Chipatá (Santander)
Estando en Vélez, decido ir a la ‘Capital del Maíz’, como se le llama a Chipatá (Santander), municipio donde además se cultivan caña de azúcar y frutales.
La distancia entre Vélez y su vecino, es de apenas 7 kilómetros, para solo unos minutos de recorrido en buseta colectiva.
Semejante a Titiribí
Lo que más me impactó cuando doblamos la curva a partir de la cual se divisa el pueblo, fue la semejanza de Chipatá con Titiribí (Antioquia). Parecen dos pueblos calcados. Aquí también se observa desde antes, el casco urbano recostado sobre la ladera de la montaña y rodeado de vegetación.
La iglesia de Chipatá se destaca sobre un alto, arriba de la plaza inclinada, y sobre el mismo punto de la de Los Dolores en Antioquia, solo que el templo chipateño se parece mucho en su fachada, a la iglesia de Lourdes en el barrio Chapinero de Bogotá.
Mosaicos antiguos de diseños variados forman el piso del templo.
En las tardes, el sol se oculta detrás de la iglesia. La vista sobre los alrededores desde el atrio elevado, es amplia y entretenida.
Desde ese punto se pueden observar los campos verdes que rodean a Chipatá, y más cerca, las instalaciones del Instituto Técnico Agropecuario, cuya portada aparece retirada de los salones.
El parque reciente, con distintos niveles para compensar el declive, tiene abajo una tarima permanente, para eventos oficiales.
Algo característico de los pueblos santandereanos es el piso de las calles en lajas de piedras grandes y de diferentes formas.
La alcaldía ocupa un edificio de dos plantas en la esquina sur-oriental de la plaza.
Hotel y Estadero
Para no perder tiempo esperando que se llenara la camioneta de 14 puestos, abordé una moto-taxi que me llevó hasta el Estadero y Hotel Tres Potrillos, una especie de Parque Temático que un inversionista construyó en las afueras de Chipatá.
El edificio de las habitaciones con vidrios azulados, es lo más vistoso. Hay algunas caballerizas en donde comen heno ejemplares muy finos y casi todos exóticos.
Fotografié a ‘Príncipe’, un caballo negro frisón; también un equino de raza apanusa que yo ni había oído mencionar. Otras especies poco corrientes son los ponys Shetland, toros Simenthal y reses brahman rojo.
Incluso un avestruz tiene por allí su corral y en el restaurante, la administradora muy amable trajo un huevo de esa ave gigante, para fotografiarlo en mis manos. Qué cosa tan pesada y aparatosa, alcanza para el desayuno de 12 personas.
En el restaurante de Tres Potrillos todavía había almuerzo para este viajero. Seco con ensalada, yuca y unos trozos de lengua sudada, deliciosos.
Las comidas las sirven al lado de la pista de resonancia donde, en días de fiesta, se pasean los caballos para disfrute de los espectadores.
A las cuatro de la tarde tuve otro momento de suerte cuando, gracias a mi pito de árbitro, logré que se detuviera el transporte colectivo que pasó por la carretera.
Así que en veinte minutos llegué de nuevo a la plaza de Vélez, feliz de esta tarde tan afortunada.
La empresa Maja Visual nos muestra hermosas imágenes con dron de Chipatá, en solo unos segundos.
Acá viven en total 5.000 chipateños, mil en el casco urbano y los 4.000 restantes en las veredas.
Hasta el 2019 a Chipatá lo gobernó Argemiro Angulo.
A partir del 2020 Emilse Santamaría Castillo es la alcaldesa por cuatro años.
Miércoles 15 de abril de 2015