Chima (Santander).
Desde Guapotá no es posible llegar a Chima sin regresar a Socorro. La carretera es destapada y no hay ruta formal hacia el municipio vecino. Pero se puede contratar a un moto-taxista para hacer el recorrido.
Paradas de observación.
El viaje de Guapotá a Chima estaba presupuestado para cuarenta minutos, pero con tantas paradas para fotografiar bellezas y la entrada a la Cascada La Gualila, el recorrido tardó el doble y las emociones se multiplicaron por tres.
Hay tantas cosas bellas para admirar y fotografiar: un árbol de cacao en producción, piedras grandes, negras y blancas con huecos semejantes a lo que tiene el queso que más gusta a los ratones, un diseño natural con hojas de variadas formas y tamaños, o la silueta de los viajeros sobre la moto, proyectada en el terreno…
Casi todos los predios se utilizan para alimentar ganado, se ven pocos cultivos de café, maíz y caña de azúcar.
El camino forma una gran ‘V’: baja hasta la quebrada Gualila, para subir luego a Chima. La moto de Manuel de 180 c. c., tiene la potencia suficiente para estos caminos exigentes y sin asfalto.
¿Qué tal el pueblo?
‘Quien pise tierra de Chima, es chimero’. Esta frase resume la hospitalidad y buena nota de los habitantes de este municipio de la Provincia Comunera.
Al ingresar al casco urbano se ven dos espacios curvos cubiertos con techo metálico. El coliseo debe ser uno y el otro algún centro de reuniones para la comunidad. En ninguno de los dos se ve gente a esta hora temprana.
Chima está bien, las fachadas de las viviendas pintadas de café y blanco le dan al pueblo un toque de orden y limpieza que hacen que el visitante piense que llegó donde era.
Pero lo más destacable en Chima, es el retablo del altar mayor de la iglesia la Inmaculada Concepción.
En tonos azul claro y apliques dorados, es una instalación que no pasa desapercibida, con nichos en los cuales se ven entre otras imágenes, la de San Roque exhibiendo la herida en su pierna izquierda.
El parque también es agradable, tiene en el centro la monumental ceiba tan frecuente en los municipios santandereanos. También hacen parte del espacio público, una cancha mixta y un kiosco.
En la Cafetería y Frutería El Oasis preparan hoy sánduches de queso y mortadela, para no sé qué evento de la Administración Municipal. También venden ‘flautas’ calientes de pollo y queso, muy sabrosas.
En la esquina más central de la plaza, se educan los estudiantes del colegio la Inmaculada Concepción.
Riqueza hídrica
En Chima el agua abunda tanto como el aire y el verde que rodea el casco urbano. De ahí que los destinos de naturaleza viva son para todos los gustos.
La quebrada La Chimera, el Pozo del Amor, El Pozo del Tarai, la quebrada La Negra, y muchas cascadas, son algunos de los sitios en donde los chimeros pasan en familia las tardes de esparcimiento.
Si se quiere una vista sobre el pueblo, las montañas verdes, laderas cultivadas y cañadas profundas, lo mejor es subir al Mirador La Pata del Diablo, semejante a la Piedra Colgada de Susa (Cundinamarca).
Segundo viaje en bus.
En algunos pueblos a las doce del día suena la sirena de los bomberos para celebrar la hora del almuerzo. Acá en Chima se escuchan los trompetazos de la buseta del medio día, anunciando a la comunidad, su salida hacia El Socorro.
Los estudiantes que se suben al bus para ir de regreso a sus casas, pagan mil pesos cada uno. Está bien que cancelen algo. Nunca es bueno regalar todo.
Lo gracioso fue que cuando le entregué al conductor la tarjeta del blog, recordó que ya había viajado con él hacia Galán, en el 2017 cuando visité Zapatoca.
Este bus es alto y cómodo, con ventanales amplios, preciso para un mochilero que todo lo quiere ver.
Tierras muy verdes aunque poco cultivadas, más que todo pasto para ganado. Por exuberante se ve hermoso tanto verde; da la impresión que son terrenos tan fértiles como inexplorados.
Llama la atención el color rojizo de la carretera. Es una tierra rica en hierro que sirve incluso para ‘pavimentar’ vías, pues se apelmaza y en invierno no se pone resbalosa.
Muy agradable viajar en bus grande y a poca velocidad, por estos caminos agrestes. Es un deleite mirar cultivos, observar casas campesinas o detallar las distintas razas de ganado.
Acá habitan en total 3.300 chimeros, 800 en el pueblo y 2.500 en las veredas.
Alcaldes de Chima han sido: 2008-2011 Luis Carlos Figueroa; 2012-2015 Nelson Cadena Acuña; 2016-2019 Luis Carlos Figueroa y hasta el 2023 es el señor Sergio Alexander González.
Lunes 12 de febrero de 2018