Carmen de Apicalá (Tolima).
Jueves 30 de abril de 2015
Después de Girardot, vine a conocer este municipio tolimense y santuario mariano. Hasta acá vienen muchos peregrinos a pedir favores a la virgen carmelita.
Yo en cambio nada necesito y no tengo más que: agradecer a Dios por tantas cosas buenas como he recibido en mi vida, sobre todo desde cuando me jubilé, hoy hace exactamente once años.
Carmen de Apicalá es un municipio del oriente del Tolima, que está a dos horas de recorrido tanto de Ibagué como de la capital del país.
La quebrada Apicalá riega el territorio municipal de sur a norte.
En una camioneta doble cabina vine desde Girardot por $4.500, primero por la doble calzada y luego por una vía secundaria con pavimento. No fue sino arrancar en Girardot, para que empezara a caer una lluvia ligera.
Los pasajeros de la silla detrás de la que yo voy, poco pueden ver hacia adelante, debido a la imagen de la virgen, la lagartija, el caballito de felpa y la tableta que ubican siempre en el parabrisas. Qué cosa como tapan la visibilidad tantos adornos.
La verdad yo tengo cierta aversión por los santuarios religiosos, que se convierten en negocios donde se aprovecha la ingenuidad de los feligreses. Así que este pueblo no me causó mucha gracia, aunque admito que es un importante destino para turismo religioso.
Detrás del altar principal del templo, está la urna donde se conserva la imagen morena de la Virgen del Carmen, esculpida por un artista desconocido.
Hay quienes dicen que fue el mismísimo San José quien diseñó en la más fina madera, las caras de la Virgen y el Niño Jesús.
Hasta el estrado donde está la imagen de la Virgen suben los fieles a rezar, tocar el vidrio, santiguarse y demás gestos devotos.
Al lado del templo, hay otros espacios para celebrar misas en días de gran asistencia de fieles. También almacenes de objetos religiosos y recordatorios que tanto gustan a los creyentes humildes.
Fuera de la Basílica Nuestra Señora del Carmen de Apicalá, grandota y ostentosa, como de parroquia rica, no es mucho lo que hay para ver acá.
Condominios, casas de veraneo, piscinas, clubes recreacionales y eso sí mucho paisaje verde y acogedor.
Me cuentan que como a una hora se encuentra la cascada La Telaraña, una caída de agua de torrente muy fino.
En los alrededores del pueblo hay varios condominios, como ‘El Imperio’, donde las casas campestres se negocian en miles de millones de pesos.
Además de santuario, este es un municipio de mucho turismo, como casi toda esta zona de tierra caliente, a donde vienen los bogotanos a temperar o descansar durante los puentes y las vacaciones.
Comí algo en una cafetería de las muchas que atraen a los peregrinos, y luego de pasar por el parque Santander, que tiene en el centro una escultura ecuestre del líder de la independencia, fui a buscar transporte hacia Melgar, mi próximo destino.
Emiliano Salcedo Osorio es el alcalde de Carmen de Apicalá hasta el 2019.
Acá habitan en total ocho mil carmelitanos, seis mil en el pueblo y dos mil en los campos.