Carnaval de Riosucio 2015 (Tercera Parte).
De Supía salgo para Riosucio en una buseta para 9 pasajeros que pagan cada uno $3.000. Antes de arrancar el señor del frente da instrucciones a través del celular:
‘Póngale cuidado al bebedero de agua de los periquitos, no sea que se vaya a secar. Sí, sí, yo le traigo buñuelos a la niña, dígale para que no llore…’.
Mi vecino de la buseta parece ser muy conservador. Porque me dice:
‘A yo no me gustan esas fiestas. Con papa Dios toca ser muy derecho, porque si no, lo pone a uno a pasar trabajos…’.
Este labriego viaja para Belén de Umbría, un municipio risaraldense que ya conozco y es bastante faldudo.
Como a las diez de la mañana estuve de nuevo en Riosucio, antes que mis compañeros, quienes prefirieron dormir otro tanto. De una vez me ubiqué en la calle 10 con carrera 6 desde donde partirá el Desfile de las Cuadrillas, el evento más importante y lujoso del Carnaval. Ya hay algunos disfrazados dispuestos a dejarse retratar con calma y ubicados en donde mejor les da la luz. A medida que van llegando otros, los voy enfocando con cuidado y sin prisa.
Qué belleza de disfraces, cuánto cuidado y dedicación debieron tener quienes diseñaron y elaboraron esos atuendos. Muy bellos. Hay unos que lo dejan a uno boquiabierto. De verdad, el de hoy será un desfile tan bello como el de años anteriores.
Llegan cuadrillas por grupos de ocho o 12 personas, con sus nombres alusivos a la fiesta, algunos obsequian plegables con la historia del grupo o las coplas que han preparado para el desfile. Unos tienen arreglos alusivos a la naturaleza, otros estilo medieval, también hay críticas al sistema de justicia o alegorías a temas de moda. Las serpientes, los sapos, los búhos, las calaveras o lagartijas, son elementos decorativos muy recurridos.
Algunos elementos son comunes en los disfraces. Calaveras, cachos, bastones de mando, llamas flameantes, sapos, espadas, serpientes, caretas, brocados, lentejuelas, pelucas, armaduras, narigueras, plumas, aretes, peluches o sombreros. Todo, claro está, muy colorido y alegre.
Cuadrillas que me llamaron la atención fueron las de los juegos de azar, con dados, cartas y billetes en los atuendos. También la de los señores medievales que llevaban capas blancas. El hombre árbol, fue otro disfraz notorio y el que más me gustó: el de una chica joven con hermosa dentadura que sonreía bajo su carta que solo le cubría los ojos y la nariz.
Creo que todos los asistentes al desfile quedamos maravillados por el derroche de lujo y creatividad de los atuendos. De verdad no se ahorró dinero ni tiempo para obtener resultados de lujo y fantasía. El de este año también ha sido y Desfile de Cuadrillas espectacular. Ojalá pueda presenciar el del 2017.
Muy cansado y satisfecho subí al Bar Los Arrayanes para hidratarme con tinto y agua-bolsa, por mil pesos. Luego pasé por la Vienesa, la panadería mejor presentada, que se ubica en la esquina de la calle 10 con carrera 6. Más adelante encuentro asiento en la única banca del parque que recibe la sombre de un árbol frondoso.
De una vez aprovecho para almorzar con dos porciones de morcilla, de la de anoche, debajo de la Panadería Vienesa, acompañadas con patacón suaves. Después llego a la Galería, en donde compro mil pesos de cuajada simple, que acompaño con dos bocadillos veleños. Y así quedó el hombre con provisión de proteína suficiente para el resto del día.
En la plaza de mercado hay comedores populares que ahora están llenos de comensales. La Galería riosuceña es grande y cómoda, aunque por tener tantos años no se ve muy agradable.
En seguida una moto-taxi me dejó por mil pesos, en el Terminal de Transportes de Riosucio, donde abordé la buseta para Supía. Esta tarde quiero dedicarle tiempo al diario, no quiero que se me acumulen muchas hojas de borrador para redactar en Envigado. Qué fiesta tan espectacular la que hemos disfrutado este año. Espero estar acá en el 2017.