una esquina de la plaza, con original balcón corrido. Y en las afueras del pueblo, ya se ven urbanizaciones modernas, con edificios de apartamentos de hasta cinco pisos.
Anduve por detrás de la iglesia, en donde hay muchos establecimientos que venden abarrotes y legumbres, pues aquí no hay Plaza de Mercado cubierta.
En el parque central se observa ahora un guayacán florecido, precioso. Me encantó ver algunas niñas de cinco años, cómo corrían a recoger en el aire alguna flor amarilla que descendían despacio, con sus pétalos formando un paracaídas.
De pronto irrumpe silencioso sobre el firmamento de la plaza, un parapente colorido que alegra el ambiente con su vuelo lento y cadencioso.
Por $6.000, compré anticipado, para las tres de la tarde, el pasaje hasta El Santuario, pues hoy hay mucha demanda de pasajeros. Y sí, me tocó viajar en un bus nuevo y cómodo, con ventanillas a la altura de los ojos de los viajeros.
Al pasar por el balneario ‘La Chorrera’, todavía había algunos bañistas disfrutando de los pozos de aguas claras y entre piedras gigantes.
Subimos hasta Alto Bonito, en medio de una tarde de sol como ninguna y contemplando ese paisaje de montañas y cascadas tan hermoso, que se ve desde la carretera.
Me gustó mucho este pueblo, de verdad es un destino muy agradable para un día festivo y en familia.
El alcalde de Cocorná hasta el 2015, es el señor Jorge Vásquez Montoya. Este municipio tiene en total 15 mil habitantes, de los cuales solo cuatro mil habitan en el casco urbano y el resto vive en las veredas.
Fecha de la visita: Sábado 11 de enero de 2014.